Lectura Tangente
Notitarde 15/03/2014
Yo sí aplaudo de pie a Dudamel
María Inés Ferrero
Desde el primer momento que comencé a leer y recibir críticas llenas de saña al Maestro Abreu y a Gustavo Dudamel, me invadió un sentimiento de tristeza, pero sobre todo de decepción, hacia quienes sin razones certeras atacaban a una de las noticias más trascendentales de este país, a la otra cara de Venezuela ante el mundo, a una parte invaluable de lo mejor que tenemos, al modelo de rescate social tal vez más imitado, a nuestro Sistema Nacional de Orquestas.
Y es que perder el foco de una protesta llena de razones valederas para mantenerse en las calles, no puede menos que considerarse absurdo. Atribuir una posición política a Dudamel o al Maestro Abreu, significa también -en mi opinión-, un profundo desconocimiento de la gran obra que es El Sistema, fundado el 12 de febrero de 1975 y liderado desde entonces por José Antonio Abreu, que hoy lleno de prestigio internacional, cuenta con numerosos reconocimientos fuera de nuestras fronteras que le dan un aval de excelencia.
Desde sus inicios hace ya 39 años, El Sistema ha dependido financieramente en casi un 95% del Gobierno Nacional de turno -entiéndase bien, de todos y cada uno de ellos-, de manera que achacarle tendencias partidistas no podría ser más absurdo. Muchos hablan del aporte de la empresa privada y los apoyos internacionales, muy importantes, desde luego, pero que rozan tan solo el 5% restante y forma parte de los planes de responsabilidad social que emprenden y que al igual que el Gobierno, también le sacan provecho a sus acciones ¿O es que no se han topado más de una vez con notas de prensa referidas a este tema?
Y es precisamente en este punto del provecho donde puede estar el conflicto. Una vez escuché al propio maestro Abreu decir que lo que el Gobierno le otorgaba a El Sistema no podía considerarse una dádiva en ningún momento, que era una obligación y así debemos entenderlo. Quizás habría que mirar las cosas desde otro ángulo y darse cuenta que si la crítica política tiene cabida, debe dirigirse hacia el Estado, quien sin duda se ha valido de la trascendencia de esta obra que ha llevado su música pero sobre todo su mensaje a todos los rincones del mundo.
El 12 de febrero pasado, Día de la Juventud y fecha importantísima para El Sistema, Dudamel tenía en agenda (hace un año atrás) un concierto aniversario, junto a la orquesta sinfónica de su natal Barquisimeto, desde el Centro de Acción Social por la Música, en Quebrada Honda y no desde los actos oficiales del Gobierno ocurridos en La Victoria como se ha especulado. Ese día tuvieron lugar los lamentables sucesos violentos en Caracas, que dejaron un saldo de dos jóvenes fallecidos y decenas de heridos.
Seguramente la frustración e impotencia ante lo que ocurría, ha hecho que un buen número de venezolanos se sintieran ofendidos con el director de orquestas, pero cómo podemos atribuirle responsabilidades de lo que pasaba a quien tal vez ni siquiera estaba enterado del desenlace fatal de esta marcha por estarse preparando para un concierto.
Hablo desde el corazón y con el derecho sentimental que me da el hecho de haber tenido la oportunidad de conocer a ese Sistema que hoy critican desde adentro. Hace ya varios años atrás, viví una experiencia insustituible en muchos aspectos, pero sobre todo desde el punto de vista humano, al ser testigo de una gira en Francia, junto a los jóvenes del Ensamble de Metales de Carabobo, agrupación de música académica que forma parte de este gigante proyecto. Conocí uno a uno a sus integrantes, sus historias, sus orígenes, el apego y orgullo que sienten por la oportunidad que les da la música. Desde entonces no he podido separarme de ellos y su esencia, aún sin ser músico puedo decir que me siento parte de ellos, pues cada día descubro que ese lema de "Tocar y Luchar" es una misión de vida.
Hablo desde el corazón y con el derecho sentimental que me da el hecho de haber tenido la oportunidad de conocer a ese Sistema que hoy critican desde adentro. Hace ya varios años atrás, viví una experiencia insustituible en muchos aspectos, pero sobre todo desde el punto de vista humano, al ser testigo de una gira en Francia, junto a los jóvenes del Ensamble de Metales de Carabobo, agrupación de música académica que forma parte de este gigante proyecto. Conocí uno a uno a sus integrantes, sus historias, sus orígenes, el apego y orgullo que sienten por la oportunidad que les da la música. Desde entonces no he podido separarme de ellos y su esencia, aún sin ser músico puedo decir que me siento parte de ellos, pues cada día descubro que ese lema de "Tocar y Luchar" es una misión de vida.
El escritor Carlos Goedder, recientemente presentó un texto sin desperdicio que también expone su opinión con respecto a los juicios de los que ha sido objeto Dudamel, reproduzco algunos de los aspectos que pueden ayudar a tener una visión más amplia del impacto de nuestro Sistema de Orquestas Juveniles, que como bien apunta Goedder, están en un artículo titulado Changing Lives (Cambiando Vidas) de TriciaTunstall (W.W. Norton & Company,2012).
"En un país con una población ligeramente por encima de los 28 millones de habitantes, aproximadamente 370.000 niños y jóvenes actualmente forman parte de El Sistema." (p. 36). Y se complementa ese dato con esto:
"El número de niños del Sistema (de Orquestas Juveniles) que viven en pobreza es estimado entre 70 y 90 por ciento. Para todos los niños, este programa es completamente gratis, proveyendo instrumentos, maestros, uniformes y otros servicios nutricionales y sociales al mismo tiempo. De acuerdo a Patricia González, una representante del Director Ejecutivo, Eduardo Méndez, el presupuesto total de FESNOJIV para 2010 fue de aproximadamente USD 120 MM. La gran mayoría de esta suma viene del Gobierno Central; otras fuentes incluyen donaciones privadas y rendimientos de interés sobre cuentas bancarias. Un reporte preparado por el Banco Interamericano de Desarrollo, el cual ha apoyado a FESNOJIV con préstamos sustanciales, cita evidencia de que los participantes en El Sistema tienen mejor rendimiento académico y menos problemas de conducta que los jóvenes venezolanos que no son parte del Sistema. La tasa de deserción de la educación secundaria para los adolescentes venezolanos es superior al 26 por ciento, pero para los participantes en el Sistema la tasa baja a 6,9 por ciento." (p. 37)
Conozco personalmente a Gustavo Dudamel y lo digo con orgullo. Soy testigo de su extraordinario talento pero más allá de eso de su calidad como ser humano. No me lo contaron, no lo leí en Twitter ni en Facebook. El que haya estado al frente de las mejores orquestas del mundo definitivamente no es política. Pero no solo de él tengo referencias directas, conozco a su familia, así como a muchos otros directores de orquesta y músicos de El Sistema y siento con toda honestidad, que si nuestra pasión por Venezuela fuese una mínima parte de la que ellos tienen por la música y sobre todo por el mensaje que llevan con ella, seríamos sin duda un país mucho mejor.
Repito, no podemos perder el foco, la lucha no es contra Abreu o Dudamel, quienes además de mi respeto, se han ganado mi admiración y pese a que muchos de quienes los persiguieron por una foto, hoy los condenan, siguen siendo la mejor noticia de este país.
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