A Cora Páez de Topel Capriles

A Cora Páez de Topel Capriles
A Cora Páez de Topel Capriles, gran amiga de Aziz Muci-Mendoza, él le recordaba al compositor de mediana edad Gustav von Aschenbach, protagonista de la película franco-italiana "Muerte en Venecia" (título original: Morte a Venezia) realizada en 1971 y dirigida por Luchino Visconti. Adaptación de la novela corta del mismo nombre del escritor alemán Thomas Mann.Se trata de una disquisición estético-filosófica sobre la pérdida de la juventud y la vida, encarnadas en el personaje de Tadzio, y el final de una era representada en la figura del protagonista.

sábado, 4 de abril de 2015

Cuando asistía al seminario "Los Medios de Comunicación Colectiva y el Desarrollo Económico, Político y Social de América Latina", por allá en el año setenta, en Costa Rica, con periodistas de todos los países del continente, uno de los colegas de Argentina, después de mi exposición sobre Venezuela, comentó: "El problema de Venezuela es el petróleo que disloca el normal funcionamiento del país en todos los órdenes". Esto viene a cuento, ante una pregunta que me hacia una amiga: ¿Por qué Venezuela, teniendo tantas riquezas, no está mejor?

¡La paradoja, de país rico... gente pobre!

...Lo que está en juego es esta endiablada economía y mejorar la calidad de vida

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FÉLIX CORDERO PERAZA |  EL UNIVERSAL
domingo 29 de marzo de 2015  12:00 AM
Cuando asistía al seminario "Los Medios de Comunicación Colectiva y el Desarrollo Económico, Político y Social de América Latina", por allá en el año setenta, en Costa Rica, con periodistas de todos los países del continente, uno de los colegas de Argentina, después de mi exposición sobre Venezuela, comentó: "El problema de Venezuela es el petróleo que disloca el normal funcionamiento del país en todos los órdenes". Esto viene a cuento, ante una pregunta que me hacia una amiga: ¿Por qué Venezuela, teniendo tantas riquezas, no está mejor? La terrible y fatídica contradicción de nuestro grado de bienestar colectivo. ¡La paradoja! Antiguamente era filosofía, hoy es matemática. ¡País rico... gente pobre! Conceptos contradictorios que a simple vista son simples y razonables. Materia para reflexionar. Las paradojas son extraordinarias para estudiar y procesar información abstracta. En el caso de Venezuela podría calzar perfectamente la Paradoja de Abilene, que reza: "Un grupo de personas frecuentemente toman decisiones contrarias a sus propios intereses". Yo agregaría "a los intereses del país".

Asediados

Venezuela, vive desde hace unos 100 años de la renta que le genera al fisco nacional la venta de su petróleo. ¡Una piñata a la que todos le dan palo! Aprovechado en demasía por los grandes capitales nacionales y foráneos, duchos para trabajar, negociar y medrar con el Estado. Cuyos representantes blandengues y asediados no han perdido oportunidad de sacar inmensas ganancias personales. La corrupción ha invadido como langosta hambrienta todas las instancias y competencias de la administración pública. Las primeras explotaciones y exportaciones del "oro negro", por allá durante la década diez del siglo pasado y bajo la sanguinaria y terrorífica dictadura de Juan Vicente Gómez. Un país pobre -recién bloqueado por potencias europeas por deudas-, los precios del cacao y café achicados en el mercado internacional y nuestras plantaciones agotadas. De la danza de millones salieron grandes riquezas familiares. La renta petrolera no se dedicó a la producción agrícola e industrial. Una porción al torrente del circulante para el consumo y otra llenó cuentas de bancos en dólares. ¡Aún sigue pobre!

"Eso me toca por derecho"

El faro de luz que alertó sobre el errático camino comenzó a mandar mensajes en 1936. Cuando el entones ministro de Agricultura de López Contreras, Alberto Adriani, expresó la famosa frase "Sembrar el Petróleo". Uslar Pietri, la repitió hasta el cansancio. Decía, se perdió el sentido del esfuerzo, ahorro y trabajo. Mientras Pérez Alfonzo, clamaba por su conservación como recurso no renovable. Llegó hasta a decir que era "El excremento del diablo". Mientras las voces de peligro irrumpían atribuladas, los políticos continuaban indetenibles la infausta carrera llevada de la mano del facilismo, ineptitud y robo público. Sacrificaron el futuro y dejaron un país pobre, desigual y excluyente. El petróleo, creó una cultura de viveza, riqueza rápida, derechos insensatos y hasta cínicos como el cupo de divisas a viajeros, bachaqueo que practican hasta algunos de la clase alta, reposeros, la nefasta movilidad laboral, la pensión sin trabajar y jubilaciones antes de tiempo, en nombre del petróleo. Dádivas y más dádivas... En el inconsciente ¡Una riqueza de todos!... ¡Eso me toca por derecho!. ... ¡El alerta de Uslar Pietri! 

Pero, además, ¿por qué Venezuela no está mejor? Porque, exportamos materias primas cuyos precios bajos los deciden internacionalmente. Porque el neoliberalismo y libre mercado, la privatización de empresas, la aplicación de la terapia shock, extendieron a las masas populares la pobreza, redujeron las oportunidades de educación, salud pública y las fuentes de trabajo. Tal como sucede ahora en Europa. Porque hemos mirado siempre hacia el Norte en lugar de hacerlo hacia el Sur o hacía quienes nos rodean, para aprovechar economías complementarias. A contracorriente del pensamiento de Simón Bolívar, nos ha caracterizado la división interna y regional. Miren lo que dijo Bill Clinton, en 1991, acerca de EEUU, "Se han privilegiado las ganancias sobre las obligaciones públicas, los intereses de grupos sobre el bien común". En nuestro país, lo que está en juego es esta endiablada economía y mejorar la calidad de vida. Mientras, la hilandera "Hila, canta y espera"

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