Entrevista a Juan Carlos Méndez Guédez. “Caracas es una novela negra”
Ediciones Siruela ha puesto en circulación Los maletines, octava novela de Juan Carlos Méndez Guédez (1967), escritor venezolano residenciado en Madrid, cuya obra ya ha cruzado las fronteras hacia otras lenguas. Ha sido reconocido con distintos premios, dentro y fuera de Venezuela
—La primera pregunta qué le viene uno a la cabeza es si todo ese horror, esas fechorías casi inenarrables que ocurren en Caracas, ¿son producto de tú imaginación o están basadas en hechos reales?
—En la época que yo firmé la novela con EdicionesSiruelasalió a la luz pública las grabaciones que le hicieron Mario Silva, el señor de la Hojilla. Pues si te pones a oír lo que dijo allí pues francamente yo me quedé corto. Todo lo que él revela allí, el entramado de violencia y corrupción que es hoy en día Venezuela, es formidable. Mi novela es un pálido reflejo de lo que allí puedes encontrar.
—¿Cuál fue tú intención como narrador cuándo empezaste a escribir Los maletines?
—Quería escribir una novela sobre Caracas distinta a las novelas que había escrito anteriormente. Caracas era, en mis novelas, una ciudad mitificada dónde, aunque había mucha violencia y pasiones, no era la ciudad tan dura y complicada deeste momento. Y por otro lado quería escribir una novela sobre la amistad y sobre la necesidad de sobrevivir a las necesidades del horror. Vargas Llosa,en sus cartas a un joven novelista, dice que el escritor es aquel que se desdobla y, aunque vive una situación con dolor, piensa: qué grandes posibilidades narrativas tiene esto. Caracas es una novela negra dolorosamente sensible en este momento.
El Caribe triste, solitario y final
—¿Es Los maletines una novela negra?
—La verdad es que cuando yo empecé a escribir Los maletines no la vi como una novela negra. Yo sabía que iba a ser una novela mucho más sombría y terrible que otras. Luego viendo el resultado me di cuenta que tenía elementos de novela de aventura, elementos de novela negra, elementos de novela picaresca. Creo que llegué a este tono a partir de Oswaldo Soriano. Para mí es un escritor maravilloso que se acerca a estos géneros populares y masivos desde una visión propia. A partir de admirar las novelas de Soriano, algunas tienen algo de novela negra, otras algo de novelas de espías, vi la posibilidad de escribir este libro.Te diría que, por otro lado, los escritores denovela negra que han leído la novela me dicen que les llama la atención el humor que tiene. Creo que tiene una tonalidad distinta a lo que podemos estar acostumbrados.
—Uno de los protagonistas, Donizetti, no es un individuo que tenga una posición política adversa al gobierno. De hecho: trabaja para el gobierno.
—Trabaja para el chavismo como podía trabajar para cualquiera de los gobiernos que estuvieron antes. Es uno de esos tantos hombres que van adonde los lleva la corriente.No quería que los personajes tuvieran una postura política muy definida. Quería que fuese gente común y corriente, que está tratando de sobrevivir como puede. Que la política y todo lo que tiene que ver con el poder terminara tocándolesla puerta y diciéndole: aunque huyas, aunque te pretendas evadir aquíestamos. No puedes huir ni siquiera pactando con nosotros. Que es lo que sucede en los países con gobiernos autoritarios: la gente se hacecómplice pensando que nunca le va a tocar. Hasta que una madrugada ese poder autoritario toca a tu puerta y te hace daño. No me interesaba hacer además un alegato político en la novela, meinteresaban otras cosas. Lo que me interesaba contar era cómo sobreviven dos pícaros del Caribe en medio del horror.
—¿Y cuál es la ética de estos personajes?
—La ética del superviviente. Que es la de muchos venezolanos. Que dicen yo tengo que sobrevivir y para hacerlo pacto con quien sea. La ética de ambos, de los dos personajes que, aunque tienen oposiciones políticas encontradas (Donisetti trabaja con el gobierno y Manuel es de la oposición), es la ética del superviviente. Del pícaro que dice, hay más poderosos que yo y yo tengo que ver cómo sobrevivo, cómo le doy un mordisco.
—¿Y por qué esa actitud?
—En los libros lo que menos importa es lo que el autor pueda pensar sobre algo. Patricia Highsmith no es una asesina y, sin embargo, sus protagonistas son criminales. La literatura lo que te permite es asomarte a ese abismo. Tengo mis opiniones políticas muy claras, muy obvias, muy evidentes, que expreso en todos lados pero no me interesaba transmitírsela a mis personajes. Quiero hacer personajes seductores, interesantes por sus contradicciones. Y en este caso yo espero que Donizettisea un personaje interesante porque aunque es un personaje con muy pocaética, con el queseguramente no te sentarías a tomar un café y, a pesar de ello, hay un elemento que me resulta entrañable en su vida: su forma de ser padre. Mis personajes tiene una moralidad o una ética muy laxa, sin embargo hay algo que los hace vulnerables.
—¿Cuándo te planteaste escribir una novela tan caraqueña comoLos maletines no te dio temor el hecho de que Caracas no es una ciudad “literaria” como Bogotá, Ciudad de México o Buenos Aires? ¿No pensaste: esto no se va a vender?
—Yo creo que un escritor tiene que ser honesto primero. Yo no podría escribir sobre ciudades como las que mencionaste porque apenas las conozco.Un escritor no debe tener el temor de hablar de espacios que no estén magnificados por lo que es la celebridad literaria. Un escritor tiene que hablar sobre lo que le interesa, le conmueve, le importa. Lo significativoes la historia que allí se cuenta. Y la prueba de que yo tenía razón es que la novela la ha comprado una editorial española como es Siruela. Si la historia tiene gancho se lee. El escritor venezolano tiene que quitarse una serie de complejos.Fíjate: ningún lector español me ha comentado eso. Me lo han preguntado lectores venezolanos. Me llama la atención que sea algo que nos preocupa más a nosotros que a un lector de otra parte.
Sobre el futuro de la narrativa venezolana
—¿Crees que va a surgir, como ha sucedido en otras ciudades latinoamericanas,una narrativa específica de estemomento, qué haga nuestra literatura más reconocida fuera?
—No lo sé. Para unescritor es muy difícil hacer ese tipo de elucubraciones. Yo creo que se está haciendo y se ha hecho en Venezuela una literatura de mucha calidad. Que los sucesos terribles que pasan en Venezuela hagan que ahoralos focos se dirijan hacia allá, no lo sé. No sé si ha ocurrido ni si está ocurriendo.
—¿Piensas que la emigración de escritores va a producir una literatura venezolana escrita fuera de nuestras fronteras?
—Eso sí. El escritor venezolano no se movía de su país. Ahora nos hemos movido unos cuantos. Y todo escritor viaja con su tradición, con sus lecturas, con sus referencias. Y eso está produciendo una visibilidad distinta a la que había. Me voy ahora a Asturias a dar una conferencia sobre Venezuela. Probablemente esa conferencia hace diez años no se habría producido. Y luego voy a Lyon a presentar una novela mía que se ha traducido al francés. Probablemente tampoco eso sehabría producido si no me traslado a España. Y ese es mi caso. Ahora multiplica eso por cada escritor que está fuera. El escritor venezolano que está en Miami hablará en algún momento sobre Teresa de la Parra. El autor que está en Pittsburg hablará de Julio Garmendia. Y será invitado a hablar sobre literatura venezolana a Nueva York. Yo sí creo que ese elemento va a generar una transformación en la literatura: la diáspora de escritores venezolanos. Porque la literatura no tiene que ver sólo con su divulgación sino también con su hechura. Como enefecto sucedió con las diásporas argentinas, las diásporas chilenas, las uruguayas. Ese hecho en concreto sí está generando una mayor visibilidad de nuestra literatura, sin duda alguna.
—¿Cómo se siente Juan Carlos Méndez Guédez después de haber terminado una novela tan distinta y dura como Los maletines?
—Me siento satisfecho. Haber hecho dos novelas tan diferentes (Arena Negra y Los maletines)me produce alegría. Y el hecho de haber incorporado un nuevo discurso, de haber enfocado otro tipo de realidad a mi discurso, pues sí, me da una gran satisfacción. La verdad es que una vez que sale el libro, el escritor se concentra en la novela siguiente. Los escritores no tienen pasado: tienen presente o futuro. El libro que está escribiendo eneste momento y el libro que va hacerdespués. Estoy contento: desde el punto de vista literario haber podido armar una novela con estas características, pero el deseo, las ganas ya están puestas en el libro siguiente.
—¿Y por qué escribes?
—Empecé a escribir porque leía mucho y estaba muy solo. Casi toda mi familia estaba muy lejos. Yo vivía en Caracas y mi familia vivía en Barquisimeto. Conocí a mis hermanas muchos años después. Mi infancia fue una infancia relativamente solitaria y una manera den acompañarme era “mejorar” las historias que yo veía en la televisión. Y creo que la palabra es una manera de acompañarme desdelainfancia. Creo que es Lyotard el que dice que la frase que define lo que es la anunciación es “no me dejes solo”.Quizás lo que dice un escritor cada vez que escribe es no me dejes solo. Pues yo creo que era una manera en aquel momento de hacerme compañía. De buscar la compañía de los lectores. Probablemente esa haya sido la razón. Y en efecto te puedo decir que muchas veces los lectores que te escriben una carta o te envían un pequeño obsequio o te envían una fotografía terminan convirtiéndose en una especie de familia invisible que te acompaña y a la que le agradeces muchísimas cosas. Tal vez suene a frase retórica pero es una especie de ejercito invisible que está allí y te estimula a seguir.
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