A Cora Páez de Topel Capriles

A Cora Páez de Topel Capriles
A Cora Páez de Topel Capriles, gran amiga de Aziz Muci-Mendoza, él le recordaba al compositor de mediana edad Gustav von Aschenbach, protagonista de la película franco-italiana "Muerte en Venecia" (título original: Morte a Venezia) realizada en 1971 y dirigida por Luchino Visconti. Adaptación de la novela corta del mismo nombre del escritor alemán Thomas Mann.Se trata de una disquisición estético-filosófica sobre la pérdida de la juventud y la vida, encarnadas en el personaje de Tadzio, y el final de una era representada en la figura del protagonista.

sábado, 16 de agosto de 2014

El Dr. Rafael Muci-Mendoza es un gran médico con amplio reconocimiento nacional e internacional por su coherente labor profesional, por su dedicación hospitalaria y docente, por su creatividad como científico, y por su integridad y coraje para defender las causas que profesa...La mejor prueba de este meritorio trabajo de este muy distinguido internista y neuro-oftalmólogo queda plasmada en la publicación de su libro “Primum non nocere – Primero no hacer daño”, el famoso y primordial aforismo del padre de la medicina, Hipócrates, que ahora pasamos a comentar.


Crítica de libros: PRIMUM NON NOCERE (Primero no hacer daño)

julio 8, 2006
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Vivencias de un médico del Hospital Vargas de Caracas
Rafael Muci-Mendoza
Sociedad Médica Santiago Salcedo Bastardo, Clínica El Avila, Caracas, 2004
El Dr. Rafael Muci-Mendoza es un gran médico con amplio reconocimiento nacional e internacional por su coherente labor profesional, por su dedicación hospitalaria y docente, por su creatividad como científico, y por su integridad y coraje para defender las causas que profesa.
Entre ellas, una muy singular, que lo acerca mucho a los objetivos de BITACORA MEDICA,  es la de difundir los conocimientos médicos, para beneficio de la población en general.
La mejor prueba de este meritorio trabajo de este muy distinguido internista y neuro-oftalmólogo queda plasmada en la publicación de su libro “Primum non nocere – Primero no hacer daño”, el famoso y primordial aforismo del padre de la medicina, Hipócrates, que ahora pasamos a comentar.
Grueso volumen de 998 páginas, en el cual se han vertido 265 artículos divulgativos suyos, publicados a lo largo de 20 años en varios periódicos de la capital.
Leer las casi mil páginas de este libro es ver desfilar la variada y admonitoria patología de la gente más humilde y necesitada de nuestra sociedad, que nos indica muy a las claras las ingentes necesidades de los sectores menos favorecidos, en un medio donde las diferencias económicas entre los diferentes sectores que lo componen pueden ser abismales.
Por su dedicación, noble y desinteresada,  a esa gente humilde, pobre, desamparada y necesitada, en el más antiguo y venerado de nuestros hospitales, el Hospital Vargas de Caracas, el Dr. Muci es ya acreedor de la gratitud de sus compatriotas.
En las páginas de ese libro quedan plasmadas las carencias múltiples de la población mayoritaria de un país dotado de grandes riquezas naturales, que no ha encontrado todavía un sistema político y económico que busque racionalmente una solución viable a su problemática básica, que se centra en los dos pilares fundamentales de salud y educación.
Este libro debería ser texto de estudio de nuestros estudiantes de medicina, pues la voz del Dr. Muci-Mendoza tiene toda la autoridad  basada en sólida formación, experiencia y voluntad de servicio, y por lo tanto merece ser oída con atención.  Es la conciencia del sector más serio y calificado de nuestra profesión.  Si queremos realmente enterarnos de la magnitud de nuestros problemas de salud entre las clases más humildes, en estas páginas –muchas veces narrado en el lenguaje coloquial de estos pacientes-, vamos a toparnos con la cruda realidad de necesidades no atendidas o parcialmente atendidas desde hace muchos años.
Al leerlo no puedo menos que evocar y añorar mi “pasantía”,  por más de dos décadas, en esa noble y vetusta institución, recordando con tristeza el deterioro gradual de la calidad de la asistencia hospitalaria, y la intensa presión social diaria de esa avalancha de gente destituida, pero que dentro de tanto maltrato conservaban la esperanza en el futuro de la patria.
Debemos felicitar esta iniciativa de la Sociedad Médica de la Clínica El Avila y a la pareja de Mario y Zoraima Blanco que han hecho posible esta compilación de la obra periodística y divulgativa del Dr. Muci-Mendoza.
Ojalá pudiese digitalizarse –al menos parcialmente- para permitir su lectura a las nuevas generaciones de médicos, que encontrarán en su narrativa el tan ansiado ejemplo a seguir entre quienes han resuelto consagrar sus vidas al noble empeño de curar, aliviar y aconsejar a los dolientes.
Francisco Kerdel Vegas
8 de julio de 2006

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