A Cora Páez de Topel Capriles

A Cora Páez de Topel Capriles
A Cora Páez de Topel Capriles, gran amiga de Aziz Muci-Mendoza, él le recordaba al compositor de mediana edad Gustav von Aschenbach, protagonista de la película franco-italiana "Muerte en Venecia" (título original: Morte a Venezia) realizada en 1971 y dirigida por Luchino Visconti. Adaptación de la novela corta del mismo nombre del escritor alemán Thomas Mann.Se trata de una disquisición estético-filosófica sobre la pérdida de la juventud y la vida, encarnadas en el personaje de Tadzio, y el final de una era representada en la figura del protagonista.

jueves, 30 de julio de 2015

Un diseño maestro es algo muy distinto de un maestro del diseño. Pero cuando se trata de Michele de Lucchi ambas frases cobran sentido y se combinan para mostrar capítulos importantes de la historia del diseño como su participación en los grupos Cavart y Memphis, moldeadores de parte del diseño industrial que hoy vemos en nuestra vida cotidiana. Con una apariencia que recuerda más a un escritor o pintor del siglo XIX (o quizás más bien a un mago sacado de la ficción arturiana), este arquitecto y diseñador italiano tiene en su haber premios y más premios

Una oficina para vivir

A diferencia de vivir en la oficina, la propuesta del arquitecto y diseñador italiano plantea que el lugar de trabajo sea un lugar cómodo y amigable que permita a sus ocupantes trabajar mejor

Un diseño maestro es algo muy distinto de un maestro del diseño. Pero cuando se trata de Michele de Lucchi ambas frases cobran sentido y se combinan para mostrar capítulos importantes de la historia del diseño como su participación en los grupos Cavart y Memphis, moldeadores de parte del diseño industrial que hoy vemos en nuestra vida cotidiana.
Con una apariencia que recuerda más a un escritor o pintor del siglo XIX (o quizás más bien a un mago sacado de la ficción arturiana), este arquitecto y diseñador italiano tiene en su haber premios y más premios: Compasso d'Oro (el más importante del mundo del diseño y lo obtuvo en par de oportunidades), IF Product Design Award, Good Design Award y Reddot Design Award, entre otros. Todos esos galardones, algunos obtenidos en varias ocasiones, se deben a objetos como las lámparas Tolomeo y Noto, la impresora Artjet10 y el fax Jet Lab 600 para Olivetti, las sillas Attivo 480 y First, el salpimentero Ginger y Fred, por nombrar algunos de una larga lista.
Pero su creatividad va más allá de los objetos. Dedicado durante décadas a diseñar y restaurar edificios de compañías como Enel y Olivetti, y rediseñar desde la imagen corporativa hasta los espacios de trabajo para Deutsche Bank e Intesa Sanpaolo, entre otras empresas, De Lucchi posee una amplia experiencia y un profundo conocimiento sobre la evolución de las oficinas, lo que lo pone cerca de saber cómo deberían ser los lugares de trabajo.

La oficina ideal para De Lucchi vio la luz en la exhibición Workplace 3.0 al interior del Saloni de Milán 2015. El proyecto se denominó La Passeggiata (o La Caminata) porque era una invitación a los asistentes a recorrer cada espacio de una oficina que entremezclaba áreas de trabajo (como talleres con herramientas para trabajar la madera) con salas de conferencia estilo anfiteatro, zonas con máquinas para el ejercicio físico, bibliotecas, escritorios y sillas. Todos son espacios integrados en esta oficina efímera abierta y de estética limpia que permite socializar a la vez que concentrarse en la labor diaria.
Con una preeminencia de la madera, desde hace algunos años su material preferido por estar ligado a la artesanía, De Lucchi agrega a su oficina una dimensión esencial y más acogedora.
Una rampa alrededor de la oficina hacía que los espectadores observaran La Caminata desde varios ángulos y desde diferentes alturas.
Se vive, se trabaja y se disfruta en la oficina ideal.

miércoles, 29 de julio de 2015

El rostro de Vincent van Gogh ilustra desde camisetas a tazas de té, mientras que en las paredes de numerosas casas cuelgan reproducciones de sus "Girasoles" o su "Almendro en flor". Sobre su vida se han rodado películas, escrito novelas y hasta compuesto una ópera. Sus obras sirven de inspiración en las pasarelas de alta costura de París y también en varias aplicaciones de smartphones. En resumen: al cumplirse este 29 de julio 125 años de su muerte, el pintor está más presente que nunca.

Van Gogh, más presente que nunca 125 años después de su muerte

El pintor holandés es considerado uno de los pioneros del arte moderno, pero eso no llega a explicar la fascinación que generan sus obras. El miércoles 29 de julio se conmemora un año más de su fallecimiento.

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Un autorretrato dentro de una de las pinturas más famosas de Vicent Van Gogh (Cortesía)
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EL UNIVERSAL
lunes 27 de julio de 2015  09:00 AM
Ámsterdam.- El rostro de Vincent van Gogh ilustra desde camisetas a tazas de té, mientras que en las paredes de numerosas casas cuelgan reproducciones de sus "Girasoles" o su "Almendro en flor". Sobre su vida se han rodado películas, escrito novelas y hasta compuesto una ópera. Sus obras sirven de inspiración en las pasarelas de alta costura de París y también en varias aplicaciones de smartphones. En resumen: al cumplirse este 29 de julio 125 años de su muerte, el pintor está más presente que nunca.

"Lo curioso es que prácticamente nadie lo conocía cuando murió", comenta a dpa el director del Museo Van Gogh de Ámsterdam, Axel Rüger. Aunque ya no le sorprende el culto al artista, pues lo ve a diario con sus propios ojos: las filas para entrar en el museo siempre son largas y muchos de los interesados son jóvenes. "Just beautiful", comenta por ejemplo Claire, una estudiante estadounidense de 23 años. En 2014, el museo recibió unos 1,4 millones de visitantes.

El pintor holandés es considerado uno de los pioneros del arte moderno, pero eso no llega a explicar la fascinación que generan sus obras. Sin embargo, el director del museo no duda al comparar a Van Gogh con Mozart, Amy Winehouse y James Dean. Son genios que murieron jóvenes. Además, "la persona y la obra de Van Gogh están intrínsecamente relacionadas", observa.

Muchas de las cosas que se conocen actualmente del célebre pintor trascendieron a través de las cartas que le escribía a su hermano Theo, que trabajaba como marchante de arte en París.

Hijo de un pastor protestante de la provincia de Brabante, en el sur de Holanda, Van Gogh luchó contra su destino, recorriendo su propio país, Reino Unido, Bélgica y Francia. Trabajó en el comercio de arte, como maestro, vendedor de libros y predicador hasta que, finalmente, a los 27 años decidió que se dedicaría a la pintura. Su vida acabó sólo diez años después en Auvers-sur-Oise, cerca de París. Dejó 850 cuadros y casi 1.300 dibujos, que hoy se venden por sumas astronómicas.

La biografía del famoso pintor es terreno abonado para que surja el mito: Van Gogh, el genio no reconocido, el artista pobre y solitario, el loco, etc. Pero Rüger asegura que muchas de esas asunciones no son correctas. "Van Gogh no cayó del cielo siendo genio", comenta. El director del museo recuerda que el pintor estudió mucho arte y fue adquiriendo sus capacidades con el aprendizaje.

¿Y la locura? Los campesinos de Nuenen, donde su padre trabajaba como pastor, ya lo llamaban en vida "el loco". Pero también hay que imaginarse la situación: un joven pelirrojo de mirada penetrante que camina con su caballete, truene o llueva. En un pueblo tradicional, eso ya de por sí es algo poco habitual.

Van Gogh trabajaba con disciplina y reflexionaba mucho, aunque también comenzó a sufrir cada vez más ataques depresivos y delirios. Según se sabe hoy en día, la pobreza también forma parte de la romántica leyenda en torno a él: Van Gogh no sufrió necesidades, era respaldado generosamente por su hermano.

Si bien en vida no vendió ni un cuadro, tampoco fue un genio no reconocido, como aseguran muchos. Antes de su muerte, los críticos de arte ya habían comenzado a prestar atención a sus trabajos, que no encajaban con ninguna otra tendencia. En enero de 1890, el crítico de arte francés Albert Aurier incluso llegó a decir que Van Gogh era una especie de mesías, "el redentor, el sembrador de la verdad que mejorará el mal estado de nuestro arte".

De hecho el reconocimiento de su obra se produjo muy poco después de su muerte. La fuerza de su uso del color y el simbolismo de sus composiciones comenzó a inspirar a otros pintores contemporáneos. Y sigue fascinando hasta el presente. "Van Gogh conmueve a muchas personas", comenta el director del museo, que señala que al observar los cuadros el espectador parece sentir la calidez del sol del sur de Francia, el aroma de las lilas y los sonidos que hacen los cuervos que sobrevuelan los campos sembrados.

El arte y la vida tan dramáticamente breve del pintor atraen a muchos. Y es que para Rüger, lo que genera tanta fascinación es "la promesa no cumplida". El nombre de Vincent van Gogh será relacionado una y otra vez con la pregunta de qué habría ocurrido si no se hubiese matado el 27 de julio de 1890 de un balazo. Murió dos días después en Auvers-sur-Oise, como consecuencia de las heridas.

lunes, 27 de julio de 2015

Los seguidores de Richard Wagner recuperaron un lugar importante de peregrinaje: la casa museo del prestigioso compositor alemán reabrió ayer sus puertas tras cinco años de renovación, reseñó Dpa.

La casa de Richard Wagner reabrió ayer sus puertas

El museo tendrá un espacio dedicado a la relación de los Wargner con Hitler

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La restauración de la casa del compositor alemán duró cinco años EFE
EL UNIVERSAL
lunes 27 de julio de 2015  12:00 AM
Bayreuth.- Los seguidores de Richard Wagner recuperaron un lugar importante de peregrinaje: la casa museo del prestigioso compositor alemán reabrió ayer sus puertas tras cinco años de renovación, reseñó Dpa.

Nike Wagner, bisnieta del músico, directora del Festival Beethoven de Bonn y desde hace años una de las grandes críticas de la gestión del Festival de Bayreuth, fue la encargada de inaugurar el edificio conocido como "Wahnfried". 

Durante el acto, Nike Wagner quiso recordar que sobre todo fue en primer lugar la casa de una familia, donde ella pasó parte de su niñez. "Wahnfried fue un hogar".

"Es un buen día para Bayreuth", afirmó por su parte la alcaldesa, Brigitte Merk-Erbe, durante el acto de celebración en la casa museo. "Es un día importante para el mundo Wagner", agregó. 

Asimismo, Merk-Erbe aprovechó el evento para reclamar a los políticos que proporcionen las condiciones marco para que todo el archivo de Wagner pueda ser en un futuro reunido en Bayreuth. 

La casa fue construida junto a los jardines del palacio real de Bayreuth para la familia Wagner, que se mudó allí en el año de 1874. El músico fue enterrado en su jardín al morir nueve años más tarde. 

El edificio comenzó a ser usado como museo en los años 70 hasta su cierre en 2010 para una ambiciosa renovación y ampliación que requirió una inversión 20 millones de euros (casi 22 millones de dólares). Los trabajos fueron aprovechados para reorganizar la propuesta de la exhibición. 

El Museo Richard Wagner se presentará a partir de ahora en tres secciones y espacios diferentes. 

La casa centrará el material en la vida y obra del músico, mientras que un edificio vecino llamado "Siegfried-Wagner" abrirá por primera vez al público para tematizar la estrecha relación entre Bayreuth y el nazismo y el vínculo personal de muchos descendientes de Wagner con el dictador Adolf Hitler.

Finalmente, el nuevo edificio construido con la renovación estará dedicado a la historia del Festival de Bayreuth, cuya edición de 2015 se inició el pasado sábado con la presentación de la ópera Tristán e Isolda, dirigida por Katharina Wagner.

La música según José Balza (1ª parte)

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José Balza
Nacimiento17 de diciembre de 1939
TucupitaDelta Amacuro,Venezuela

La música según José Balza (1ª parte) / El Nacional / Cree Balza en ese principio que destaca a la música como la manifestación plena de las artes. La literatura ha sido, y el escritor lo sabe bien, la hermana gemela. Frasea por ello su trayecto de escritor buscando en la música el punto de cruce en donde no se sabe bien qué pertenece a la literatura y qué a la música. Quiere depositar en esta última la responsabilidad de toda energía, quizá al entender que la literatura es más bien un "ergon", un estado, un destino, la posibilidad. La música es rotundamente lo hecho, lo fatal, una fuerza. Cuando música y literatura se unen, el prodigio queda completo y presenciamos la cópula prefecta. Hay una erótica en las artes que explica secretamente cada uno de sus desarrollos.

El escritor es el filósofo cautivado por el dibujo velado de las fronteras. Lessing lo había querido ya de esta suerte en su remoto siglo XVIII y en su cercana interpretación del mármol griego; la obra literaria que puede rozarse con morbo y la escultura que es funesto canto virgiliano. La tragedia y la seducción matrimoniadas. También le interesa la visualidad del sonido (Otero y Soto en la mirada y en la mirilla). También, que las lenguas son formas musicales. Ve en Bello el paso del músico contextual al músico filológico: "Matices sonoros y lingüísticos llevan su inteligencia y su sensibilidad a orígenes inesperados" ( Observaciones y aforismos . Caracas: Fundación Empresas Polar, 2005: "Notas en Cali", número 13).

La disonancia atormentaba y satisfacía la teoría de Adorno. La cacofonía queda delatada por Balza como el mal de la insignificancia, el anti lenguaje del tiempo presente entendido en la televisión. Balza narra musicalmente. El texto es una forma demostrativa, una insignia, una señal, una inicial. Su escritura siempre hace coincidir las intenciones formales y las conceptuales. Balza piensa musicalmente. Habiendo descubierto las elaboraciones musicales de nuestra literatura, descubrirá las elaboraciones literarias de nuestra música. Formulando que la novela es como el mundo, ahora entenderá que la música es el mundo, también.

Lo continuo y lo discontinuo, conceptos musicales donde se los quiera, le hacen entender los recorridos espirituales del país y los males viejos siempre presentes en nuestros comportamientos sociales y mentales. Su teoría de las interrupciones está guiada por un flujo de naturaleza musical. Muestra el  fatum  de un fluir que deviene oculto, discontinuo, inactivo, irresuelto, interrumpido, fracturado, postergado ( Pensar a Venezuela . Caracas: Bid & co, editor, 2008;  Los siglos imaginantes . Caracas: Bid & co, editor, 2014).

El archivo referencial está poblado de especies musicales. Su índice onomástico es noble y cautiva: Bach, Báez, Beethoven, Benedetti, Bor, Boulez, Brahms, Carpentier, Carreño, Castellanos, Chopin, Copland, Debussy, Estévez, Gallardo, Gershwin, Gerulewicz, Ginastera, Haendel, Hahn, Haydn, Hindemith, Honegger, Kodály, Kouzzevisky, Landaeta, Lamas, Lauro, Liendo, Lutoslawski, Menuhin, Meserón, Moré, Moussorsky, Mozart, Muñoz, Otero, Palacios, Peña, Pergolesi, Piaf, Plaza, Puccini, Romero, Rugeles, Ruiz, Sans, Satie, Sauce, Schipa, Schönberg, Shostakovich, Sojo, Stern, Stockhausen, Stravinsky, Tchaikovski, Villa-Lobos, Wagner, Weill y otros más; y la canción, el bolero y el jazz ( Fulgor de Venezuela . Caracas: Universidad Central de Venezuela, 2001). Es su historia personal de la música haciendo parte de la historia de la música, universal y venezolana.

Los títulos de algunas de sus piezas develan pistas. Entre otros, "La ópera perfecta" y "1, Hugo Wolf Court", resultan claridades para lo obvio. En el primer texto, además de las alusiones a compositores (Wagner, Boito, Montemezzi y Di Giosué), se nos permite inmiscuirnos en los aforos de antinomias estéticas y lingüísticas que se desdibujan: "Los chelos atacan sombríamente el motivo y, como siempre, los versos se han adelantado en sus sienes. No quiere decirlos, porque ha llegado a pensar que es a partir de ellos cuando se concentra el efecto. ¿Y si traicionara a Di Giosué, el admirado autor? ¿Y si valiéndose de la sonoridad dijese palabras sin sentido? ¿Si utilizara versos de otro actor? Tal vez así podría conjurar el peligro". En el segundo, el tratamiento se organiza en relación con el enigma (la música como enigma) del nombre del célebre liederista alemán (culmen de un trayecto que habían inaugurado Mozart y Beethoven, que agigantarían Mendelssohn, Schumann, Brahms y el propio Wolf y cuyo postrer fondeadero lo construirían Berg y Webern): "¿Quién era ese Wolf que daba nombre a su calle?"; "Un compositor. Las calles de esa parte tienen nombres de artistas" ( Cuentos. Ejercicios narrativos . Sevilla: Paréntesis Editorial, 2012). 

El catálogo se fecunda con un nuevo brote. Recoge piezas ya ensayadas y las junta con otras dispersas en el abismo de las publicaciones periódicas. El músico y el escritor las titula, dualmente,  Ensayo y sonido  (Caracas: El Estilete, 2015). Sus tres movimientos son conducidos por intercambios, transfiguraciones y elaboraciones. Hay que estudiar estas páginas definitivas en donde acude "la música a la literatura, para convertirla en su objeto, en su denotación". El intento quiere ir más lejos y hacer que "la literatura trate de comprender, no la historia musical, sino sus movimientos estéticos y funcionales y los vínculos entre la sonoridad y el texto".



Con Información de El Nacional

www.entornointeligente.com

La música según José Balza (2ª parte)

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José Balza
Nacimiento17 de diciembre de 1939
TucupitaDelta Amacuro,Venezuela

La música según José Balza (2ª parte)


El catálogo del crítico musical ha sido nuevamente fecundado. Lucen allí brotes frescos junto a piezas ya ensayadas, robadas estas al cruel cementerio de las publicaciones periódicas. El escritor músico las titula Ensayo y sonido (Caracas: El Estilete, 2015). Sus tres movimientos son conducidos por intercambios, transfiguraciones y elaboraciones. Resultan páginas definitivas a las que acude “la música a la literatura, para convertirla en su objeto, en su denotación”. Más todavía, son páginas que hacen que “la literatura trate de comprender, no la historia musical, sino sus movimientos estéticos y funcionales y los vínculos entre la sonoridad y el texto”.
El conjunto es enorme en densidad y en tratos teóricos y críticos. Se señalan en mutua complicidad (la investigación estética que auspicia favores ofrecidos por la crítica) y en acuerdos reivindicativos (la nobleza del arte que reclama sus bien ganados privilegios). El organismo que es el volumen rinde honores a muchos nombres grandes del pasado  (Antonio Estévez, esa “extraña fuerza” convertida en música) y a otros que lo están siendo en el presente (Gerardo Gerulewicz). Valores ya permanentes quedan grabados por el magisterio del escritor: Mariantonia Palacios y Mercedes Otero, Modesta Bor, el discípulo cubano del vienés  Schönberg Aurelio de La Vega y el colega de Clemencic en Viena Pedro Liendo (un verso define la profundidad de la crítica con los mismos colores de la voz profunda del maestro Liendo: “Su voz es un pasaporte estético más sólido que el petróleo”); el electroacústico autor de los “Himnos” tiene aquí su espacio venezolano. Se permiten tránsitos en parajes de toda espesura y en ellos ya estamos escuchando a algunos muy grandes como Alfredo Sadel (su voz, su timbre identitario), Los Panchos, Chavela Vargas (“Sin ella no sería posible la música actual”), Bola de Nieve, Toña la Negra, Elvira Ríos, Paquita la del Barrio, Harry Belafonte (el de apellido con sonoridades musicales), Cherico Gómez, Néstor Leal, inter otros. Da al bolero una definición que es definitiva: canto de cuna y cama (ternura y erotismo en un solo compás); placeres de la infancia y de la adultez.
Se reconoce en Sadel al reconocerlo como producto y productor de una sociedad que ya apunta las maneras de la decadencia, esas que graban la liviandad, la chatura y la trivialización frente al gran arte y frente a la música como el arte más grande: “La voz de Alfredo Sadel esconde en su resonancia, en su versatilidad, el esplendor y lo deleznable del alma venezolana”. El niño prodigio que se hace adulto prodigioso. La forzada estética de la que emerge la fuerza poderosa de un arte vocal único. Interesa el reconocimiento (el que la sociedad se reconociera en él y lo reconociera como un portavoz y un portador; como aquel “liróforo” del que hablaba Darío, poeta y músico a la vez como quisieron los griegos helenos), que es algo muy distinto a la fama, para entender cuánto padeció su destino. Canta y canta y lo hace sin parar. Canta y canta y lo hace en todo género. Canta y canta y esplende su brillo imposible de apagar o de disimular. Pero ese don de la multiplicidad, hoy tan celebrado, en su momento se entiende como caída del Parnaso de la música en versales. Para alcanzar el reconocimiento la sociedad musical le exige al cantante aclarar las definiciones: ¿qué tipo de cantante es Sadel? El proceso sobre su reconocimiento se regodea en la clasificación: lírico, dramático, bolerista, criollo, romántico, operático, belcantista, wagneriano, zarzuelero, generochiquense y más y más (¡cuántos cantantes en un solo cantante!).  Balza los ha reconocido y los ha vindicado con una pasión que nunca ensayaron muchos de sus contemporáneos músicos. Movidos por la envidia que conquistaba su popularidad, lo trataron de convertir en asunto del populacho para desmerecerlo (lo popular en Sadel se asumía como asunto de recepción de masas de fallida “auditivación”: lo que vale la pena oír musicalmente). Balza lo impone valido de la noble gestión de un intérprete sin el que no podríamos entendernos: “Nada de nuestra capacidad de sentir, hoy, puede ser ajeno al timbre y al repertorio de Sadel”. He aquí el reconocimiento definitivo: su timbre y su repertorio (a más del encanto de su estampa y de su rostro que cautivaban desde las pantallas del televisor, pues Sadel fue también figura de la TV como el que más).     

Ajeno a la televisión, hombre de escenas y escenarios, contraparte de Sadel (en los términos más nobles), prodigio del canto lírico, voz de letales resonancias, profesional asido a su arte y jamás desviado de él, está Pedro Liendo en las páginas de Balza. Diversas menciones y un texto lo otorgan al presente y a la posteridad. Se le califica de grande, porque en verdad lo es. Se nos hace reparar que con Liendo estamos en presencia de un sacerdocio secreto. Como Sadel, sale de la nada y un buen día su presencia está allí y gana su permanencia. Si Sadel nos trae la gran música a nuestras localidades, Liendo llevará nuestro élam nativo a la culta Europa musical. Rectilíneo, su carrera será astral. Meridiano, su gloria no lo descompondrá: “De fibra criolla en el humor, gran lector de poetas, su figura sobria aparece con frecuencia en teatros, galerías de arte y librerías. Caraqueño y vienés, posee la macerada discreción de quien mucho sabe del vivir, de los espejismos, de la difícil aura proporcionada por el arte. Todo esto le permite ser un astro de primer rango con sindéresis”. Qué precioso saldo, anhelo y ambición del artista verdadero, el que se diga sobre él, no que es un representante de su país, sino que su país “se convierte con él en una alta jerarquía intelectual”.
Ensayos de bravura vienen a completar el volumen, en su faceta de filosofía de la música venezolana. Al menos, tres de ellos ya entonan su urgencia: “Intercambio de siglos (Música actual de Venezuela)”, “Lo transfigurable (Fragmento)” y “Nuestra música: elaboraciones literarias”. A riesgo de error, se asume que el último de estos escritos es corona de los anteriores, que en algún momento lo anticiparon (lo soñaron cortazarianamente). Discurso de ingreso como numerario en la Academia Venezolana de la Lengua, Balza determina en esta pieza de calidades programáticas el cruce de identidades entre nuestra música y nuestra literatura: sus vínculos expresos, sus deudas compartidas, sus acuerdos no explicitados, sus trasvases continuos, sus miradas amorosas, sus contactos de tratos nobles. Sin que pretenda ser la historia de un amor correspondido, las correspondencias quedan anidadas como lo más perdurable en esta historia de amor. Historia de amor por la música a la que el escritor músico se asoma para determinar cómo fue percibida y pensada por los escritores. Una historia de la literatura musical o una historia de la música desde el pensamiento literario. El sentimiento conduce al pensamiento y es en estas parcelas en donde finalmente el texto cobra dimensión y su asiento final. “Busco testimonio y pensamiento”, nos dirá. Traza su proyecto y lo declara con honestidad admirable:Primero: “Comenzaré por revisar imágenes: escenas o sucesos ficticios que, sin embargo, poseen hondas raíces en la realidad y que, desde ella, han permitido a los autores pensar, calibrar y revelarnos algunos rasgos de ese arte”; Segundo: “Haré, después, un recorrido de otro nivel: la posición consciente, analítica, de los ensayistas y musicólogos que tratan el tema y sobre él proponen causas, efectos y hasta clasificaciones”; Tercero: “Intentaré mostrar ciertas constantes o continuidades que, a mi entender, unifican el cuerpo poderoso de lo musical entre nosotros”. Interesado por las continuidades, logra explorar tres muy visibles (audibles): la de los individuos con talentos que hacen de la música su vida, la de los residuos de sonoridades del mundo indígena y la del carácter expansivo del alma musical (la paráfrasis solo permite reconstruir con exactitud los tres procesos): “La inexorable o azarística creatividad personal, primero; un proceso de refinamiento instrumental y de conocimiento, paralelo a aquélla; la circulación mental de la música en los seres y el mundo: tales serían las tres continuidades que originan, acogen y difunden el hecho musical entre nosotros”. Propósitos y resultados quedan encadenados (o concatenados). El detalle de nombres, obras, escuelas y grupos queda en la rica lectura de este texto conclusivo y le da su forma más reveladora (o provocadora).
El prólogo ha sido escrito por el músico y musicólogo Juan Francisco Sans, erudito y maestro donde los haya, y en sus afirmaciones encontramos líneas nutricias para comprender al escritor músico y para aferrarnos a sus redes auspiciosas de fraternidades estéticas. Sin que se lo señale, en una de ellas se le quiere ver sentado cerca del gran Edward Said, en su compañía en la sala de conciertos, escuchando música como él desde la apertura que ofrecen las almas puras y los corazones sensitivos, descreídos de la idea cerrada de las culturas. Como Said, Balza se entromete en el terreno de las ortodoxias musicales para aniquilarlas. Como Said, Balza se desentiende del dañino rigor de los especialistas y les echa en cara sus lecturas chatas y soporíferas (otro tanto ocurre en los informes de los lingüistas y en sus concepciones terminológicas y descriptivistas del lenguaje frente a la novela de la lengua que ofrecen los escritores; algunos escritores). Como Said, Balza vaticina nuestra música del futuro.
Lo que quiso para el maestro Estévez, cuya presencia recorre todas las páginas de este libro, recuerdos de nuestra música y nuestros músicos que este libro nos hace evocar a cada lector de manera preciosa y diferente (el día en que conocí al unísono a Estévez y a Gerbasi, la figura fuerte de Ángel Sauce en el conservatorio y su marcación del compás con rudos pisotones en el pódium al dirigir las marchas de El Príncipe Igor, mi expectación tras celosía de Antonio Lauro en una clase en el “Juan José Landaeta”, mi imagen de Pedro Liendo en algún Rossini en El Municipal, el tímido escucha de las óperas con Sadel en la UCV, mi veneración por el maestro Calcaño en sus libros y en sus programas de radio, mis lecciones con Lina Parenti y su grabación del trío de Felipe Larrazábal), es la mejor definición de la obra de este sensible escritor para quien la música es, como la novela, el mundo mismo: “Lo múltiple extenderá su cuerpo para convertirse en música: cada hallazgo visual, cada sensación, amores y lecturas, el sueño, la comida, los viajes, sonido tras sonido, todo será visto nuevamente en la abstracción, equidistante: en el pensamiento musical”. Eso es este libro cuya gratitud frente a él es ya una permanencia.

domingo, 26 de julio de 2015

Prontuario del régimen de Maduro en la ONU

MARTA COLOMINA

No caben aquí los delitos del gobierno de Maduro, aunque los enumerásemos como aquellas listas del mercado de cuando éramos felices y no lo sabíamos. Baste repasar las denuncias salidas de parlamentos, gobiernos, ex presidentes, ONG y personalidades del mundo, a las que se unen los maltratados parlamentarios españoles y brasileños que vinieron recientemente al país para visitar a los presos políticos, reclamar que cesen el aislamiento y las torturas; las inhabilitaciones ilegales de opositores (cuyo motivo se atribuye a la desmovilización y rechazo del chavismo a Maduro), a la par que solicitar las condiciones universales que garanticen transparencia y confiabilidad en las elecciones parlamentarias del 6-D, tales como la observación internacional de la OEA, ONU y UE , y no los amigotes del régimen que enmudecen y aplauden el ventajismo oficial.
En el gobierno de Maduro se triplicó el promedio anual de presos políticos, si se compara con su antecesor. Según registran las ONG, en los 15 años de gobierno de Hugo Chávez fueron encarceladas 195 personas por causas políticas. Hasta marzo de 2015, con menos de 2 años en el poder, Maduro ha apresado a otras 96 (El Nacional 02-03-2015). Sordo ante las exigencias de la Internacional Socialista de liberar a los presos políticos y garantizar un Poder Electoral imparcial en los comicios del 6-D; de 28 ex presidentes; de HRW, con pruebas de que Ceballos, López, y Ledezma no cometieron delito alguno; o el voto de censura del Senado de Brasil por la detención arbitraria de opositores en Venezuela; o el del PP Europeo por la misma causa, y el demoledor informe del gobierno de Estados Unidos de junio de este año que considera al régimen de Maduro como “emblema de la corrupción, violación de los derechos humanos, arrestos arbitrarios, y de gobiernos represivos” (1.387 casos de tortura y tratos crueles ha registrado el Foro Penal, que ya está a disposición de la ONU).
El examen hecho en junio en Ginebra por 18 expertos del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU para medir el cumplimiento del Gobierno de Venezuela del Pacto Internacional suscrito sobre tales derechos arrojó resultados catastróficos para el régimen. De nada le sirvieron a Nicolás las mentiras sobre la supuesta milmillonaria inversión social con la que pretende ocultar la escasez de alimentos, medicinas y otros bienes, a pesar de haber recibido más de un billón de dólares de la bonanza petrolera, que se esfumó en corrupción, regalos, armas y populismo electoral. Los 18 relatores de la ONU exigieron datos precisos, nada de discursos, sobre los resultados de las medidas para combatir la pobreza, que expertos calculan podría llegar a 55% este año. Apelaron a cifras de la Celac que desmienten las del gobierno y mostraron su inconformidad por la falta de respuestas del Estado. Tan informada está  la ONU que sus relatores hasta preguntan “por qué no hay maíz para las arepas” o “por qué en los hospitales faltan las medicinas y tienen hasta problemas de aguas negras”. Cero respuestas a “¿Por qué no se ha creado un órgano independiente para investigar la corrupción en Venezuela? ¿Cuántos niños hay en situación de calle? ¿Por qué no se han investigado los asesinatos de 218 dirigentes sindicales en 2014? ¿A qué se debe el aumento de la mortalidad materno-infantil? ¿Cómo entender que el régimen diga que apoya una “reforma agraria” si Venezuela importa 70% de los alimentos que consume”, como consecuencia de los “exprópiese”?  La ONU no se tragó el cuento de la “guerra económica” para justificar los problemas internos del país. Al pedir la ONU que explicasen lo que entendían por “guerra económica”, el vocero oficial soltó esta perla: “Las manipulaciones que se hacen en los mercados internacionales para que baje el precio del crudo, desestabilizar la moneda nacional y elevar el riesgo país!!!” (sic). Como si la moneda no la desestabilizase el régimen con las montañas de dinero inorgánico que imprime el BCV, el desaforado gasto público, las devaluaciones y la corrupción.

La ONU mostró su alarma por el auge de “colectivos y bandas” y el incremento de la criminalidad: 231.562 homicidios han ocurrido en los últimos 16 años (de los que ahora Maduro culpa cínicamente a la oposición) y 437 ataques de grupos armados oficialistas a manifestaciones pacíficas entre el 12-2 y el 15-4 de 2014. El acoso, prisión y torturas para dirigentes y manifestantes en las protestas ocupan la atención de la ONU, que califica de “alarmantes los 19 casos de tortura reportados en Venezuela” y señala que “no tratar a presos enfermos es una forma de torturarlos”. Varias veces ha pedido la ONU garantizar la independencia del Poder Judicial, cuya entrega a las órdenes de Maduro es obscena. La propia Fiscalía registró en su informe de 2014 que 99% de las denuncias por violaciones a los derechos humanos no llegaron a la fase de juicio .Esta semana el Comité de Derechos Humanos de la ONU dio un lapso de un año al TSJ para “corregir” la provisionalidad de los jueces e insta a que “se le garantice un juicio justo a la jueza Afiuni”, sobre la cual La Fiscal mintió impúdicamente en Ginebra. También esta semana otros relatores de la ONU acusaron a Con el Mazo Dando, presentado en el canal del Estado por Diosdado Cabello, de “desacreditar, intimidar y perseguir” a las ONG que defienden los derechos humanos y ese mismo día la ONU decretó la arbitrariedad de la detención de 337 jóvenes venezolanos que manifestaron pacíficamente en 2014”. Baste decir que, según la ONG WJP, “Venezuela ocupa el último lugar en el Índice de Estado de Derecho 2015”. La ONU ha expresado también de forma reiterada, su alarma sobre los ataques del régimen a la libertad de expresión: en Ginebra asumió una posición crítica por la prohibición de salida del país a 22 directivos de medios.
Estamos presenciando el ocaso de la banda apoyada por el derroche de los petrodólares venezolanos: la oposición y las protestas les crecen a Correa en Ecuador y a Evo en Bolivia; Kristina está de salida en Argentina; los Castro en pleno romance con el imperio; Dilma en Brasil con un raquítico 7% de apoyo, parecido al del solitario Maduro que sigue engordando su prontuario con la quiebra del país y la represión contra quienes lo derrotarán masivamente el 6-D.

sábado, 25 de julio de 2015

Vincent Lambert, el enfermero francés que está en estado vegetativo desde 2008 tras un violento accidente de tráfico, será mantenido con vida. Esta es la decisión de los médicos del hospital de Reims, donde el hombre está ingresado desde hace siete años. Los tratamientos no serán interrumpidos, incluso los médicos han pedido al tribunal de la República francesa designar un representante legal para Lambert.Los médicos rechazan la eutanasia para Vincent Lambert

Los médicos rechazan la eutanasia para Vincent Lambert
Se ha decidido no poner fin a los tratamientos de alimentación para el joven francés en estado vegetativo desde 2008
Por Redacción
Roma, 23 de julio de 2015 (ZENIT.org)
Vincent Lambert, el enfermero francés que está en estado vegetativo desde 2008 tras un violento accidente de tráfico, será mantenido con vida. Esta es la decisión de los médicos del hospital de Reims, donde el hombre está ingresado desde hace siete años. Los tratamientos no serán interrumpidos, incluso los médicos han pedido al tribunal de la República francesa designar un representante legal para Lambert.
Esto sucede porque la familia del hombre está dividida: por un parte parte los padres quieren seguir con el tratamiento; por otro lado la mujer y muchos de sus hermanos --seis de ocho-- piden interrumpir los cuidados.
A principios de junio, la Corte europea de Derechos Humanos de Estrasburgo dio vía libre para la interrupción de la hidratación y la nutrición artificial de Lambert, siguiendo así la petición de su mujer, Rachel, y del Consejo de Estado francés. La sentencia fue cuestionada por los padres, quienes grabaron un vídeo para demostrar que Vincent reacciona a la estimulaciones de sus seres queridos. La decisión de proseguir o no con la alimentación artificial del paciente se deja entonces a Marisol Touraine, ministra de Sanidad.
En Francia, la ley sobre el final de la vida del año 2005 impide la eutanasia activa. El caso de Lambert es especialmente delicado porque él se encuentra en un estado de “conciencia mínima”, que no es un estado vegetal pero tampoco se pude comparar con un verdadero estado de conciencia, a pesar de que Lambert sí siente el dolor, puede tragar y mueve los ojos.

Academia Nacional de Medicina. Boletín Virtual. Editorial, Año 7, No 80, julio 2015.

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Academia Nacional de Medicina. Boletín virtual. Editorial. Agosto 2015

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Elogio de la vieja enfermedad: ¨El mal de amores¨... Rafael Muci-Mendoza

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¡Cuántas historias que los médicos presenciamos en el escenario de la vida:
comedias, tragedias y tragicomedias! ¿Qué otra profesión permite ese
privilegio y ese compromiso? Los médicos somos espectadores de la vida; la
arista dramática del existir no nos es para nada extraña; hasta  podría
decirse que nos persigue, pero a veces invidentes, pasamos de un costado,
ignorándola. A lo largo nuestro ejercicio profesional, muchos médicos hemos
observado tal vez con gran interés, con malicia o con desdén, hechos
inusuales, extraños, curiosos, risibles e inclusive grotescos o
extravagantes, que, por carecer del rigor científico que se nos exige al
publicarlos, por su contenido o su crudeza, pocas veces son compartidos con
otros colegas y el público general. A veces porque el lenguaje utilizado no
es el socialmente aceptado, o porque los hechos tocan tabúes sociales, o
simplemente porque pensamos que no interese a nadie lo que hemos vivido...
Cuántas gracias damos a la vida por permitirnos haber estado allí, viviendo
entre esa multitud de aporreados, vapuleados y machucados por la crueldad de
la enfermedad y el desafecto de los gobernantes que el sino les ha
procurado, y al mismo tiempo accediendo a tesoros que a otros están vedados.

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Así pues que escribo con profunda nostalgia... De tiempos que se han ido y
ya nunca más volverán... De cuando ciertas enfermedades tenían glamour a
pesar del sufrimiento que imaginamos producían sin que los médicos
aventuráramos un bálsamo redentor o al menos una pizca de esperanza... De
cuando como estudiantes de medicina y nos poseía la ingenuidad y la pureza,
podíamos acaso intuir cómo las emociones podían jugar un papel preminente en
el curso evolutivo de algunas enfermedades, por no decir de todas... La
gente común, más ingenua y pura, no tenían ambages para atribuir una
enfermedad a una pena del alma, esa que no hacía clic con nuestra fría
concepción fisiopatológica del ser humano. ¡Pobrecitos nosotros...! ¡Como
que el ser humano es un compendio divino y amalgamado de carne, alma y
emociones interactuando con el medio externo donde acumulamos calendarios!
El tuberculoso o tísico de ayer o de sus sinonimias, consunción, enteque
seco, tisis, tabes, peste blanca o adenitis cervical, era el pan nuestro de
cada día a fines del siglo XIX y durante la primera parte del siglo XX, y
sabido era que el diagnóstico era tomado como sentencia de muerte porque
nada existía para efectivamente combatirla, y que el acerado filo de la
guadaña podía cercenar de un tajo la existencia del afectado, especialmente
si se abandonaba a la desesperanza, y muchos relatos de profanos y médicos
atestiguaban como las pérdidas afectivas y aun materiales, espoleaban ese
tránsito inmisericorde hacia la tierra de nunca jamás donde intuimos,
volveremos a la eterna infancia...



Inspirado en la vida de la cortesana Marie Duplessis quien falleciera
víctima de la consunción a los 23 años, Alejandro Dumas II, escribió su
inmortal novela, ¨La dama de las camelias¨, donde Marguerite Gautier, una
joven actriz de vida hasta entonces disoluta, cambia radicalmente de
comportamiento en favor del amor de Armand Duval. El padre de éste, temiendo
el desprestigio social de su hijo se opone a toda relación. Marguerite,
tratando de preservar el buen nombre de su amado le finge deslealtad para
precipitar su abandono. Armand la recrimina y el shock resultante, combinado
con la tisis pulmonar que la poseía toda, destruye su estima y sus fuerzas,
así que sucumbe prontamente ante el desatado poder del invisible enemigo que
la socavaba...

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Las jóvenes tuberculosas adelgazadas, de mirada lánguida y cutis alabastrino
parecían ejercer un gran magnetismo entre los estudiantes de medicina que
éramos entonces, muy arregladitos, bien peinados, con menudo bigote y
vistiendo corbatas tal vez para parecer más serios, más viejos o más
sapientes en tiempos en que todavía manteníamos el romanticismo innato de
las almas castas... Enamorarse de una de estas jóvenes, era como un flirteo
con ¨la novia pálida¨ de Martí Ibáñez, es decir, con la muerte misma... El
parecido de estas enfermas con aquellas otras que sufrían de ¨mal de amores¨
era cercana y a menudo se confundían, aunque estas  exhibían una polimorfa
sintomatología que incluía, desgana de hacer nada excepto pasarse el tiempo
tendida en un diván, un lecho o una butaca con almohadas, en posiciones que
variaban desde recostar la cabeza a cambiar de postura continuamente,
tristeza, inapetencia, ganas frecuentes de llorar, languidez, palidez del
semblante y de los labios, dolores de cabeza, falta de la alegría de vivir,
de cantar, de trajinar en la casa, de hacer o emprender cualquier tarea por
pequeña que fuese, y así, se dejaban morir lentamente...


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Jan Havicksz Steen (1626-1679), retrató aquellos tiempos en que las mujeres
se echaban a morir y donde el pulso se escapaba de los dedos del médico...



Con relación a la mujer, es obvia la discriminación de género que ha
mostrado la medicina y los médicos a lo largo de los tiempos, y la
descripción de enfermedades en razón de la secular envidia por todo lo que
ella tiene, y por todo de lo que nosotros los hombres carecernos.  Se la ha
considerado frágil, desprotegida, débil y de genitalidad limitada porque
carece de un falo. ¿Qué más apropiado que inventar la histeria cuyo nombre
viene precisamente de útero si la mujer es la enfermedad misma? Aún persiste
este estado de cosas y aunque la enfermedad emocional existe en los hombres,
nos cuidamos de decirles que sus molestias obedecen a los nervios o a causas
psicosomáticas.

Echemos entonces una ojeada al pasado: Existe una muy curiosa obra
intitulada, "Le médecin de l'amour au temps de Marivaux" (Etudes sur
Boissier de Sauvages, d'après des documents inédits", Paris, Masson, 1896),
escrita por un tal doctor Grasset y que es la biografía de François Boissier
de Sauvages, un famoso médico de Montpellier, que vivió en el siglo XVIII,
quien era llamado "médico del amor". Fue un gran botánico, clínico eminente
y gran profesor, amigo de Herman Boeerhave de la Universidad de Leiden y de
Carlos Linneo, naturalista sueco y padre de la taxonomía. En 1724, presentó
su tesis doctoral titulada: "Disertatio medica ataque ludrica de amore,
etc." en la que alterna las opiniones sobre el amor de los antiguos poetas
con notables consideraciones científicas. Henry Meige, el neurólogo de los
tics mandibulares y periorales, le ha considerado como precursor de los
psicólogos modernos con su concepto de "mal de amor" que identificaba como
una serie de trastornos psicofisiológicos que hilados entre sí, constituían
un verdadero síndrome, una afección mórbida de la que estudia su etiología,
sintomatología, complicaciones, patogenia, diagnóstico y terapéutica. Desde
un punto de vista patológico equiparaba su definición del amor con una
"enfermedad que se presenta entre los jóvenes de ambos sexos, con delirio en
relación con el objeto amado y un vivo deseo de unión íntima honesta". Ese
"delirio" sería una forma psicopática especial, en la que existen una serie
de síntomas psíquicos y otros físicos. En escritos antiguos ya se hablaba de
una febris amatoria o icterus amantium como enfermedad producida usualmente
por amores contrariados. A veces las enfermedades son las mismas pero los
nombres y su sintomatología varían con los tiempos, por ello, la clorosis
fue otro nombre acuñado para esta condición, y así más tarde Sauvages
hablaría de una "clorosis por amor", que era definida como, "anemia de la
pubertad, espontánea, favorecida por una tara hereditaria de alteraciones de
la nutrición, bien latente o expresada por hipoplasias orgánicas, anemia con
pérdida de hemoglobina de tal intensidad que los glóbulos rojos neoformados
son incapaces de adquirir la resistencia y talla de los glóbulos rojos
normales". En muchas de mis pacientes adolescentes, este color
pálido-verdoso también fue denunciante de sobreprotección parental y la
mayoría de las veces con hematologías normales, por lo que la llamé ¨anemia
sine anemia¨.

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Hipócrates y Galeno ya hablaban de la críptica condición. Ambrosio Paré la
aceptaba a pie juntillas. Avicena ya había mencionado la obstructio
virginum, y Arquigenes, médico griego natural de Apamea (Siria), a la
"febris alba", "tristeza amorosa" o "pasión contrariada". El citado Meige
cita a autores como Varandal, Lafare Rivière, Sennert y otros que atribuían
la patogenia de la clorosis a trastornos menstruales. Durante los siglos
XVII y XVIII otros nombres aparecen para definir la clorosis: "color
pálido", "enfermedad virginal". La febris amatoria de los antiguos atribuye
los síntomas en su mayor parte a trastornos del aparato genital: La
retención de sangre en la matriz, los trastornos menstruales, la coloración
verdosa de los tegumentos y los demás síntomas serían parte de la misma
enfermedad.

Otros autores se contentan con llamar a la enfermedad "melancolía",
caracterizada por "ensueños acompañados de tristeza" y que se atribuían a
"perversión de los espíritus animales", a vapores que se desprendían de todo
el cuerpo, del corazón, de los hipocondrios o de la matriz. La melancolía
hipocondríaca y la "melancolía de amor" tenían como fundamento una pasión
desmedida por el objeto amado, a menudo no correspondida. Se hablaba también
de una "melancolía uterina" que se atribuía a la obstrucción de los vasos
sanguíneos periuterinos, lo que provocaba la suspensión de la regla. Su
grado máximo era la "sofocación uterina", que se achacaba a la corrupción de
la sangre menstrual causa de vapores malignos que invadían todo el cuerpo.

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Posteriormente hubo una época el siglo XIX en que la palidez de la cara era
considerada entre las mujeres como un signo de distinción. Tanto era así que
se utilizaban los procedimientos más originales con el fin de lograr que su
piel adquiriera el céreo matiz de la azucena: se tomaba vinagre, se
introducía la cara en el orificio del inodoro en la creencia que los vapores
que allí se desprendían descolorarían la tez, se privaban de comer y alguna
de ellas después de hacerlo se provocaban el vómito para evitar que los
alimentos ingeridos sirvieran para fabricar sangre nueva; era pues una
variante de lo que hoy día llamamos anorexia nervosa, bulimia o bulimarexia.
Fue precisamente ésa, la época romántica de la Dama de las Camelias, en que
desmayarse delante del pretendiente era una hazaña de muy buen gusto y tener
una tosecita imperceptible pero constante daba espiritualidad y femineidad.
Si en aquel tiempo una de las jovencitas se veía atacada por la enfermedad
llamada clorosis, consideraba el mal como un bien del cielo que venía a
resolver sus problemas, pues la clorosis confería a la piel el tinte céreo
tan deseado como en otros tiempos.

Fue así como la clorosis subproducto de la Moral Victoriana, se definió como
una forma de anemia que se presentaba únicamente en las personas del sexo
femenino y que escogía sus víctimas entre las jóvenes cuya edad oscilaba
entre los 15 y 25 años. Fue conocida desde la antigüedad e Hipócrates
observó que tenía predilección por las muchachas jóvenes y vírgenes. Se
llegó a decir que "la mujer es una flor que se marchita con pasmosa rapidez,
cuando de ella se apodera la clorosis¨. Enfermedad desaparecida al son del
cine, la televisión y la Internet, demoledora de mitos y creadora de otros
peores...

Pero todavía vemos en nuestras consultas, fantasmas que parecen venidos del
pasado, y una de ellas, una clorótica, una paciente mía que en pleno siglo
XX me llevó a relatar la siguiente historia: «A decir verdad no aparentaba
más de veinticinco aun cuando ya había rebasado en algo la cota del cuarto
decenio. "¡Vaca chiquita siempre es novilla!" -dijera mi padre, libanés de
nacimiento y llanero por adopción-. Crisálida Inmaculada Blanco me dijo
llamarse. Figura desaborida y menuda, aplanchada por delante y por detrás,
como si el estradiol - por excelencia la hormona de la femineidad que induce
y mantiene los caracteres sexuales- no hubiera sido capaz de producirle
redondeces y prominencias, y modelar con gracia y suavidad el contorno de su
figura... Su cabello amarillo como la espiga del trigo, caía lacio sin
gracia alguna o pizca de coquetería hasta la altura de sus hombros, diría mi
madre, como 'lambido de vaca'. La vestimenta le sobraba aquí y allá
aparentando no ser suya, un afán -tal vez-, de ocultar cualesquiera
incipiente curva que atrajera las lascivas e indiscretas miradas masculinas.
Su cara de adolescente, pálida como el apio y salpicada de pecas como una
cerámica de Lladró, siempre había sido la consternación de sus padres.
Montones de análisis hematológicos atestiguaban que no había deficiencia de
glóbulos rojos... ¡el laboratorio debía estar equivocado...!, ¡Es la "anemia
sine anemia" que yo llamo, la que suele ir asida de la mano con la
sobreprotección parental y es casi que un marcador de íntimo desamparo, a
pesar de que las circunstancias externas parecieran contradecirlo... Y
efectivamente, hija casi única, pues su hermanito mayor había nacido muerto,
estrangulado por dos vueltas que alrededor de su cuello el cordón umbilical,
la vía de asegurar su vida "in utero", paradójicamente le había privado de
ella... Así pues ¡que a esta no habrían de perderla! Mimos en su infancia le
fueron dispensados en demasía. Las piedras del camino de su incipiente vida,
esas que causan el dolor y las frustraciones pero que templan el carácter,
le fueron retiradas, una a una, así que no supo de tropiezos o deseos no
satisfechos en el término de la distancia.

Sus nombres de pila parecían haberle sido puestos -a lo mejor, en forma
inconsciente- con el soterraño propósito de que no creciera más allá de la
etapa de ninfa, de que no alzara el vuelo caprichoso y coqueto de la
mariposa adulta, para que la vida "no le hiciera sufrir" las penas de los
desaciertos e insatisfacciones del paso hacia la adultez independiente. De
hecho, los abundosos halagos le habían atrofiado también su esencia de
mujer, castrándole sus deseos sexuales, transformándola en un ser frígido y
asexuado. Sufría, y sufría mucho... pero no sabía dónde. No más al vistazo
ello podía apreciarse. Su frente, surcada de prematuras arrugas, mostraba un
repliegue de piel en el entrecejo semejante a una omega, la letra griega, y
considerada por los antiguos -expertos en eso del decir de la expresión-
como la señal facial del desconsuelo: "la omega melancólica...". Y es que el
amor y las caricias, alimentos indispensables para el ser humano, son
también armas de doble filo. Una planta puede morir si no se le riega;
¡Ah...! pero igualmente, puede fenecer por exceso de agua. A Crisálida le
habían aguachinado las raíces de tanto regarla y regarla... Un morro
inexpugnable había sustituido a las piedritas que otrora molestaran su
camino ¡Qué contradicción!

La conocí como paciente luego que su embrionario matrimonio abortó en
divorcio... Un niño tan sólo había quedado de una relación íntima, única,
incompleta y 'horrible', que le produjo profunda rabia y asco hacia quien
había escogido, a lo peor, como compañerito de juegos. El timbre de su voz,
su afectación al hablar y las expresiones que a menudo empleaba, parecían
haberse quedado ancladas a sus días de adolescente. Sus amigas de entonces,
hoy señoras con hijos, seguían siendo "la niña aquella..." pues los años,
simplemente, no habían pasado. -"Desde hace un año vienen dándome unos
«yeyos» que me hacen hasta perder el sentido... ¡Qué pena venir a molestarlo
Doctor... me muero...! El primero me ocurrió de casada, cuando las
relaciones andaban muy mal. Sucedió en un restaurante. Había mucha gente,
calor, bulla y humo de cigarrillo. Mi 'ex' insistió en que tomara algún
aperitivo. Apenas si probé un vermú preparado. Comenzó como algo
indescriptible: Me sentía mal, como mareada, el corazón me latía con fuerza
y las manos y la boca comenzaron a adormecerse y llenárseme de hormiguillos,
me faltaba el aire, la vista se me nubló y se me fue el mundo... Dicen que
me fui de rollito al suelo, pálida, muy fría y sudando a mares. Un joven,
vecino de nuestra mesa y según él entendido en medicina, saltó sobre mí
dándome respiración artificial y masaje cardíaco, pues 'no tenía pulso y
debía ser un paro cardíaco...' Todo aquel zaperoco duró algunos minutos,
pero ¡muérase doctor!, a mí me parecieron siglos. Yo podía ver a las
personas a mí alrededor como al través de un vidrio empañado y las voces las
percibía lejanas y apagadas. Trataba de hablar y no podía. Finalmente me
llevaron a una clínica donde el dictamen final fue un episodio de 'baja de
tensión y... tres costillas fracturadas', producto de los cuidados del buen
samaritano y su caótico masaje. Luego, he seguido presentando las morideras
con mucha frecuencia. Me han visto numerosos doctores y me han hecho toda
esta cantidad de exámenes y radiografías que quiero revise, pues me han
dicho que están normales y  si así fuera, ¿por qué me siento tan mal...? Me
dicen que son mis nervios alterados... ¡Usted es mi última carta doctor,
estoy segura de que usted podrá ayudarme! ¿Estaré tuberculosa o será el
producto de alferecía? Así, más o menos se expresó la Crisálida, aún
encerrada en su capullo...

Procedimos a examinarla: Su cuerpo era tan delgado que podían contarse las
costillas sin mucho esfuerzo, producto de su sempiterna inapetencia -¡aún
por la vida!- Aunque muy pálida en su conjunto, las conjuntivas de sus
párpados  y la mucosa oral estaban bien coloreadas, evidenciando la ausencia
de anemia. Noté un agnusdéi pendiendo de su cuello. Al abrirlo, pude ver una
pequeña foto sepia de cuando era tan sólo una bebé...


La frialdad de su cuerpo, particularmente de sus pies y manos, era
impresionante y contagiosa poniéndole a uno la carne de gallina. Su piel era
suave, delgada, casi transparente, surcada por un veteado rojo-azulado, lo
que llamamos los médicos lívedo reticularis o cutis marmorata, traducción de
toda aquella íntima frialdad. La luz brillante de mi oftalmoscopio dirigida
directamente a una de las pupilas de sus ojos para mirar el estado del fondo
del ojo -¡venero de verdades!- era intolerable. El simple contacto de la luz
con su retina le hacía sacudir la cabeza hacia un lado como tratando de
quitarse aquello de encima, encabritándose, imposibilitando el realizarlo y
trayendo a la escena abundantes lágrimas... La luz, al atravesar el orificio
pupilar, parecía tener el simbolismo de la penetración del miembro viril,
aquel que no había podido aceptar en su regazo. Sus extremidades brincaban
en mil saltos al seco golpe del martillo de reflejos sobre sus tendones
semitensos y encogidos. Todo ello le hacía turbarse hasta el sonrojo,
llevándose las manos a la cara para cubrir su boca, en un mohín de timidez.
Suspiraba profundo y con frecuencia. Le hice respirar profundo para
auscultar el murmullo de sus pulmones. Cada vez lo hacía en forma más
superficial. Tuvo que detenerse en seco, como mula que ventea tigre, porque
creyó que "ya le iba a dar el yeyo ese..." Se sintió con la cabeza ida y
vacía y se tornó más pálida de lo que estaba en un principio. La hice
respirar dentro de una bolsa plástica y el mareo cesó progresivamente, como
por arte de sugestión o magia.

Volvimos a conversar con ella luego del examen clínico. Un examen que en
realidad no demostró evidencias de enfermedad física, pero sí mucho de
terebrante dolor psíquico. El dualismo cartesiano nos obligó a dividir las
enfermedades en somáticas o del cuerpo, y en emocionales o del alma, ¡craso
error! pues las dos están acrisoladas en forma indisoluble, así que las
penas del uno, indefectiblemente afectan a su siamés. Los síntomas somáticos
que ella padecía, eran una mimética alegoría de la tristeza y ansiedad
medulares que la devoraban...: ¡Trampas de la mente para que el individuo no
mire hacia donde debería volver su mirada! Sus ojos, azulitos, no parecían
tener acceso a la realidad que tan clara, se dibujaba en su alrededor. Era
como si funcionalmente, se le hubieran extirpado de mentiras las pupilas,
quedando vacías, a lo Anita la Huerfanita de las comiquitas de antaño...
¡tan huerfanita de adulto afecto como estaba...!»

Por el deseo profundo que experimenta la persona que anhela ser amada y es
rechazada, un amor no correspondido llega a ser tóxico, y puede trocarse en
idea obsesiva; la ruta hacia la enfermedad psicosomática está expedita y la
depresión, la ansiedad y cambios bruscos de humor o episodios de euforia y
aún el comportamiento destructivo subyacen a flor de piel. Son muchos los
cantantes y trovadores que componen canciones sobre experiencias vívidas y
vividas de amores no correspondidos donde sobresale la obsesión destructiva
relacionada con este tipo de amor... Si no, mire usted como reza la canción
¨El Puñal¨ de Andrés Cepeda, ¨Toma este puñal, ábreme las venas, quiero
desangrarme hasta que me muera, no quiero la vida si es de verte ajena, pues
sin tu cariño, no vale la pena...".

Es por ello, los amores no correspondidos también son causales de enfermedad
y hasta de decisiones extremas... En su célebre poema ¨Nocturno a Rosario¨,
el poeta mexicano Manuel Acuña en dramáticos versos, describe sus propias
esperanzas rotas por un amor no correspondido. La tragedia narrada concluyó
con el suicidio del poeta...



IV



Comprendo que tus besos

jamás han de ser míos;

comprendo que en tus ojos

no me he de ver jamás;

y te amo, y en mis locos

y ardientes desvaríos

bendigo tus desdenes,

adoro tus desvíos,

y en vez de amarte menos

                              te quiero mucho más.



Otra verdad incontrovertible es que los médicos solemos tener remedios para
todos los dolores, pero... menos para el terebrante dolor del mal de amores
y que llevó al poeta Zanotti, asaltado por Cupido a decir:



sólo quería saber si contra amor

algún remedio tenéis en vuestros libros

contra el amor, que parte a parte me destruye



ColofónColofón



Hasta antier, la historia de la medicina está repleta de folclóricos cuando
no dañinos tratamientos; el melancólico ¨mal de amores¨ no fue la excepción,
y fue así como píldoras de hierro, sangrías, baños de pies llamados
pediluvios, cambios en la alimentación y... especialmente el matrimonio y
sobre todo el embarazo, que por cierto no le funcionó a nuestra paciente
Crisálida Inmaculada Blanco, u optar por la antigua resignación, eran la
indicación: «Si los obstáculos insuperables se oponen a una unión vivamente
deseada, las consoladoras ayudas de la amistad, los viajes de larga travesía
y todo tipo de distracciones se convierten en necesarios a las cloróticas
para superar una pasión que no puede ser satisfecha». Pero hubo más
descabellados tratamientos como descargas eléctricas en el útero
recomendándose perseverancia si con las primeras andanadas no se obtenían
resultados. Para ello, un cirujano experto en mecánica desarrolló en el
siglo XIX un instrumento ad hoc para hacer el tratamiento más accesible.
Pero la terapéutica podía ser repugnante y aún más descocada, como sangrías
en la vulva y vagina, y aún, la aplicación de sanguijuelas en el mero
introito vaginal. Otros tratamientos rayaban en la agresión y el sadismo,
como el empleo de fuertes irritantes en las paredes vaginales, [¨diez gotas
de líquido volátil [amoníaco] mezcladas con dos cucharadas de leche
caliente. Aplicar tres o cuatro veces al día... Esta mezcla volátil, es
altamente estimulante... Si se inyecta en cantidad apropiada en la matriz o
solamente en el canal de la vagina se apresta para la producción de
orgasmo...]¨. La verdad verdadera era otra, las pobres mujeres así
mal-tratadas, no sentían ningún placer, antes bien un gran dolor en su
intimidad y huida del tratamiento y su feliz dador, pues generalmente... no
volvían a la siguiente consulta... Juan L. Carrillo escribió, "Es evidente
que el ´soberano´ remedio para la clorosis fue una asexualidad medicalizada
que dotaba al pene y a la esperma de un alto valor terapéutico y que ponía
la curación de las mujeres en el territorio de los hombres, con lo que la
idea de la dependencia quedaba enormemente reforzada".

Y para finalizar, el insigne médico español, Don Gregorio Marañón y
Posadillo (1887-1960), llamado el Hipócrates español, en nada sospechoso de
feminista y del cual he sido un ferviente admirador desde mis felices días
de estudiante, escribía en 1936: «[...] esta enfermedad, que ha figurado en
millones de diagnósticos de médicos clásicos; que ha influido tanto en la
vida de la mujer -y por tanto del hombre- durante varios siglos; que ha
enriquecido a tantos farmacéuticos y propietarios de aguas minerales; que ha
hecho exhalar tantos suspiros de jóvenes enamoradas y movido la inspiración
de tantos poetas; sí, la clorosis, en fin, no ha existido jamás».

¡Mea culpa!


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