La amenaza de un tigre de papel
La amenaza de este gobierno contra los medios de comunicación comenzó con el chantaje a través de la empresa que monopoliza el papel, que en mala hora le pusieron el nombre de un demócrata como Alfredo Maneiro, manejando “políticamente” el ardid para doblegar y someter aEl Nuevo País, Zeta, Tal Cual, El Nacional, El Carabobeño, El Correo del Caroní, El Impulso de Barquisimeto y todos aquellos que no se sometieran a la pretendida “hegemonía comunicacional” que adelantaba el régimen.
Sin embargo ahora, a través de la denuncia de Francisco Poleo, nos enteramos de que ya no se trata de una estratagema con sesgo político sino de un descomunal desorden administrativo que se les escapa de las manos, como toda actividad en la que este gobierno ha decidido intervenir. Por ello se nos viene a la mente la famosa boutadedel líder chino Mao Ze Dong, quien acuñó la expresión “tigre de papel” contra el imperialismo norteamericano, para ridiculizarlo y así dejar en evidencia que la supuesta fortaleza de Estados Unidos no era tal, sino comparable a un tigre de papel “superficialmente poderoso pero propenso a la sobreextensión, que lleva al desmoronamiento repentino”.
Así, exactamente, le está ocurriendo a este gobierno cuando ha pretendido poner de rodillas a gente como Rafael Poleo, Miguel Henrique Otero, Eduardo Alemán, David Natera o Carlos Carmona, quienes no se doblegan y hoy ven que el gobierno tendrá que rectificar, si no quiere que le pase como al tigre de papel de Mao: “Un tigre de papel superficialmente poderoso pero propenso a la sobreextensión, que lleva al desmoronamiento repentino”.
Ya lo decía en un artículo que escribí el mes pasado: “No tengo una bola de cristal para saber cuánto tiempo se puede mantener un gobierno que va en caída libre, más por sus propias ejecutorias que por la oposición que le hacemos los sectores democráticos. Sin embargo, al ver que Maduro pretende huir hacia adelante acosando a la prensa libre con el manido recurso del chantaje de no entregarles papel, nos damos cuenta de que el fin está cerca”.
A este gobierno, por haber sido tan torpe en crearse todo tipo de enemigos, por el afán de imitar a Chávez sin tener con qué, le está ocurriendo lo mismo que a Tarzán en Nueva York, la famosa película hollywoodense llevada a la pantalla en 1942 por el mítico director de cine Richard Thorpe e interpretada, su versión original, por Johnny Weissmüller basada en la novela del no menos famoso Edgar Rice Burroughs, porque se pelea con todo el mundo y va a terminar, como el famosísimo personaje de las historietas, regresando a la jungla donde le va mejor que en la selva metropolitana.
Aunque después del último mensaje presidencial, cuando palabras más o menos Maduro le dice a Santos y a Uribe que toda esa agresión eran “gajes del oficio”; insulta al Tío Sam pero le extiende la mano a Obama y le comienza a entregar papel a El Nuevo País, pareciera que va de retro y eso lo celebramos.
No le deseamos al presidente que tenga que desandar el camino encaramado en un tigre de papel, no vaya a ser que ese tigre, con dientes en la web, donde estamos encaramados todos los dolientes de los periódicos, le salga más fiero del que pretende enjaular.
aecarrib@gmail.com
@EcarriB
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