A Cora Páez de Topel Capriles

A Cora Páez de Topel Capriles
A Cora Páez de Topel Capriles, gran amiga de Aziz Muci-Mendoza, él le recordaba al compositor de mediana edad Gustav von Aschenbach, protagonista de la película franco-italiana "Muerte en Venecia" (título original: Morte a Venezia) realizada en 1971 y dirigida por Luchino Visconti. Adaptación de la novela corta del mismo nombre del escritor alemán Thomas Mann.Se trata de una disquisición estético-filosófica sobre la pérdida de la juventud y la vida, encarnadas en el personaje de Tadzio, y el final de una era representada en la figura del protagonista.

sábado, 28 de febrero de 2015

La ópera regresa al Teatro Teresa Carreño...I Pagliacci, Cavalleria Rusticana, Gertrudis, Gianni Schicchi, Madame Butterfly, L'elisir d'amores, Tosca y Los Martirios de Colón serán los títulos que tomarán el escenario de la sala José Félix Ribas.

La ópera regresa al Teatro Teresa Carreño

I Pagliacci, Cavalleria Rusticana, Gertrudis, Gianni Schicchi, Madame Butterfly, L'elisir d'amores, Tosca y Los Martirios de Colón serán los títulos que tomarán el escenario de la sala José Félix Ribas.

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Gaspar Colón Moleiro en "I Pagliacci" (Cortesía)
EL UNIVERSAL
miércoles 25 de febrero de 2015  02:47 PM
Este primer semestre del 2015 la sala José Félix Ribas de la Fundación Teatro Teresa Carreño, será escenario de un recorrido por emblemáticas óperas, con un ciclo que comenzará el 27 y 29 de marzo, con la obra del compositor napolitano, Ruggero Leoncavallo, "I Pagliacci", un canto para los hombres que están llenos de amores y odios.

Le sigue el 3 y 5 de abril la función de "Cavalleria Rusticana", la tragedia de una promesa no cumplida, una ópera del músico italiano Pietro Mascagni.

Prosigue "Gertrudis" del reconocido y galardonado músico venezolano Gerardo Gerulewicz, una obra en la que se representa la imagen atemporal del conflicto entre dos mujeres, llegará el 10 y 12 de abril.

Giacomo Puccini se hará presente en la Ribas, con la comedia "Gianni Schicchi", un experto en suplantar identidades que hará de las suyas, la obra se presentará el 17 y 19 de abril; y luego "Madame Butterfly" que llega el 24 y 26 de abril, una ópera en la que el público sentirá la tristeza y entrega de una mujer no correspondida.

Asimismo estarán presentándose "L'elisir d'amore", "Tosca" y "Los Martirios de Colón".  Este ciclo de óperas contará con la impecable interpretación de las Orquesta Filarmónica Nacional, la Gran Mariscal de Ayacucho, La Sinfónica de Venezuela y la Municipal de Caracas, dirigidas bajo la batuta de reconocidos maestros venezolanos.

Matthias Schulz: "Estamos creando nuestro propio Sistema" El director de la Fundación Mozarteum, Matthias Schulz, visitó Caracas.

Matthias Schulz: "Estamos creando nuestro propio Sistema"

El director de la Fundación Mozarteum, Matthias Schulz, visitó Caracas.

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El pianista asegura que el Sistema ha obligado a Europa a replantearse su manera de enseñar música (Venancio Alcázares)
JONATHAN REVERÓN |  ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
viernes 27 de febrero de 2015  08:48 AM
Un hombre de 37 años dirige una institución centenaria. La Fundación Mozarteum, en Salzburgo, cuna del gran compositor austríaco, afronta los retos de la cultura en la primera década del siglo XXI volteando hacia el Sistema de orquestas venezolano. Matthias Schulz, pianista graduado en economía, es el actual director de uno de los templos más hieráticos del mundo de la música, y que ha ido abriendo sus horizontes a medida de que las nuevas generaciones que componen la casa de Mozart comprenden los giros de tuerca necesarios para la sobrevivir y reinterpretar la etiqueta conservadora que ha tenido.

-¿Cuál es su relación con Salzburgo?

-Soy responsable de la fundación desde marzo de 2012. Pero antes de eso trabajaba para el Festival de Salzburgo. En 2008 pudimos llevar a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar. Y estoy en contacto con el Sistema desde 2005. Crecí viendo ese festival.

-¿Qué ha sido lo más difícil de entender del Sistema?

-Entiendo las dinámicas de esta institución porque entiendo lo que significa tener grandes responsabilidades tan temprano en la vida.

-Si instituciones culturales europeas de gran tradición están ahora sobre hombros jóvenes, ¿cuál es el papel de los predecesores?

-El conocimiento de nuestros maestros es fundamental, pero ellos también están conscientes de los nuevos conceptos y las nuevas constelaciones, las nuevas audiencias. Se trata también ahora de presentar la música clásica de una forma más atractiva. De la experiencia fundada por el maestro Abreu destacamos que la manera arrogante dejó de ser una vía para impartir música, lo que ocurre acá enriquece la forma de hacer música en Europa.

-¿Es correcto decir que están aprendiendo del Sistema sobre algo que ustedes inventaron?

-Absolutamente. El Sistema ha refrescado nuestro sistema allá. Nos ha cuestionado la manera de enseñar y sentir la música.

-Pero todo no puede ser perfecto... 

-El sistema de educación musical en Europa está basado más en la clase individual. Aquí aprendimos que tocas mejor si aprendes en grupo, esto ha dado enormes resultados. Sin duda ha dado grandes, buenos y rápidos resultados. Posiblemente al principio acá hizo falta aumentar las clases individuales en pro de ejecutar los repertorios de música de cámara. Abreu sabe eso y tienen años trabajando en ello. Sé del énfasis que han puesto en hacer más piezas de cámara de Mozart, Schubert o Haydn, que además forman parte de los programas de nuestros festivales.

-¿Cuáles han sido los resultados de aquella residencia artística que acogió a más de 1.200 músicos en el Festival de Salzburgo en 2013?

-Quiero destacar la participación del coro de manos blancas. Además tengo entendido que fue su primera gira internacional. Ver músicos con problemas de discapacidad haciendo música a la perfección escapa de cualquier interpretación propagandística que algunos quieran darle. Los profesores de nuestra región atendieron a eso con mucha impresión. Y todavía sigue siendo simbólica aquella interpretación de la Bolívar y Dudamel en nuestra Catedral. Estamos creando nuestro propio Sistema con los niños de las regiones cercanas, ya tuvimos un concierto con sorprendentes resultados hace 15 días en la semana de Mozart.

-¿Qué conceptos han tenido que reforzar para convencer la crítica?

-En efecto se ha pensado que poner a ejecutar un instrumento a un niño, desde tan temprano, impartir tanta disciplina tan temprano, va divorciado de su condición de niños. Pero con el tiempo y con los hechos, y fundamentalmente la felicidad que ellos manifiestan hemos tumbado esa idea. Siempre me gusta citar las palabras del premio Nobel de Medicina Thomas Südhof cuando dijo: "Todo lo que soy se lo debo a mi profesor de fagot".

@elreveron

miércoles, 25 de febrero de 2015

Ángel Sauce (Caracas (Venezuela), 2 de agosto de 1911 - ibíd., 26 de diciembre de 1995) fue un compositor, violinista y director de orquesta venezolano.

Ángel Sauce (Caracas (Venezuela), 2 de agosto de 1911 - ibíd., 26 de diciembre de 1995) fue un compositorviolinista y director de orquesta venezolano.

Biografía

Sauce nació en Caracas, siendo hijo de Juan Vicente Sauce y Justa Sauce. Fue criado en el barrio San Juan de la capital. Estudió música en la Academia de Declamación Musical de Caracas (actualmente Escuela de Música José Ángel Lamas), en donde fue alumno de José Lorenzo LlamozasVicente Emilio Sojo y Manuel Leoncio Rodríguez.
Entre 1945 y 1946 recibió una beca de la municipalidad de Nueva York, en donde obtuvo un título en composición y dirección de orquesta en laUniversidad de Columbia.
En 1930 participó en la fundación de la Orquesta Sinfónica Venezuela como violinista. Previamente, siendo apenas un adolescente fue integrante de la Unión Filarmónica, principal antecedente de la Sinfónica Venezuela, bajo la dirección de los maestros Vicente Martucci y Vicente Emilio Sojo. En 1947, fue nombrado director de la orquesta, una posición que conservó por más de 12 años.

Los músicos: «Ramitos»,Evencio Castellanos, Antonio Estévez, Ángel Sauce y Victor Guillermo Ramos en la Escuela Superior de Música de Santa Capilla en 1940
Junto con su esposa la profesora Adda Elena de Sauce realizó una importante labor pedagógica como profesor de Teoría y Solfeo, Armonía y Canto Coral en la Escuela de Música "Juan Manuel Olivares" de Caracas. Tras su salida de esta institución, al cumplir los años de servicio necesarios para pensionarse por el Ministerio de Educación, se dedicó de lleno a su trabajo como Director-Fundador del Conservatorio Nacional de Música Juan José Landaeta, el cual dependía en ese entonces del Consejo Nacional de la Cultura (actual Ministerio de la Cultura). En el seno del Conservatorio propició la fundación junto con el doctor José Antonio Abreu de la Orquesta Nacional Juvenil Juan José Landaeta, primer núcleo de la Fundación del Estado para el Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela. Ambos maestros, Sauce y Abreu dirigieron el concierto inaugural de la Orquesta el 30 de abril de 1975 en un Concierto de Estado en la Casa Amarilla, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela. Igualmente en el seno del Conservatorio, dio un gran impulso a los estudios de Composición musical al crear la primera cátedra de Música Electroacústica y de Música del siglo XX en un conservatorio venezolano, la cual estuvo a cargo de los maestros Eduardo Kusnir y Antonio Mastrogiovannirespectivamente.
En 1943, empezó a organizar un coro en el Ministerio del Trabajo con más de 100 cantantes procedentes de la clase obrera. El coro dio su primer concierto el 24 de julio de ese año bajo el nombre Orfeón Obrero Juan Manuel Olivares. En 1950, luego de un breve receso, dicho coro pasó a formar parte de un conjunto de grupos culturales del mismo despacho con el nombre deCoral Venezuela. Durante los años 1950, Sauce al frente de la Sinfónica y la Coral Venezuela, realizó la primera audición en Venezuela de importantes obras del repertorio sinfónico-coral entre las que destacan Sinfonía de los Salmos de Igor Stravinsky, «Canción de los Bosques» de Dimitri ShostakovichSinfonía n.º 9 y Missa Solemnis de Ludwig van Beethoven,Misa en re de José Ángel Lamas y El Tirano Aguirre de Evencio Castellanos. También fue un gran promotor de la actividad coral en Venezuela al fundar los coros de la Electricidad de Caracas, de la Universidad Católica Andrés Bello y el Latin Choir of New York, este último en la época en que realizó sus estudios de postgrado.
Sauce también se destacó como compositor. Entre sus obras más importantes están: Concierto para violín y orquesta,Obertura sinfónica, Cantata Jehová Reina , Ballet Nacionalista sinfónico-coral Cecilia MujicaRomance del Rey Miguel,Sonata para violín y piano y Canto de libertad obra sinfónico-coral escrita con motivo del bicentenario del nacimiento del Libertador Simón Bolívar. En 1948, Sauce recibió el Premio Nacional de Música por Jehová Reina. En 1956, obtuvo el Premio "Vicente Emilio Sojo" por Cecilia Mujica . Asimismo, en 1982, recibió el Premio Nacional de Música por su trayectoria, logros y aportes a la cultura musical de Venezuela.
Ángel Sauce falleció el 26 de diciembre de 1995, pocos meses después de haberse retirado como Director-Fundador del Conservatorio Nacional de Música Juan José Landaeta.

Bibliografía

  • Astor, Miguel (1993). Simiente Sonora. Caracas: Papel Musical.
  • Peñín, José (2006). Angel Sauce: Una vida por la música. Caracas: FESNOJIV. ISBN 9-801-21208-X.

El abogado y arpista Fernando Guerrero se encargó de redactar el documento constitutivo del hoy Sistema de Orquestas, y refiere cómo fueron los días iniciales del importante movimiento musical.

Recordando al maestro Ángel Sauce en los 40 años del Sistema

El abogado y arpista Fernando Guerrero se encargó de redactar el documento constitutivo del hoy Sistema de Orquestas, y refiere cómo fueron los días iniciales del importante movimiento musical.

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Ángel Sauce quería que los jóvenes músicos tuvieran acceso a la práctica orquestal (Archivo)
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FERNANDO GUERRERO
ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
martes 24 de febrero de 2015  11:19 AM
Un martes en la tarde del mes de noviembre de 1974, el maestro Ángel Sauce, director del Conservatorio de Música Juan José Landaeta, tocó la puerta del salón de arpa mientras yo recibía clases de la profesora Cecilia de Majo, al lado del salón de guitarra, donde las impartía el maestro Antonio Lauro y  requirió mi presencia en su oficina, al terminar.

El maestro Sauce –me dijo emocionado- acababa de obtener del entonces CONAC (Consejo Nacional de la Cultura), una partida de cinco mil bolívares mensuales (equivalentes a 1.162,79 US$ de entonces) y 18 atriles. Preguntó a su alumno, abogado con escasos dos años de graduado, qué se necesitaba para establecer  con esos recursos una "orquesta en el conservatorio", la cual él no dirigiría. Respondí que era cosa fácil; necesitaba el nombre del director y yo le prepararía una sociedad civil, la cual recibiría la asignación mensual y los atriles.

Unos días después, el maestro Sauce volvió a requerir mi presencia en su oficina al terminar la clase. Allí encontré a José Antonio Abreu Anselmi, el director de la orquesta que proponía el Maestro (con quien me unen vínculos de parentesco relativamente lejanos, de paisanaje, pues su padre y el mío nacieron y fueron vecinos en Betijoque, estado Trujillo, amén de una amistad de muchos años). El asunto estaba solucionado.

José Antonio comenzó a ensayar en ese mismo mes de noviembre de 1974 con músicos, en el propio  Conservatorio Juan José Landaeta y con otros "outsiders", con quienes él tocaba en el Ateneo de Caracas y en otras partes, en una especie de conjuntos informales, ventetú musicales. Y es que para el año 1975 había en Venezuela dos  orquestas sinfónicas, en Maracaibo (Orquesta Sinfónica de Maracaibo) y en Caracas (Orquesta Sinfónica de Venezuela) y no era del uso de las escuelas de música tener una orquesta adjunta, no obstante que con esfuerzo sobrehumano, Evencio Castellanos había logrado en 1970, hacer un par de conciertos con  la Orquesta Experimental de la Orquesta Sinfónica Venezuela, que ensayaba en la Escuela de Música de Santa Capilla.

Se presentaba 1975 auspicioso para la orquesta del Conservatorio Juan José Landaeta: Venezuela pedía a gritos orquestas juveniles en los conservatorios. José Antonio con la pasión que lo caracteriza, comenzó a ensayar con sus músicos en la sede del conservatorio, casi todos los días y hasta bien entrada la noche.

El primer "Concierto de Estado", como lo llamaría Napoleón Bonaparte, se llevó a cabo el 30 de abril  de 1975 en la Casa Amarilla (ver programa de mano). La batuta la compartieron el maestro Sauce, como Director Fundador (así dice el programa) y José Antonio Abreu como Director Titular. Sin embargo  se viene celebrando el 12 de febrero como efeméride de la antes llamada Orquesta Juvenil, ahora el Sistema.

Para mi como abogado, la fecha oficial resulta ser la protocolización del documento constitutivo-estatutario de la SOCIEDAD DE LA ORQUESTA NACIONAL JUVENIL "JUAN JOSÉ LANDAETA" (SCONJJJL), Sociedad Civil sin fines de lucro, domiciliada en la ciudad de Caracas, inscrita por ante la Oficina Subalterna del Segundo Circuito de Registro del Municipio Libertador del Distrito Federal, lo cual ocurrió en  fecha 23 de Mayo de 1975, quedando anotado bajo el N 3, Folio 22, Tomo 57, Protocolo Primero.

Los habitantes de la urbanización Campo Alegre, como consecuencia del inesperado y trasnochante diluvio musical,  se quejaron ante la asociación vecinal y el Jefe Civil. No quedó más remedio que  mudar la orquesta para un galpón, con techo metálico, llamado CINDÚ, en Boleíta, donde Abreu y los músicos ensayaban –sin querer- en un verdadero sauna; pero con tesón impresionante siguieron adelante: lo demás es historia.

José Antonio se hizo cargo de la orquesta, llevándola con ofrenda de su vida, pasión y un esfuerzo gigantesco, hasta donde podemos ver: consiguió presupuesto, y años después la dotó de la protección de una fundación del estado venezolano etc. Pero el maestro Sauce, nuevamente se quedó sin  una agrupación en el Conservatorio que dirigía en la cual practicasen sus alumnos, quienes, sin embargo, lo pasaron a hacer desde entonces en la propia Orquesta Juvenil.

Parte de la referida historia aparece en el libro "Ángel Sauce, una vida por la música" (Caracas 2006,  co-edición Orquesta Nacional Juvenil de Venezuela, 301 pp) de nuestro también maestro, el nunca bien llorado José Peñin, cuyo prólogo, de José Antonio Abreu, sigue a estas palabras.

Debido a la bonhomía, sencillez y austeridad que lo caracterizaban, el maestro Sauce no reivindicó jamás su participación en los orígenes del movimiento musical; sin duda,  más grande e importante que ha tenido nuestro país y Latinoamérica.  Las previas  notas, vivenciales y documentadas, sirven para dejar en claro y recordar, en estos primeros cuarenta (40) años, sin desmedro a nadie, la iniciativa de uno de los principales músicos que ha tenido Venezuela, pedagogo, compositor y director de orquesta, fundador de coros: Y por derecho propio, mentor,  impulsor  original  y co fundador del Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, por demás, gran  persona, con cuya amistad me honró: el maestro Ángel Sauce, a quien en estas fechas, recordamos agradecidos por su maravillosa iniciativa.

Fernando Guerrero (músico, arpista, musicólogo y abogado)
Febrero 2015

lunes, 23 de febrero de 2015

La música académica latinoamericana va configurando su identidad, y poco a poco las orquestas de la región incorporan estas obras en sus repertorios.

Gustavo Dudamel - Danzon No 2 (Arturo Marquez) - YouTube

  1. www.youtube.com/watch?v=Jf9KWPv4RF8
    15 de ago. de 2012 - Subido por musicayarte8
    Gustavo Dudamel and The Los Angeles Philharmonic live at Hollywood Bowl, Hollywood 08/14/2012.

El danzón es de Arturo

"Lo que está diciendo el Danzón No. 2 es que tenemos esperanza. No solamente es el ritmo, la sensualidad", señala el autor mexicano.

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El autor mexicano estuvo en el Centro de Acción Social por la Música (Gustavo Bandres)
ANA MARÍA HERNÁNDEZ G. |  EL UNIVERSAL
domingo 22 de febrero de 2015  01:00 PM
La música académica latinoamericana va configurando su identidad, y poco a poco las orquestas de la región incorporan estas obras en sus repertorios.

Pasa con el Danzón No. 2 del compositor mexicano Arturo Márquez, obra favorita y bis obligado de las orquestas venezolanas. El músico estuvo en el país para compartir saberes con los jóvenes participantes del taller de composición que ofreció en el Centro de Acción Social por la Música; como parte de los 40 años del Sistema de Orquestas.

"Blas Emilio Atehortúa -maestro de la Cátedra de Composición en el Sistema-, está formando de una manera maravillosa a los jóvenes, siento que es algo que le estaba faltando al Sistema", dice Márquez.

-¿Los danzones son a Arturo Márquez lo que las Bachianas Brasileiras a Villa-Lobos?

-Ojalá. Es una forma que decidí explorar justamente por la riqueza que tiene en la parte melódica y rítmica, sobre todo de actitud. Cada danzón tiene su propia voz, cada uno habla de un momento especial en mi vida, y lo que estaba pasando en México y conmigo.

-¿Por qué el danzón tiene ese sentido como trágico?

-El danzón es un baile, pero cuando lo transportamos a la música de concierto se puede transformar en tantas cosas, y efectivamente en tragedia, en amor o en esperanza, y no digo que no lo tenga la forma popular, pero siento que en la música de concierto como que podemos explorar más ese tipo de valores, de sentimientos.

-Sobre los hechos de los estudiantes mexicanos ¿tiene alguna visión musical?

-Sí. Hay una obra que estrené en diciembre que es para barítono y grupo instrumental, sobre los poemas de Efraín Huerta, poeta mexicano, ¡Mi país, oh mi país! donde trata justamente de todas estas injusticias, hasta crímenes de Estado, en 1957; y hago ese poema justamente en son de protesta por estos acontecimientos. Parece que ese poema se ubica en cualquier época donde se cometen estos crímenes, estas injusticias. Es la barbarie en pleno y es muy triste que lo tenga que decir: México está muy lastimado por estos 43 estudiantes desaparecidos y los miles que han desaparecido en los últimos años, y no nos dan solución.

-¿Se considera un compositor comprometido con alguna causa social?

-Creo que con todas las causas que tengan que ver contra la injusticia. Por supuesto que sí. La primera obra que recuerdo, siguiendo este camino, es una obra para dos pianos y sintetizador, Mutismo, que es una manera de poner la mano sobre la boca. El Danzón No. 2, el No. 3, también una cantata que se llama Sueños, y cada movimiento tiene que ver con personajes como Martin Luther King, los aforismos de Ghandi o el documento del indio Seattle, o laLeyenda de Emiliano ZapataLas marchas de duelo y de ira... tengo muchas obras que tienen que ver con el dolor y la injusticia social.

-El gran público está distante del llamado mundo académico, tal vez por el consumo de la música más comercial o más mediática...

-Ojalá que la música pudiera realmente transformar. La música, el arte, siempre ha estado acompañando a toda causa justa, y no es tan fácil llegar al gran público para que se entienda el mensaje, pero siempre vamos a estar allí. Cada vez que escucho el Danzón No. 2 recuerdo la época en la que estaban luchando los zapatistas, en enero del 94, y ese grado de aceptación que tiene el público con esa obra es justamente porque yo lo estuve viviendo y lo estoy expresando: lo que está diciendo el Danzón No. 2 es que tenemos esperanza. No solamente es el ritmo, la sensualidad. En sí, es una obra que da esperanzas, y lo puedo decir como autor porque es lo que estaba buscando, y siento que logré eso que yo quería. 

-¿Qué tal el coctel arte/política?

-Tenemos un grave conflicto con los políticos. Creo que estamos en una constante búsqueda de líderes que sean realmente, que nos sepan llevar, representar. La política debería ser uno de los grandes valores que tenemos como sociedad, y me duele decir que no lo hemos encontrado. Imagínese que los líderes fueran como José Antonio Abreu, lo que lograríamos.

-Su catálogo musical es extenso, sin embargo solo el Danzón No. 2 es lo más conocido. ¿Cuál otra composición suya le gustaría que fuese tan popular?

-Realmente no sé por qué, ni siquiera busqué que el No. 2 tuviese esa popularidad. Hay una obra que se está tocando, Alas (a Malala), que tiene que ver con el derecho a la educación, y está siendo una especie de himno en Fomento Musical de las Orquestas, como el Sistema pero en México. La tenemos propuesta para hacerla aquí en Venezuela, en julio.

-¿El Arturo Márquez del futuro hará obras sinfónicas con tex-mex, reguetón o narcocorridos?

-Es dífícil de contestar. Pero creo que hay o habrá compositores jóvenes que retomen los géneros populares de hoy.

Tres fundadores del Sistema de Orquestas recuerdan cómo éste nació

Los primeros osados


JONATHAN REVERÓN | El Universal Qué Hay 22/02/15 
Cuando una logia vence el poder destructor de las distancias de tiempo y espacio, la costumbre, el afecto y los bises en la sonrisa son inquebrantables para siempre. Marlig, Dionisio y Édgar no recuerdan la fecha exacta de la última vez que se vieron, pero sucede que su logia vence los paréntesis.

"Como ya no somos miembros activos de la orquesta nos vemos cuando las circunstancias se presentan, como esta. Es típico de los músicos que tocan en una misma orquesta, como los que juegan en un equipo deportivo, que por su rutina se tienen que ver todos los días. Una vez que tú dejas esa rutina, por supuesto te distancias, pero siempre que nos encontramos es como si nos hubiésemos visto ayer", dice Édgar Saume (Los Teques, 1950), que no abandona la percusión nunca, en todo momento sus dedos golpean la mesa y el resto de sus compañeros le hace señas para que el registro auditivo de la entrevista sea lo más limpio posible.

Sobre el pecho de Dionisio Segado (Caracas, 1958), también percusionista, cuelga un carnet. "Mira, aquí dice, Director musical, pero ya no pertenezco a la orquesta. Estoy en el área docente, dirigiendo ensambles, metodología en cada núcleo infantil, postulando profesores", etcétera, un sustantivo que los tres repiten, no por flojera verbal, ni por falta de memoria, sino por la acumulación de tareas que los deja muy lejos de ser unos jubilados.

Una nueva tradición

Marlig Bosque (Caracas, 1956), trombonista, se acercó a la música de la forma tradicional, a través de conservatorios, en dos de los mejores, el José Ángel Lamas y en el Conservatorio Juan José Landaeta, "en el momento en que José Antonio llama para el encuentro de esos ensayos de la orquesta juvenil, coincidimos. Era lo que había".

Édgar asiente, también venía del conservatorio Landaeta, "teníamos un ensamble constituido y así nos introdujimos a esa primera orquesta, no hubo que hacer ninguna selección y nos integramos perfectamente". No fue usual, sí oportuno para el movimiento en ciernes. Al mismo tiempo levantó las cejas de la tradición, eso que de vez en cuando algunos hombres están destinados a romper.

Dionisio explica: "Esto no puede ser verdad", comenzaron a tocar un repertorio que los conservatorios generalmente tienen celosamente guardados para músicos con más experiencia. "Era algo incierto, loco", interrumpe su colega Saume: "Los conservatorios tradicionales tenían una alcabala increíble, para poder atreverse a tocar un instrumento, tenías que estudiar dos años de teoría y solfeo, hasta que llegaron el Sistema y su esencia: ¿Tú quieres ser músico?, basta con saber si tienes condiciones y tocando aprendes". Allí empieza el famoso motto que se encuentra grabado en las medallas de todos sus músicos, Tocar y Luchar.

Un adagio expresivo

Les presento el segundo movimiento del Concierto N° 1 para violín de Paganini, lo escuchamos con la participación del solista venezolano, Benjamín Gatuzz. Me corrigen y me explican términos. En segundos, con dos o tres ejemplos potables, son capaces de remediar años de cualquier oído que haya estado agazapado frente a la llamada música clásica.

Al día de hoy, los núcleos más antiguos del Sistema cuentan con nutridas bibliotecas, Dionisio recuerda a su padre: "Él fue percusionista de la Orquesta Sinfónica de Venezuela (OSV), a la vez, en esa época, mi padre estuvo en el archivo de la OSV, por la cercanía con el maestro Abreu, él le pidió ayuda a papá y se comenzó a trabajar con fotocopias de partituras, no había nada original".

La necesidad por ampliar el conocimiento debe ser inagotable, la mediocridad nos atrapa en el minuto cuando pensamos que lo sabemos todo. "Siempre hace y hará falta música, instrumentos, eso ha sido una batalla continua a través de los años, la consecución de instrumentos para los núcleos. A medida que una orquesta mejora en su desempeño requiere de mejores instrumentos", aclara Saume, quien además recuerda que los primeros instrumentos eran comprados por los propios músicos y en muchos casos eran legados a la institución.

Ahora ellos, los fundadores (algunos), se encargan de buscar, viajar, conseguir los mejores instrumentos para los músicos sucesores. Por ejemplo, Saume ha viajado a China dos veces con esa misión. Viajar. El Sistema viaja desde los primeros años de su formación para participar en festivales, y el Estado venezolano ha sido su aliado siempre, desde ese entonces.

El más elocuente, Saume (sobrino del gran animador venezolano), prosigue: "La primera gira fue a México. La Fuerza Área ofreció su ayuda y viajamos en un hércules, 'muchachos, vamos a montarnos en ese avión', nos dijo José Antonio, como si fuésemos paracaidistas". Iban guindados, abrazados al instrumento, viendo aves volar más rápido que el camastrón con alas que abordaban. "Abordábamos desde la pista, sin ningún tipo de comodidad, eran vuelos aventureros". La voz grave de Dionisio, recuerda: "Cargábamos cajas, partituras, atriles, el equipaje". Cuentan que un contrabajo fue víctima en uno de esos avatares, cuando quedó atrapado en una rampa, el despegue lo convirtió en astillas. Les dolió mucho, porque como ya hemos leído tantas veces, hace cuarenta años cada objeto era producto de un milagro...

domingo, 22 de febrero de 2015

Arnold Schonberg comentó cierta vez: “Si supiéramos cómo se anudaba la corbata Mahler, aprenderíamos más que en tres años de estudios de contrapunto en el conservatorio”. Lo curioso es que hay gente que se ha tomado esta idea en serio.

Todo sobre Mahler

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Arnold Schonberg comentó cierta vez: “Si supiéramos cómo se anudaba la corbata Mahler, aprenderíamos más que en tres años de estudios de contrapunto en el conservatorio”. Lo curioso es que hay gente que se ha tomado esta idea en serio.
Por ejemplo, Henry-Louis de La Grange, millonario estadounidense interesado en la cultura, quien supo desde muy joven que quería estudiar arqueología. No advirtió entonces que lo sería de la vida de un músico, Gustav Mahler (1860-1911).
Corrían mediados de los años cuarenta del siglo XX y oyó por primera vez la Cuarta y la Novena sinfonías de Mahler. Ambas le parecieron espantosas. Como si se trataran de caricaturas de una obra mayor. Tuvo que pasar un año para que volviera a oír la Cuarta Sinfonía, interpretada por Bruno Walter, esta vez en disco.
Ese día de 1946 Henry-Louis La Grange decidió dedicarle el resto de su vida a reconstruir hora por hora los 50 años, 10 meses y 11 días que duró la existencia de Gustav Mahler. Para este fin adquirió en Viena 10 o 12 libros que se habían escrito hasta ese momento sobre el maestro.
Al mismo tiempo comenzó a estudiar alemán, así como armonía, contrapunto y análisis musical, con una de las pedagogas más importantes de todos los tiempos, Nadia Boulanger.
Mientras, leía los libros sobre Mahler. Ahí descubrió las divergencias que torcían el entendimiento de su personalidad y obra. Entonces se transformó en un Sherlock Holmes de la vida de un músico.
La Grange analizó las partituras, la correspondencia, los testimonios, las colecciones de cartas, y empezó a seguirles la pista a los testigos. Una voz fundamental era Alma Mahler, la esposa del músico, que tenía 76 años y vivía en Nueva York.
Descubrió a una mujer vencida por los años, sorda y alcohólica, que lucía una peluca evidente y un cuerpo que ya casi no le respondía. Sobrevivían intactos sus ojos azules inolvidables. Todos sus maridos habían sido celebridades: Mahler, Gropius, Franz Werfel, Kokoschka.
El encuentro con Alma Mahler dejó a La Grange con demasiadas sospechas. Ella mentía. La segunda testigo fue la hija de ambos, Anna Mahler, escultora, que cuando recibió al biógrafo de su padre se estaba divorciando de su quinto marido.
El tercer testigo fue Bruno Walter, el mayor discípulo, un hombre que sentía ya que había dicho todo lo que podía decir sobre el maestro a través de sus ejecuciones. El cuarto testigo era un sobrino, Alfred Rosé, que había coleccionado quizás el número mayor de cartas de Mahler.
Tuvieron que pasar 20 años para que La Grange pusiera en orden esta catedral de informaciones cruzadas: cartas, documentos, fotografías, confesiones… Lo interesante es que a partir de una frase en una correspondencia inadvertida advirtió algo de lo que nadie hablaba: el donjuanismo enfermizo de Mahler.
Mientras dirigía la Ópera de Viena, una de sus tentaciones era seducir cantantes. No importaba que fueran cojas, estrábicas, pasadas de kilos. A todas las amaba con igual pasión. A todas las convencía de que alcanzarían la gloria con él.
La Grange estableció cada unas de estas historias, así como el recorrido de deslealtades y mentiras. Para no decepcionar a ninguna, aceptaba tres y cuatro cenas en una noche. Siempre comía.
Para entender la ambición de La Grange, uno de sus objetivos era descubrir con precisión quién le sirvió el desayuno al maestro el 15 de octubre de 1909. O por qué en una mañana soleada de julio de 1905 Mahler alquiló un coche para ir a la Ópera, cuando en verdad estaba a tres cuadras.
El año pasado la editorial española Akal lanzó una primera versión en castellano, resumida, de esta obra titánica e insuperable. Merece la pena leerla, con mucha paciencia.