A Cora Páez de Topel Capriles

A Cora Páez de Topel Capriles
A Cora Páez de Topel Capriles, gran amiga de Aziz Muci-Mendoza, él le recordaba al compositor de mediana edad Gustav von Aschenbach, protagonista de la película franco-italiana "Muerte en Venecia" (título original: Morte a Venezia) realizada en 1971 y dirigida por Luchino Visconti. Adaptación de la novela corta del mismo nombre del escritor alemán Thomas Mann.Se trata de una disquisición estético-filosófica sobre la pérdida de la juventud y la vida, encarnadas en el personaje de Tadzio, y el final de una era representada en la figura del protagonista.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Barquismeto: Musical y crepuscular en su 463 aniversario Conjunción de música, hombre y naturaleza, testimonio sublime de amor infinito a la Divina Pastora

Musical y crepuscular en su 463 aniversario

Conjunción de música, hombre y naturaleza, testimonio sublime de amor infinito a la Divina Pastora

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FÉLIX CORDERO PERAZA |  EL UNIVERSAL
domingo 20 de septiembre de 2015  12:00 AM
La honda melodiosa del canto festivo del cardenal, el crujir seco del siempre voluptuoso cují, la copa amarilla florecida del yabo, el gutural quejido de las golondrinas en las cornisas, el sonido estridente de las campanas de la iglesia, el piano armonioso de la sinfonía clásica del maestro Abreu, la resonancia de los mil cuatros en los dedos orquestales y corales de los niños, el rebuzno estridente y lerdo del pollino, el ruido monoxidito del automóvil, el concierto Vals bailable de la Mavare, las dipsómanas guitarras boleristas de los hermanos Gómez, el contrapunto entre Pío Alvarado y Canela, "La negra" de Juan Pablo Ceballos, la letra cadenciosa de Carrillo, la puntillosa cadencia grupal de Caraota Ñema y Tajá, los exquisitos arreglos de Santoral, la lírica de Machado, la guitarra acústica de Báez y la dirección magistral de Gustavo Dudamel, se encumbran por los aires en las tardes barquisimetanas al encuentro del crepúsculo de la cumpleañera ciudad. 

Entre las calles una ciudad esplendorosa que empuja hacia el florecimiento no obstante la anodina gestión de gobernantes. Donde imperó desde siglos "La mano vuelta, la cayapa y el convite", la solidaridad espontánea y franca. No por nada entre nosotros siempre hay más "barquisimetidos" que "barquisimetanos". Hoy, una ciudad sucia, un transporte público endemoniado, vetusto y conductores irrespetuosos y abusivos con paradas y pasajeros. La agresividad e intolerancia ciega rueda por todos lados espoleada con ahínco por una rivalidad política irracional y estúpida que achica la cortesía, los buenos modales y agiganta desenfrenada, como roca por serranía, la mala cara, el entrecejo fruncido y la mirada inamistosa. Atrás quedó poco del humor generalizado y la parranda sana y alegre. La delincuencia secuestra al ciudadano y el regreso a casa se adelanta temeroso. ¡Sitiados en nuestro propio entorno urbano! 

Ciudad Fenicia que enlaza

"La ciudad de los pulperos enfranelados" la llamó Guzmán Blanco. "Fenicia", le tildó el gran Chío Zubillaga. Y Uslar Pietri la describió como la ciudad que enlazaba gente de todas partes. Pero en fin, ha tenido buenos y malos momentos en su historia. Veamos algunas de sus etapas. Cuenta la historia que cuando los Welsares llegaron a la colina al norte del río Turbio, sembrada de maíz, por allá antes del 1545, encontraron 12 tribus muy bien organizadas. Tenían jerarquías, con roles específicos y los hombres eran altos, fuertes y bien parecidos. Han podido ser un grupo de indígenas avanzados si no se les hubiera exterminado. 

Pero esta ciudad que fue víctima, en el siglo XIX, como ninguna otra, de los saqueos, destrucciones, robos y asesinatos, en los tiempos de las montoneras, alzamientos de jefes militares y de los excluidos cimarrones, siempre ha sido un centro urbano receptor de población. Hoy viven en Lara alrededor de 2 millones de personas de las cuales el 65% habitan en Barquisimeto. Pasaron los tiempos de Embotelladora Marbel, la Galletera El Ávila y la C.A. Fibro-textil, las fábricas de alpargatas, chimó y papelón.

Gigantesca marginalidad

Tres hechos han influenciado su crecimiento económico, demográfico y cultural en los últimos 125 años. El Ferrocarril Bolívar Aroa-Duaca-Barquisimeto, que funcionó desde 1891 hasta la década de 1950. Convirtió a la ciudad en el más importante enclave de centro occidente, para el almacenamiento, comercialización e importación de productos agrícolas y manufacturados, que iban y venían de América y Europa. Hasta los años 60 del siglo pasado, teníamos un incipiente desarrollo industrial tradicional: alimentos, bebidas y textil. En la segunda mitad de los años 70, por la política de desconcentración industrial, se financian y localizan unas 300 nuevas industrias. Más de 20 mil puestos de trabajo. Se dinamiza y diversifica la actividad económica. 

Tercero, la conversión de ciudad musical a centro urbano universitario, con más de 25 instituciones de educación superior, entre el año 1962 y el 2000. Hoy estudian más de 80 mil estudiantes, unos 7 mil docentes y 5 mil empleados. Como contrapartida, una gigantesca marginalidad donde habitan 7 de cada 10 habitantes. Los vientos silicios del Este, el polvo fino en las nubes, el verdor de las colinas y las brillantes radiaciones del sol, fraguan en las tardes el tornasol y celestial crepúsculo de la cumpleañera ciudad. Conjunción de música, hombre y naturaleza testimonio sublime y rítmico de amor infinito a la mariana y milagrosa madre la Divina Pastora.

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