ÁNGEL RICARDO GÓMEZ | EL UNIVERSAL
lunes 18 de noviembre de 2013
Miguelángel Landa (1937) escribía recientemente un desgarrador artículo de opinión donde identificaba "una forma muy ocurrente de expatriarte: en lugar de botarte a ti del país, botaron al país y te dejaron a ti. Hoy Venezuela agoniza en algún exilio". En la entrevista que sigue, el experimentado actor confiesa estar muy triste, "siento que me han arrancado parte de mi vida dentro de mi propio país. ¿Qué puedo hacer, yo no soy político, yo no tengo infraestructura para armar un partido?".
Cuando pensaba que había llegado a un techo en su carrera, el artista fue llamado por los músicos de la Vida Bohème para que protagonizara su más reciente videoclip, La vida mejor, que ha resultado todo un éxito.
-Reaparece en el cine con El manzano azul de Olegario Barrera (2012); ahora este videoclip y próximamente en los filmes Papita, maní, tostón,de Luis Carlos Hueck y Las caras del diablo 2 de Carlos Malavé ¿Planificó así su regreso?
-Es que nunca me he ido. Yo no puedo dejar de actuar, este es mi mundo, siento una nostalgia terrible al no poder estar ante las pantallas, y es lógico por todo lo que está pasando: no hay canales y los que quedan no me aceptan por razones obvias (su postura política).
-¿Qué diferencias encuentra entre el cine que se hacía en los tiempos de Román Chalbaud y el de ahora?
-Aquel cine que hacíamos -porque yo era productor y dirigí inclusive- era en 35 milímetros; ahora, con una camarita digital se filma. Antes era con celuloide, se repetía y se perdía material; ahora, puedes repetir, los actores pueden equivocarse más y no hay problema. En aquella época era más importante no equivocarse, yo me aprendía la letra muy bien porque sabía lo que significaba.
-¿Y existe la misma mística de antes?
-Los cineastas tienen una característica especial: es como ver a un cura, están vestidos de forma particular, con una colita o llevan un koala lleno de cosas, un alicate... son desordenados, llevan barba, no son bohemios, son una estirpe especial.
-¿Parece que en medio de tanto caos el cine es una de las pocas cosas que funciona en el país?
-El cine está funcionando afortunadamente. El Cnac (Centro Nacional Autónomo de Cine) ha dado un espaldarazo muy grande, y han salido buenos títulos comoAzul y no tan rosa, Piedra, papel o tijera, El manzano azul, Hermano, La hora cero... Si le brindas algo bueno al público este va a las salas.
-¿Cómo fue su experiencia con el videoclip?
-Extraordinaria. Yo estaba asustado, temblaba, nunca había actuado en un videoclip. Una vez dirigí uno cuando hacíamos Él y ella (1971) con Mirla Castellanos, a nuestro estilo, con César Bolívar en la cámara. Cuando me ofrecen esto, les digo, "Yo soy un músico frustrado" y resulta que ha sido un éxito, la gente me dice "¡Qué bien cantas!" jajaja...
-¿Y cómo fueron esos trabajos en Papita, maní, tostón y Las caras del diablo 2?
-En Las caras hago un policía retirado al que le secuestran a uno de sus hijos y le matan a otro, entonces comienza a buscar a los tipos, lo ayuda un policía al que sacan de la cárcel. Papita, maní, tostón, es una comedia ligera, simpática, una suerte de Romeo y Julieta. Allí soy el papá del protagonista; él es caraquista y ella es magallanera...
-¿Y en la vida real es caraquista o magallanero?
-Yo era caraquista hasta que vi a una persona con un uniforme rojo que decía "Caracas". Me arranqué al Caracas del corazón. Esta persona había comprado al equipo.
-¿Extraña la televisión?
-Me gustaría volver.
-"Haz bien y no mires a quién" ¿Parece que esos mensajes son más urgentes que nunca en el país de hoy?
-Si vuelvo a tener un espacio en televisión me afincaría mucho más, desde el principio hasta el final. Cada vez que pueda lo digo porque estamos en un verdadero caos, esto se lo está llevando el diablo, tú vas por la calle y no sabes si las motos van o vienen...
-¿Y por qué llegamos a este punto? Se le achaca la culpa a un gobernante, pero la sociedad es mucho más que un presidente...
-Pero cuando un gobernante toma la actitud de hacer cadenas y al hacerlo lo escucha todo el mundo, y esa persona dice por ejemplo, "Si una persona roba es porque tiene hambre, ¿por qué no va a robar entonces?". ¿Cómo va a decir eso? Los que son capaces de robar lo hacen como se dice, "guapos y apoyados". Yo sé que somos mucha gente y cada quien pone su granito de arena, bien, mal o regular, dependiendo de cómo actúes, pero también te dejas guiar por lo que está pasando. Ahora mismo está pasando algo que yo no entiendo: yo vi en los asaltos que hicieron a mucha gente de la clase media haciendo cola desde las doce de la noche para comprar las cosas más baratas, televisores... ¿Qué pasa en este país?
-Aunque el Gobierno dice que es una medida de justicia porque algunos comerciantes estaban especulando al pueblo.
-Seguramente es verdad, estaban buscando aumentar el precio, siempre hay vivos, aquellos que se creen estafadores, pero si tú te pones a ver el dólar paralelo -que es con el que se pueden comprar esas cosas, porque aquí Cadivi se ha convertido en un ente que a veces da dinero, otras no, o se tarda- ¿cómo haces para comprar con un dólar paralelo tan alto? ¿cómo hago yo por ejemplo, para hacer una película con ese dólar?
-¿Diría que hay otras medidas que aplicar como multas o cierres, y no lo que se hizo?
-¿Y quien tiene que tomar las medidas? El Gobierno. ¿Pero por qué esto ha llegado a este caos? ¿Por qué las calles están rotas, por qué los puentes se caen, por qué la luz se va, por qué no hay leche, ni azúcar, ni café..? ¿Es culpa del pueblo? Uno no tiene nada que ver con eso, el pueblo simplemente sale a trabajar y punto, es culpa de un Gobierno que no lo está haciendo bien. Yo no soy político, ni me interesa, jamás en mi vida el nombre de Miguelángel González Landa ha aparecido en partido alguno, ni en el Partido Comunista, ni en URD, ni en Copei, ni en AD, ni en Primero Justicia, ni en el Psuv. Yo lo que he hecho es marchar en pro de una mejoría para el país, porque yo no me quiero ir de aquí, y yo tengo la oportunidad de irme, me han ofrecido trabajo para realizarBienvenidos en muchas partes, pero yo no me voy a ir, yo quiero mucho ese cerro (Ávila), a mis hijos y nietos.
-Escribía recientemente que acá sacaron al país y lo dejaron a usted acá.
-Es que es así. Uno no sabe quién es, cómo es el país nuestro, hay una confusión grande, es un sentimiento extraño, encontrado, difícil de llevar adelante. Vivimos un momento complicado.
-¿Y cómo hacemos para reecontrarnos con nosotros mismos, con nuestros semejantes y el país?
-Yo creo que la única forma de reecontrarnos es sentarnos a hablar aunque sean rojos, verdes, amarillos, azules, del color que sea. Vamos a sentarnos y vamos a tratar de llevar esto adelante. Ahora, cómo se lleva adelante si hay dos toletes de 8 millones de habitantes de cada lado y no se ponen de acuerdo. A mí me encantaría que esto se arreglara, que funcionara, que lo que está pasando en la calle con las motos, con la gente, con los automercados, funcione... Yo no pienso irme de este país, a mi me sacarán amarrado.