No solo de pan...
LINDA D' AMBROSIO | EL UNIVERSAL
martes 17 de marzo de 2015 12:00 AM
"Una gran movilización a través de la música, para mostrar a los más desfavorecidos que no están solos". Así se define el proyecto "A kiss for all the world", que contempla la gira de la Orquesta Académica de Madrid, con su respectivo coro, a través de diversos puntos de Latinoamérica, África y Asia.
La primera fase del proyecto, que se desarrollará durante los meses de junio y julio, prevé interpretar la Novena Sinfonía de Beethoven, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el 12 de enero de 2003, en las zonas más deprimidas de México, Colombia, Perú y Chile.
La gestión de esta iniciativa corre a cargo de un equipo conformado por Óscar Pintado, Ronald Maguiña, Luján Artola, Rafa Cobo y Santiago Requejo, respaldados por un conjunto de personajes que han aceptado sumarse al proyecto en calidad de "embajadores". Cuentan asimismo con el apoyo de un patronato de honor del que forman parte figuras tan populares como Plácido Domingo, Luis Rojas Marcos, la baronesa Carmen Thyssen Bornemisza, Antonio Vázques Romero, Alberto de Elzaburu, Amadeo Petitbo, Antonio Garrigues y Carmen Riviriego. A la cabeza del equipo y de la Orquesta, el maestro Iñigo Pirfano.
No sorprende que sea Pirfano quien haya motorizado las acciones en este sentido, puesto que lo largo de su trayectoria ha mostrado un interés creciente en aproximar el arte a las personas, explorando particularmente el potencial que entraña la música como factor de desarrollo a través de sus libros "Ebrietas, el poder de la belleza", "Inteligencia Musical" y "Música para leer". Compositor, escritor, conferenciante y director de orquesta, fue galardonado con el Premio Liderazgo Joven de la Fundación Rafael del Pino en 2011.
La colaboración de un grupo de especialistas de la talla de Baruc Corazón, diseñador de modas; del escritor Mario Tascón; de Tomás Muñoz, experto en dirección de escena, escenografía e iluminación, y de Ignacio Vicens, el arquitecto que concibió el escenario móvil en el que tendrán lugar las presentaciones, hará posible que esta experiencia tenga lugar con el más alto grado de calidad posible.
Acometer una acción de esta naturaleza puede resultar, hasta cierto punto, polémico. ¿Qué sentido tiene llevar algo inmaterial como la música a lugares carentes de los más elementales servicios?
Inspirado en la filosofía cartesiana, el proyecto parte de la idea de que las necesidades materiales del individuo deben ser atendidas, pero sin ignorar otras necesidades inherentes a la realidad del espíritu. Al respecto, una de las más recientes entradas de su blog señala: "es preciso darse cuenta de que el arte es necesario, no porque nos ayude a vivir mejor, sino porque hace nuestra vida más digna de ser vivida; no porque sea imprescindible para la vida, sino indispensable para una vida propiamente humana". En consecuencia, así como otras entidades se ven llamadas a satisfacer determinadas carencias, "A kiss for all the world" tiene clara la misión que está llamada a desempeñar al promover una experiencia de un impacto emocional único.
Por mi parte, mientras aguardo con interés las primeras presentaciones, no puedo dejar de considerar que esta acción no solo reviste valor desde el punto de vista del encuentro de las personas con la música, sino también como reclamo para que la atención recaiga en el hecho, aparentemente obvio, de que no solo de pan vive el hombre, y que el desarrollo máximo del potencial que cada persona trae consigo solo es posible cuando se involucran todas las dimensiones de su personalidad.
linda.dambrosiom@gmail.com
La primera fase del proyecto, que se desarrollará durante los meses de junio y julio, prevé interpretar la Novena Sinfonía de Beethoven, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el 12 de enero de 2003, en las zonas más deprimidas de México, Colombia, Perú y Chile.
La gestión de esta iniciativa corre a cargo de un equipo conformado por Óscar Pintado, Ronald Maguiña, Luján Artola, Rafa Cobo y Santiago Requejo, respaldados por un conjunto de personajes que han aceptado sumarse al proyecto en calidad de "embajadores". Cuentan asimismo con el apoyo de un patronato de honor del que forman parte figuras tan populares como Plácido Domingo, Luis Rojas Marcos, la baronesa Carmen Thyssen Bornemisza, Antonio Vázques Romero, Alberto de Elzaburu, Amadeo Petitbo, Antonio Garrigues y Carmen Riviriego. A la cabeza del equipo y de la Orquesta, el maestro Iñigo Pirfano.
No sorprende que sea Pirfano quien haya motorizado las acciones en este sentido, puesto que lo largo de su trayectoria ha mostrado un interés creciente en aproximar el arte a las personas, explorando particularmente el potencial que entraña la música como factor de desarrollo a través de sus libros "Ebrietas, el poder de la belleza", "Inteligencia Musical" y "Música para leer". Compositor, escritor, conferenciante y director de orquesta, fue galardonado con el Premio Liderazgo Joven de la Fundación Rafael del Pino en 2011.
La colaboración de un grupo de especialistas de la talla de Baruc Corazón, diseñador de modas; del escritor Mario Tascón; de Tomás Muñoz, experto en dirección de escena, escenografía e iluminación, y de Ignacio Vicens, el arquitecto que concibió el escenario móvil en el que tendrán lugar las presentaciones, hará posible que esta experiencia tenga lugar con el más alto grado de calidad posible.
Acometer una acción de esta naturaleza puede resultar, hasta cierto punto, polémico. ¿Qué sentido tiene llevar algo inmaterial como la música a lugares carentes de los más elementales servicios?
Inspirado en la filosofía cartesiana, el proyecto parte de la idea de que las necesidades materiales del individuo deben ser atendidas, pero sin ignorar otras necesidades inherentes a la realidad del espíritu. Al respecto, una de las más recientes entradas de su blog señala: "es preciso darse cuenta de que el arte es necesario, no porque nos ayude a vivir mejor, sino porque hace nuestra vida más digna de ser vivida; no porque sea imprescindible para la vida, sino indispensable para una vida propiamente humana". En consecuencia, así como otras entidades se ven llamadas a satisfacer determinadas carencias, "A kiss for all the world" tiene clara la misión que está llamada a desempeñar al promover una experiencia de un impacto emocional único.
Por mi parte, mientras aguardo con interés las primeras presentaciones, no puedo dejar de considerar que esta acción no solo reviste valor desde el punto de vista del encuentro de las personas con la música, sino también como reclamo para que la atención recaiga en el hecho, aparentemente obvio, de que no solo de pan vive el hombre, y que el desarrollo máximo del potencial que cada persona trae consigo solo es posible cuando se involucran todas las dimensiones de su personalidad.
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