Objetual
El Centro de Artes integradas inaugura hoy la exposición que reúne a ocho artistas venezolanos: Mari Carmen Carrillo, Costanza De Rogatis, Katherine Di Turi, Claudia Garcés, Ricardo Pérez Quintero, Juan Toro Diez, Miguel Triviño y Julián Waldman
Los objetos siguen siendo un buen pretexto en el arte. En muchos casos porque ellos en sí mismos encarnan la belleza como resultado de una creación humana. Además, porque también son testimonio de una época, de una cultura y de una historia. Los objetos, en tal sentido, hablan.
Esta exposición, Objetual, consiste en lapresentación particular de algunos objetos que tienen una determinada significación. Mientras unos funcionan como expresión de una intimidad, otros testimonian algún acontecimiento que signa un tiempo y una historia. El campo de posibilidades que este tema suscita es ilimitado. De allí que el concepto que rige en esta muestra es igualmente amplio: se trata de una exposición interdisciplinaria y heterogénea en la que participan fotógrafos, pintores y escultores con el fin de presentar sus objetos, sea a través de su imagen o mediante su presencia física utilitaria y real o aquélla transfigurada plásticamente.
Ocho artistas venezolanos re-trabajan el objeto y lo vuelven tema de sus investigaciones plásticas: Mari Carmen Carrillo, Costanza De Rogatis, Katherine Di Turi, Claudia Garcés, Ricardo Pérez Quintero, Juan Toro Diez, Miguel Triviño y Julián Waldman. Todos ellos hacen que sus objetos pierdan su referencia utilitaria volviéndolos, de distintas maneras, objetos estéticamente relevantes.
ASfalto de sueños, 2012 / Julián Waldman
Dos ejes fundamentales destacan en esta exposición. La primera de ellas es de orden formal; la segunda refiere al poder comunicante de las imágenes y, por ende, de los objetos. En el primer caso, hacemos referencia a esa capacidad de los artistas de modificar la apariencia de los objetos, sea transformándolos al recortar o fragmentar alguna de sus partes o bien al acumular o adicionar materiales u objetos encontrados de distinta naturaleza. En cualquiera de estas variantes, aparece una nueva sintaxis y un nuevo e inusitado objeto. Julián Waldman, por ejemplo, recorta y pega para elaborar objetos con significaciones inusitadas en sus collages. Recurso similar utiliza para las piezas tridimensionales. En ambos medios, une objetos diversos y compone uno nuevo de naturaleza híbrida. El resultado oscila entre lo jocoso, lo crudamente realista y, en muchos casos, en lo poético cuando crea nuevos objetos de ensoñación. Todo esto es logrado con imágenes y objetos tomados de la cotidianidad. Asimismo, puede decirse sobre los títulos: reformula la lógica lingüística de las palabras cuya alteración sintáctica genera interesantes significados, cónsonos con la naturaleza híbrida de los objetos a los que hacen referencia. Títulos como: Rasca Suelo; ASfalto de sueños (juego de palabras que alude a la falta de sueños); Flor de rapiña, El secreto del tiempo, etc. son elocuentes. Miguel Triviño, por otro lado, trabaja la pintura y la escultura basándose recurrentemente en un solo tema: las cafeteras. Con este objeto, no solo se inspira en las transformaciones que Alejandro Otero realizó a su serie de Cafeteras, sino que, con las suyas, recrea todo un mundo alusivo al hábito del café. En lugar de intervenir cafeteras reales de fabricación industrial para sus esculturas, Triviño concibe nuevas mediante la adición –y la costura– de láminas y alambres de diversos metales. Cada cafetera resultante es única en tanto forma, color e incluso varían entre estas según el estado anímico con las que fueron hechas. El artista de alguna manerahumaniza sus cafeteras. Sugiere personajes con ellas en sus pinturas, aludiendo asimismo a situaciones específicas que de alguna forma lo golpean tales como la violencia en la calle y la escasez de alimento en Venezuela. Todo ello lo expresa mediante la quema y la soldadura de los metales, o bien, al pintar, rasgar y quemar algunas telas. Por otra parte, el uso de textiles diversos sobre sus lienzos enriquece la imagen particularizando así sus procedimientos pictóricos. Ricardo Pérez Quintero, a su vez, recopila, acumula y adiciona objetos diversos encontrados y los compone en cajas. Según su naturaleza, estos determinan sus diversos ejes temáticos. Ha trabajado temas como el tiempo, el espacio, la imagen urbana, entre otros. Para esta ocasión, presenta la serie El arte de los sonidos. En estos ensamblajes, instrumentos musicales y algunas partituras funcionan como objetos identificadores de la serie en medio de franjas o listones de madera que demarcan a su vez el ritmo de la composición. Carlos Maldonado Bourgoin así lo señala en su texto “Ventanas pensadas en música”: “El artista compone a través de planos, colores, texturas, diversos objetos y materiales, la profundidad que conforman las partes de la música: ritmo (tiempo y movimiento), la melodía y la armonía”. Y más adelante agrega: “Dentro de los contenedores-ensamblajes, definidos por marcos viejos, se adivinan pentagramas, la notación alfabética universal, formas musicales: conciertos clásicos y de jazz e instrumentos. Son una memorabilia y una historia de la cultura”. En efecto, Pérez Quintero, además de artista y arquitecto, es amante de la música y a la vez, en cada uno de sus ensamblajes, es un ‘constructor de espacios’. En estos, los elementos que la constituyen conforman el tema específico de cada pieza.
Encopetada IV, 2016 / Miguel Triviño
Concierto para clarinete. Serie: El arte de los sonidos (Clarinete vintage Rampone. Milano, Brevettato, circa 1925), 2016 / Ricardo Pérez Quintero. Foto: Ramón Paolini
Silla 2. Serie: Costureras destrozadas… Fin, 2014-2015 / Juan Toro Diez
El segundo eje que refiere al campo de las significaciones no se sustrae, como hemos visto, del eje anterior: forma y contenido, mantienen una relación indisoluble, más cuando hablamos sobre objetos. Ello sucede tanto en las imágenes que los representan como en los objetos mismos. En ambos la valoración estética está presente, así como el poder comunicante que ellos poseen. Lo que transmiten depende en gran medida de las particularidades expresivas manejadas en el lenguaje de cada artista y muy especialmente de su intención. En tal sentido, los objetos aquí re/presentados pueden suscitar reflexiones acerca de nuestro entorno social, nuestras emociones, o sobre lo que se expresa a través de la memoria o nuestra percepción. Juan Toro Diez tiene varios años trabajando el tema de la violencia en el país. Investiga, registra y colecciona objetos que son testimonio de las diversas modalidades de violencia a la que estamos sometidos los venezolanos en la actualidad: violencia física, política, económica, social, psicológica y sin duda, emocional. Con la serie Sillas, Toro fotografió diversas sillas en la que se sentaban a trabajar las costureras que pertenecían a una fábrica de textiles que tuvo que cerrar. Estas trabajadoras, luego de muchos años de labor, se vieron forzadas a abandonar el lugar y quedando desempleadas. De allí el letrero testimonial del último día de labor: “Costureras destrozadas. Fin”. Cada silla tiene la huella de la persona que durante años la utilizó. Son sillas personalizadas. Cada silla es el retrato silente de su humanidad. Toro de esta forma documentó el vaciamientocontundente del sistema productivo nacional que expresa la violencia existente de esta aplastante realidad.
Young lovers. De la serie: Cinematográfico, 2009 / Claudia Garcés
Con la serie Cinematográfico, Claudia Garcés continúa explorando en la vida de Barbie y Ken. Ya en 2008 su serie de fotografías tituladaDoméstico mostraba aspectos del hogar de esta conocida pareja: muebles, detalles del baño, objetos utilitarios tales como los dispuestos en su cocina, lavandero, comedor, objetos decorativos, entre otros accesorios que confecciona la marca Mattel. Un año después, en 2009, Garcés muestra directamente a los amantes en su serie fotográfica titulada Young Lovers. Estos muñecos, Barbie y Ken, superan su condición objetual, por la forma como la fotógrafa detalla y manipula sus cuerpos: las posiciones, los gestos y las miradas expresan momentos de gran erotismo y pasión. Es otra forma de entender su humanidad. Los collages de Mari Carmen Carrillo, por otro lado, comenzaron siendo ejercicios estéticos que resultan de su interés por el mundo femenino infantil. La artista ha ido coleccionando estampas antiguas, juegos de papeles, cabello además del papel amate que le sirve de soporte. Este papel –el mismo utilizado para los códices en Mesoamérica– los fue “atesorando en el taller y un día, –señala Carrillo– por una suerte de revelación, empecé a jugar con ellos: recortar, tejer, bordar, pegar y peluquear”. Hay un dejo nostálgico en estos collages y a la vez una complacencia plástica por la textura y el calor que se desprende de estos materiales. Pero igualmente hay una violencia muy íntima en torno a la femineidad. La ceguera (la mirada oculta por los mechones de cabello o por las rosas) son, para la artista, varias cosas: miedo, por un lado, invisibilizarse para no vero, también ocultar la mirada “ante el horror, no ver el mal, para sobrevivir a la existencia o mantener la pureza”. Aunque al final, todo es un Juego.
Medusita, 2014 / Mari Carmen Carrillo
Das Glas - 49, 2013 / Katherine Di Turi
Katherine Di Turi trabaja la imagen de objetos problematizando, en cierto modo, los procesos fotográficos para re-valorizar nuevamente a la fotografía como medio y como lenguaje. Le interesa re-evaluar la fotografía analógica vista en la era digital. De este modo, toma como punto de partida imágenes pre-existentes provenientes de álbumes fotográficos, revistas, postales, entre otras, las re-trabaja e interviene para recuperarlas del olvido. De allí que una de sus motivaciones es el trabajo con la memoria. Señala Di Turi que “estamos presenciando (aunque sin darnos cuenta) la constante muerte de las imágenes fotográficas”. De allí la serie Das Glas. Se trata de una recopilación de varios objetos de cristal de diferentes épocas tomadas de fotografías impresas en diversos medios (revistas, postales, álbumes fotográficos, etc.). Las interviene con filtros transparentes, arena o papel carbón como un modo de contrastar y a la vez enfatizar aspectos del objeto fotografiado. Al re-fotografiar estas imágenes, busca “recuperarlas del olvido”, modo como nuevamente estas se insertan “en el ámbito de la fotografía en su presentación final”.
A Light Within (A Day’s Journey into Night). Una luz interior. El viaje de un día hacia la noche, 2011-2013 / Costanza De Rogatis
Las imágenes fotográficas contienen mensajes y al quedar reunidas en un libro trascienden su función representativa para conformarse en un objeto. Costanza De Rogatis propone con la pieza A Light Within (A Day’s Journey into Night) un libro cuyas imágenes fotográficas se despliegan como las postales de las “guías turísticas”. Como su título indica, se trata: del viaje de un día hacia la noche a través de una luz interior. La secuencia de estas imágenes, al ser desplegadas, dan cuenta de las visiones de la fotógrafa desde el inicio del día, su transcurrir en diversos ámbitos, hasta llegar a la noche iluminada por una luna llena. Su planteamiento es temporal –el transcurrir de un día– y a la vez es perceptual: su mirada recorre tanto el mundo exterior –hermosos paisajes–, así como cuadros de costumbres que ambientan su cotidianidad. En todos estos escenarios, la luz matiza su percepción del mundo exterior y, de alguna forma, proyecta asimismo el verdadero clima de su estado interior. La imagen, en este caso, se sirve del objeto y este a su vez actúa como guía de una crónica existencial.
Todos los artistas invitados a participar en Objetual mantienen una relación particular con el objeto, con su imagen y con las significaciones que ellos suscitan. El resultado es muy diverso como lo es la perspectiva con la que cada quien se relaciona con su entorno. En consecuencia, los lenguajes se individualizan por lo que reinventan nuevos códigos que ponen de manifiesto el poder significativo y estético que muchos objetos poseen.
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