Una oficina para vivir
A diferencia de vivir en la oficina, la propuesta del arquitecto y diseñador italiano plantea que el lugar de trabajo sea un lugar cómodo y amigable que permita a sus ocupantes trabajar mejor
Un diseño maestro es algo muy distinto de un maestro del diseño. Pero cuando se trata de Michele de Lucchi ambas frases cobran sentido y se combinan para mostrar capítulos importantes de la historia del diseño como su participación en los grupos Cavart y Memphis, moldeadores de parte del diseño industrial que hoy vemos en nuestra vida cotidiana.
Con una apariencia que recuerda más a un escritor o pintor del siglo XIX (o quizás más bien a un mago sacado de la ficción arturiana), este arquitecto y diseñador italiano tiene en su haber premios y más premios: Compasso d'Oro (el más importante del mundo del diseño y lo obtuvo en par de oportunidades), IF Product Design Award, Good Design Award y Reddot Design Award, entre otros. Todos esos galardones, algunos obtenidos en varias ocasiones, se deben a objetos como las lámparas Tolomeo y Noto, la impresora Artjet10 y el fax Jet Lab 600 para Olivetti, las sillas Attivo 480 y First, el salpimentero Ginger y Fred, por nombrar algunos de una larga lista.
Pero su creatividad va más allá de los objetos. Dedicado durante décadas a diseñar y restaurar edificios de compañías como Enel y Olivetti, y rediseñar desde la imagen corporativa hasta los espacios de trabajo para Deutsche Bank e Intesa Sanpaolo, entre otras empresas, De Lucchi posee una amplia experiencia y un profundo conocimiento sobre la evolución de las oficinas, lo que lo pone cerca de saber cómo deberían ser los lugares de trabajo.
La oficina ideal para De Lucchi vio la luz en la exhibición Workplace 3.0 al interior del Saloni de Milán 2015. El proyecto se denominó La Passeggiata (o La Caminata) porque era una invitación a los asistentes a recorrer cada espacio de una oficina que entremezclaba áreas de trabajo (como talleres con herramientas para trabajar la madera) con salas de conferencia estilo anfiteatro, zonas con máquinas para el ejercicio físico, bibliotecas, escritorios y sillas. Todos son espacios integrados en esta oficina efímera abierta y de estética limpia que permite socializar a la vez que concentrarse en la labor diaria.
Con una preeminencia de la madera, desde hace algunos años su material preferido por estar ligado a la artesanía, De Lucchi agrega a su oficina una dimensión esencial y más acogedora.
Una rampa alrededor de la oficina hacía que los espectadores observaran La Caminata desde varios ángulos y desde diferentes alturas.
Se vive, se trabaja y se disfruta en la oficina ideal.
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