Martha Barroeta || La Ópera
El vocablo de ópera, proviene del italiano que significa obra, entendida como creación máxima del arte musical; la obra por antonomasia, que comprende: drama, canto, danza, sinfonía, decorado vestuario y maquinaria teatral. Se emplea esta denominación desde fines del s. XVII; antes se decía tragedia lírica, drama heroico, tragedia-ópera, etc.
La historia de la ópera señala su antecedente más antiguo como espectáculo teatral con música. Se supone que el verdadero creador del género fue Emilio de Cavalieri, aunque la primera obra del género fue Orfeo, de Monteverde (1608), seguida de L’incoronazione di Poppea (1642), del mismo compositor. Jacobo Peri y Giulio Caccini fueron otros cultores del nuevo género creado por el Renacimiento.
Su historia se inicia con el año 1594 (fecha de la muerte de los maestros Lasso y Palestrina) cuando el compositor Peri puso en música La Dante de Rinuccini. Esta realización operística fue precedida de toda clase de ensayos en estilo recitativo, tendentes a la emancipación de la polifonía y de múltiples formas escénico-musicales dentro del género dramático y cómico.
Dentro del movimiento espiritual del siglo XIX, la ópera representa un papel decisivo. Así como tradicionalmente el problema de la independencia nacional ha sido decidido siempre en el dominio operístico, así la ópera asume una importante función de vanguardia en el momento en que se amplió el círculo de las naciones que iban a participar en la evolución musical. Esta evolución se efectuó en un sentido análogo, aunque no sin plantear múltiples problemas en los tres países de cultura musical tradicional: Italia, Francia y Alemania. Desde que el compositor alemán de nombre Gluck, obtuvo las últimas consecuencias de los géneros de la ópera seria y de la tragedia lírica sin preocuparse de las delimitaciones típicas, el carácter nacional de la ópera perdió en general su rigurosa eficiencia. La misma época que produjo el virtuosismo cosmopolita dio los últimos pasos hacia la internacionalización de la ópera. Con su cuartel general en París, pero con la colaboración decisiva de compositores alemanes e italianos, nació con una repercusión universal, el género de la “gran ópera”, que merece ser llamado el fraccionamiento, cada vez más extenso de la herencia espiritual de la aportación Glukiana.
Sus orígenes en occidente se remontan a la Grecia antigua, en donde los coros y las danzas formaban una parte esencial, en la escenificación de las tragedias. La música estuvo integrada a la acción en los dramas litúrgicos y los autos sacramentales de la iglesia medieval.
En 1637 la ópera deja de estar limitada a ser entretenimiento aristocrático de la corte; con la inauguración del Teatro San Casiano, en Venecia, el primer teatro de la ópera del mundo, comienza a ser accesible a las clases menos privilegiadas.
El Carabobeño 06 junio 2013
Martha Barroeta || Taller de Fantasía
La Ópera (II)
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Entre los géneros precursores de la ópera tenemos: 1.- AUTO SACRAMENTAL: El más antiguo conocido es de Hermón López de Yanguas: Farsa sacramental, asimismo el primero consagrado a la festividad del Corpus Christi (hacia 1520 - 1521). Continuadores de López de Yanguas son: Diego Sánchez de Badajoz, y, posteriormente, Timoneda, Lope de Vega, Mira de Amescua, Tirso de Molina y Valdivieso, hasta llegar a Calderón, en quien el auto sacramental alcanza plenitud. En 1765, por Real Cédula del 11 de junio fue prohibida la representación de los autos sacramentales en España y sus dominios. En nuestro tiempo, algunos autores españoles, entre ellos Rafael Alberti, Miguel Hernández y Gonzalo Torrente Ballester, han retomado el auto, sin encontrar eco.
2.- EL DITIRAMBO: El ditirambo fue al principio un himno que los vendimiadores entonaban en honor de Dioniso, dios del vino. Según Heródoto, Arión lo convirtió en género literario al enseñar, por primera vez, a un coro de quince jóvenes, a danzar en rueda alrededor del altar del dios mientras cantaban una oda ditirámbica.
Probablemente el ditirambo evolucionó hacia el drama, satírico. Después del siglo V, el ditirambo decayó. En Roma no tuvo aceptación.
3.- LAS MASCARADAS: Espectáculo elegante puesto en escena en los siglos XVI y XVII; en el que la representación, danza, poesía, y música vocal e instrumental eran combinadas para exponer historias alegóricas o mitológicas. La mascarada se desarrolló por primera vez en Italia y Francia.
LA CAMERATA FLORENTINA
Grupo de músicos e intelectuales que solían frecuentar los salones del Conde Giovanni de Bardi de Florencia (h. 1573-1587). Bardi estimuló a Vicenzo Galilei a que hiciera investigaciones sobre la música griega y logró que se interpretaran las obras de Caccini.
Próximo a morir el siglo XVI, tanto la ópera como el oratorio preparan con más firmeza su advenimiento. Un hogar florentino -la famosa Camerana del conde Bardi- se inspira en el helenismo y más particularmente en Platón, por lo cual aquel grupo se denominó: Academia. Se habla de todo pero muy especialmente de música, y de la música antigua. Se siente la necesidad de resucitarla, oponiendo a la polifonía entonces imperante la monodia acompañada instrumentalmente.
Acababan de ser descubiertos tres himnos de la antigua Grecia, y aunque su notación era enigmática para todos, inspiraron a Vicente Galilei, la idea de componer varias canciones, que entonaría un solo individuo y se acompañaría con el laúd. No quedó en proyecto la original innovación utilizando aquel músico el infierno de la divina comedia y las lamentaciones del bíblico Jeremías, asumió la tarea con gran asombro de sus admiradores, asombro que mal podemos compartir nosotros hoy porque no subsiste aquella música, como tampoco subsisten otras muchas de aquella época y de posteriores tiempos. (Continuará).
El Carabobeño 13 junio 2013Martha Barroeta || Taller de Fantasía
La ópera (III)
Continuando nuestra entrega anterior, donde habíamos dado comienzo al estudio de La Camerana Florentina, la semilla echada en el surco fructificó tantísimo, que prepara el nacimiento de la ópera, porque el espíritu del Renacimiento tendía al triunfo del individuo y al culto del héroe. Queda sustituido el grupo de los coristas por el virtuoso; a la expresión conjunta sucede con expresión dramática personal. También con frecuencia se ejecutan madrigales, cantando solamente la voz superior mientras las otras partes polifónicas corrían a cargo de un instrumento policorde.
El conde Giovanni Bardi di Vernio (1534-1612) se había entusiasmado en su camerana con tales ideas, y con él otros cantantes, alentados por aquel esclarecido prócer, los cuales las pondrían en ejecución no sólo como intérpretes, sino como autores. El último decenio del siglo XVI ilustra la música teatral con algunos ensayos fieles a la feliz innovación lírica. Los madrigales en estilo musical recitativo de Giulio Caccini son imitados por el gentil hombre romano Emilio de Cavalieri, autor de bailes y de intermedios gustadísimos en Florencia, pues sin formar en las filas de la Camerana, saboreaba los frutos cosechados allí. Fue tan rotundo el éxito que obtuvo Cavalieri en sus representaciones anteriores que muy pronto teorizará extensamente sobre la materia.
Según este compositor, nunca deberán exceder de mil los espectadores congregados, pues de lo contrario se fatigarán los cantantes de alzar demasiado la voz.
Pide que el autor concuerde sus gestos y pasos con las palabras y que atienda la expresión sin añadir ornamentos ni pasajes a lo consignado por los autores.
También reclama que la orquesta se oculte a la vista del público y que la instrumentación varíe para acomodarla al color de los sentimientos. No tendrá el libro más de setecientos versos, ni tendrá la obra más de tres actos. Se alternarán recitados y diálogos, solos y coros y se intercalarán ballets e intermedios en las representaciones.
Era Emilio de Cavalieri un artista que estaba en todo, como se ve.
Características de la ópera, de esa época
1.- La aportación que le dio Mozart a la ópera seria fue de una importancia mucho mayor; frente al esquematismo convencional en la acción de las óperas corrientes, basadas en argumentos afectados y de intrigas complicadas, en escenificaciones espectaculares y de un virtuosismo superficial, señaló de nuevo la importancia del drama para la ópera.
2.- La asociación de música y drama en los inicios del Barroco no constituía ninguna novedad ya que había existido desde tiempo atrás en los llamados dramas litúrgicos de la Edad Media, en los precursores del Auto Sacramental, en el misterio y en las comedias alegóricas.
(Continuará)
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