A Cora Páez de Topel Capriles

A Cora Páez de Topel Capriles
A Cora Páez de Topel Capriles, gran amiga de Aziz Muci-Mendoza, él le recordaba al compositor de mediana edad Gustav von Aschenbach, protagonista de la película franco-italiana "Muerte en Venecia" (título original: Morte a Venezia) realizada en 1971 y dirigida por Luchino Visconti. Adaptación de la novela corta del mismo nombre del escritor alemán Thomas Mann.Se trata de una disquisición estético-filosófica sobre la pérdida de la juventud y la vida, encarnadas en el personaje de Tadzio, y el final de una era representada en la figura del protagonista.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Un hombre de vasta cultura como Aziz Muci-Mendoza en una ciudad como Valencia, durante los años que trabajamos 1982-84 aprovechaba junto a María Luisa Marcollini de Hurtado y yo, ir a los "Martes Selectos" donde el grupo "Cine Estudio" encabezado por el Ing. Daniel Labarca ofrecía un compendio del mejor cine que se podía proyectar en el país hecho en Europa, Asia, USA y Latinoamérica, en el Cine del Centro Comercial "La Viña", que duró 11 años...

El carabobeño 19 junio 2012

Cines de antaño en Valencia ya no existen

El Teatro Guaparo testimonia el abandono del patrimonio cultural. (Foto Clemente Espinoza)
Alfredo Fermín | afermin@el-carabobeno.com
Valencia era la ciudad del país con más autocines y una de las que más tenía cines hasta la década de 1990, cuando estos centros de entretenimiento comenzaron a desaparecer. Hoy en el municipio no queda ni uno, pues el que ha sobrevivido -el Cine de Arte Patio Trigal, de la Universidad de Carabobo- está en reacondicionamiento.
Las salas de cine con sede en los centros comerciales están en el Sambil, Naguanagua y Metrópolis, en San Diego, donde generalmente la programación es de películas norteamericanas y algunas venezolanas, lo que priva al público de esta ciudad apreciar la filmografía de países europeos, asiáticos y latinoamericanos.
En Valencia había culto por el buen cine. Pero la inseguridad, lo elevado de las entradas y las facilidades que ofrece la televisión por cable y el DVD se impusieron, por lo cual la gente prefiere ver cine en su casa, aunque esta expresión artística está concebida para verla en grandes pantallas y en la intimidad de la sala oscura. El cine es para verlo en el cine.
Uno de los cines que marcó época en Valencia fue el Imperio, en la esquina de la plaza Bolívar, entre Urdaneta y Libertad. Inaugurado en la década de los años 40, con los proyectores más adelantados de la época, la sala se caracterizaba por su elegancia y la calidad de su cartelera. Los domingos y días de fiesta tenía funciones a las 11 de la mañana, matineé a las 3 pm.; vespertina a las 5 pm., y funciones nocturnas a las 7 y 9 pm. En el segundo piso estaba la sala de baile para los vermouth y matineés danzantes, concurridos por gente de la sociedad.
Formando parte de la edificación, de arquitectura modernista, estaba la fuente de soda de Pablo Emilio Pérez, famoso por sus sándwichs llamados “pepitos” y sus burbujeantes refrescos preparados. Al frente estaba la pastelería El Faisán, atendida por unas damas alemanas, cuya repostería era considerada una de las mejores del país. En los 90 el Imperio dejó de funcionar hasta que fue invadido por unos revolucionarios, que según afirman, realizan actividades de arte emergente.
En la calle Colombia, al lado del Correo, estaba el cine Valencia, de don Miguel Aché, especializado en cine europeo y en películas de aventuras proyectadas en varias sesiones. Eran series por capítulos que siempre terminaban en un episodio para crear expectativas, especialmente entre jóvenes y estudiantes, hasta el siguiente sábado o domingo cuando se despejaba la incógnita de “cómo se salvaba la muchacha o el muchacho de la película”, como le decían a los protagonistas principales, recuerda el arquitecto Peter Albers.
No queda ni uno
Daniel Labarca, especializado en la historia de la Cinematografía en Valencia, reporta que en 1927 en el cine Candelaria, frente a la plaza de esta parroquia, proyectaron el histórico filme “El acorazado de Potemkin”. En esa misma sala durante mucho tiempo hubo espectáculos de lucha libre que atraían público de toda la ciudad. La sala fue derribada para comercios hace más de 30 años.
En la avenida Constitución, al lado de la radio La Voz de Carabobo estuvo el cine Tropical, el cual después de haber tenido una cartelera recomendable optó por el cine para adultos. Estos filmes produjeron escándalos entre los moralistas, pero los filmes batieron récords de proyecciones. Igual suerte tuvo el cine Lid, en la calle Independencia, al lado de la pastelería Carabobo, el cual fue derribado para instalar una tienda.
Cuando la ciudad comenzó a crecer hacia el norte, en sus cercanías abrió el cine Díaz Moreno, cerca de la iglesia de San José, donde en 1961 estrenaron con enorme éxito de taquilla “Psicosis”, el filme de terror de Alfred Hitchcock. Esta sala junto con la que estuvo al lado de la iglesia de El Viñedo, inició en la ciudad ciclos de películas de alta calidad artística que continuaría años más tarde con los Martes Selectos en los cines del centro comercial La Viña, presentados por Daniel Labarca.
Comenzando la década de los 60 fue inaugurado el cine Centro, en el pasaje Centro frente a la plaza Bolívar, en la que fue estrenado el polémico film “La Dolce Vita”, de Federico Fellini. En los años 90 esta espléndida sala suspendió sus funciones y fue alquilada para el culto de la secta religiosa Pare de Sufrir.
En 1965 fue inaugurado el cine Guaparo, una edificación elegante de grandes dimensiones en la que fueron estrenadas obras maestras del cine de Hollywood. Su discoteca El Safari fue el ícono de aquellos años de la diversión nocturna en Valencia. El bello espacio arquitectónico está abandonado, a pesar de que aún puede ser rescatado para actividades culturales.
En los años 80 los centros comerciales tuvieron lujosas salas de cine. Al lado del cine Stauffer estuvieron las salas HS1 y HS2. El centro comercial y profesional Avenida Bolívar tuvo cinema Alfa 1 y cinema Alfa 2. El centro comercial Siglo XXI tenía La Viña 1 y La Viña 2 y el centro comercial Camoruco tuvo una de las mejores salas del país, siempre con una cuidada cartelera. El centro comercial Los Nísperos tuvo también varias salas cinematográficas que desaparecieron al poco tiempo.
El récord de autocines lo tuvo Valencia: Cine Car, avenida Cuatricentenaria, en Guataparo; Cine Parque, en Guaparo; Móvil Cine, en la avenida Kerdel; Auto Teatro Guataparo, Cine Auto Sur, en la avenida Lisandro Alvarado, en La Florida; autocine El Trigal y autocine Castilllito. De todo esto no queda nada.
Prácticamente Valencia no quiere nada con las salas de cine. Un caso bueno para analizar.

Otra diversión de Aziz era ver Radio Rochela  en especial un personaje de una mujer de color que atendía un puesto de
venta y terminaba siempre su sckecht diciendo "porque tengo los pelo quietos". He buscado su nombre y no lo he 
encontrado...Si alguien recuerda esa actriz ¿por favor me ayuda a completar el blog con el dato? GRACIAS



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