Peyber Medina triunfó en dos concursos europeos
El coriano, que ha recibido lecciones de Sung Kwak, es violinista de la Sinfónica Simón Bolívar
El Nacional 9 DE DICIEMBRE 2013 -
Cuenta Peyber Medina que tras una lección de dirección orquestal con Sung Kwak, se acercó al maestro con la intención de exprimir el momento y obtener el máximo cúmulo de conocimientos. ¿Qué me aconseja?, le preguntó. El artista, reconocido mundialmente y habitual colaborador del Sistema de Orquesta y Coros Juveniles de Venezuela, se volteó y le dijo: “No dejes la batuta”.
Medina, quien entonces se encontraba apenas empezando ese recorrido en las mismas aulas en las que curiosamente Gustavo Dudamel recibió sus primeras enseñanzas, ve esa simple frase, en retrospectiva, como el mejor consejo posible. Fue entonces cuando comenzaron a convivir en él dos pasiones: el violín, que actualmente toca en la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de los mayores –identificada internamente con la letra A– y el arte de conducir a sus colegas desde el púlpito.
“Dirigir es mágico”, reflexiona Medina, formado en el núcleo de Coro de la institución que José Antonio Abreu fundó hace 28 años. “Haces un movimiento y surge algo que no estaba. Sugieres un carácter y todo cambia. Si te pones a ver, las bandas sonoras son las que le dan relieve a las películas”.
Medina, ahora de 35 años de edad –10 de ellos viviendo en Caracas–, aplicó para tres concursos de dirección realizados en Europa del Este. Y aunque solo asistió a dos, fue aceptado en todos. En agosto participó en el Serguei Luchevichi, celebrado en Chisinau (Moldavia), en el que era el único latinoamericano y obtuvo el tercer lugar detrás del ucraniano Iván Cerednicenko y la japonesa Naoko Sakai.
El artista no se conformó. El mes siguiente viajó a Bucarest (Rumania), donde compitió con otros 14 concursantes. El venezolano volvió a obtener el tercer lugar por su performance al frente de la orquesta residente del Teatro de Ópera de Constanza, con la que interpretó el primer movimiento de la Sinfonía Nº 3 de Ludwig van Beethoven y el cuarto movimiento de la Sinfonía Nº 5 de Piotr Ilich Tchaikovsky.
“Ven como un acto de osadía el hecho de que participe un latinoamericano que viene de un país tan lejano", dice Medina. "Lo interesante es que conocen bien lo que está ocurriendo acá. Creo que lo que estamos experimentando en Venezuela con la música no está pasando en ningún otro lugar del mundo”.
Hizo bien en prestarle atención a Sung Kwak porque ahora el músico, que no había participado en concursos similares y que estaba mucho más concentrado en la agenda de la Simón Bolívar que en cualquier otra cosa, sabe que puede medirse en escenarios internacionales. Por eso en 2014 seguirá postulándose.
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