Elogio de lo superfluo…
Rafael Muci-Mendoza
Diccionario de la RAE, « (Del latín superflŭus). Adj. No necesario, que está
demás». Cuando las células de un cuerpo vivo proliferan en exceso, están
enfermas o funcionan malamente, deben ser reemplazadas; es un dictado
biológico inmancable... Los organismos multicelulares poseen una forma
programada de suicidio celular llamada apoptosis. Sintiendo la célula que es
superflua, inútil e incapaz de comunicarse con su entorno, con sus pares, de
quienes no recibe información, entiende que ya su tiempo pasó y que,
calladamente, debe desaparecer. Ello implica una serie de eventos
bioquímicos que inducen cambios en las membranas o linderos celulares,
especie de formación de verrugas o vesículas, que fragmentándose, se
separan, se dispersan y son engullidas o deglutidas por macrófagos, suerte
de aseo urbano corporal, unas células limpiadoras que hacen su trabajo en
forma impecable; la limpieza se hace a la callada, sin estridencias ni
vocinglería, no implicando la producción de inflamación o daño al organismo
que las contiene. Y es que la proliferación de elementos indeseables,
desechables, dañinos, debe ser controlada de raíz, mediante su muerte ¿y qué
mejor que hacerse el harakiri?, pues no otra cosa es lo que hace la célula
consigo misma: ¡Ya no sirvo, me elimino! Esta secuencia de hechos es parte
de lo que los médicos llamamos homeostasis, no más que un proceso tendente
al equilibrio corporal y al mantenimiento del fiel de la balanza o indicador
que marca cuando los dos platos, el de la de la vida ciudadana se eleve y el
de la muerte, el de lo inservible quede a un ínfimo nivel.
La sociedad es también un organismo vivo. Cada uno de nosotros, sus
miembros, somos una célula. La proliferación incontrolada y caótica de
algunos, la degeneración de sus constituyentes, la degradación de la
justicia y del poder moral deben ser controladas y de inmediato. La
Constitución Nacional es un mecanismo de control, garante del espíritu de la
igualdad e inclusión. La división de poderes que observa, limita, separa o
destruye los elementos enfermos, forman parte de ese mecanismo de
homeostasis. El poder del voto popular equivale al macrófago que engloba y
destruye elementos ansiosos de poder a cualquier coste; por eso, y a pesar
de todo, debemos volver a votar para activar el proceso de limpieza, si nos
unimos todos, esta desgracia nacional será eliminada y es probable que no
muera por apotosis, sino por inflamación con gran dolor para todo el pueblo
venezolano. Desde tiempo atrás, en el cuerpo del régimen chavocomunista se
aprecian groseras vesículas apoptóticas, preludio y actualidad de un proceso
autodestructivo indetenible, buscado en forma consciente o inconscientemente
por sus integrantes a través de un crecimiento desmesurado del poder en una
sola persona y su corte malandra, crasos errores e ignorancia, corrupción,
carencias, vileza, crueldad, negligencia, incompetencia, promesas
incumplidas, quiebra, ruina y abusos de toda laya...
Las verrugas apoptóticas tumorales han llegado muy lejos. Afligidos y
temerosos -¿de qué?- hemos permitido que el proceso de activación de su
definitiva destrucción se cumpla. Pero no hay duda, un ejemplo de la
homeostasis social representada en la marcha del pasado sábado 30 de mayo
está en movimiento y acelerará la muerte programada del nefasto y gansteril
proceso, por superfluo, inútil, maligno y desconectado de las ingentes
necesidades de sus gobernados.
La realidad venezolana y especialmente el régimen dictador militarista y
destructor aposentado por tres lustros entre nosotros, está repleto de
organismos y aristas superfluas y malévolas, de pudrición y crimen
organizado, de narcotraficantes, traficantes de armas y de personas, y
compradores de conciencias en el país y en organizaciones internacionales,
de burócratas fáciles para el soborno y la coima, de pranes cobijados por el
régimen que secuestran y vacunan, de magistrados de inmundo proceder, donde
la mentira y las malas políticas han hecho perder la homeostasis nacional.
Según el representante de la FAO en Venezuela somos, “un ejemplo de cómo los
campesinos, los consejos comunales, las comunas y el Gobierno están logrando
la soberanía y la seguridad alimentaria”, pero sus bochornosas declaraciones
son un ejemplo de cómo un funcionario extranjero sordo y ciego puede ser
sobornado, cosido a dólares, sin que una pizca de rubor vuele a su cara… ¡No
insulte nuestra inteligencia…!
«No hay nada más aterrorizante que la ignorancia en acción»
Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832)
En el período entre 1974-1979 se hizo gran énfasis en la atención médica
primaria como el primer contacto de la población con el sistema de salud,
ubicada en los ambulatorios, donde se pueden resolver casi el 80 % de los
problemas de salud. En ese lapso se destaca la Medicina Familiar labor del
Dr. Pedro Iturbe (Hospital General del Sur, Maracaibo), la Dra. Carmen
Cedraro de Carpio y el Dr. Jaime Gómez Mora (Instituto Venezolano de los
Seguros Sociales, IVSS). También resalta el apoyo dado por la Federación
Panamericana de Asociaciones de Facultades y Escuelas de Medicina (FEPAFEM),
de Corpozulia, Fedecámaras, Confederación de Trabajadores de Venezuela y
otros entes. Sin embargo, haciendo caso omiso de los logros alcanzados, el
comunismo dio la espalda a todo ese andamiaje de esfuerzo y progreso, y así,
surgieron los nuevos médicos ¨integrales¨ comunitarios, llamados comúnmente
«MICs»; hubiera sido útil aprovechar la larga y fructuosa experiencia de
aquellos médicos de familia surgidos del seno de las universidades
nacionales autónomas, pero por desgracia, jóvenes de estas nuevas cohortes
admitidos en forma autoritaria, sin selección ni sobre la base de sus notas,
de su excelencia, son inmiscibles con los estudios clásicos de medicina pues
carecen del infaltable soporte de las ciencias básicas ni poseen el lenguaje
técnico para entenderlos. El origen de su nacimiento tuvo por padrino al más
ignorante y vende patria que haya parido la patria de Bolívar, Hugo Chávez;
su resentimiento, su falta de lustre, su superficialidad, su paso por la
vida comprando conciencias y arruinando reputaciones, no tiene parangón. Y
como la miseria se contagia, creó la ¨burguesía parasitaria¨ que les
pertenece y hoy nos endilgan, pues ellos decretaron el odio por la decencia,
el esfuerzo en el estudio y la meritocracia y la repulsa por el trabajo
productivo; caterva de incultos con una pátina de creer saber, que no
conocen el placer de leer y de entender para saber, y si lo conocen no lo
comparten. Aquí cabe la frase del pelotero Yogi Berra (1925- ), cátcher de
los Yankees de New York quien una vez dijo,
¨Cuando no se sabe a dónde se va, cualquier camino es bueno¨.
El chavismo está pletórico de mitos. La definición de mito según el
diccionario Webster es, ¨Una creencia infundada celebrada acríticamente,
especialmente por parte de un grupo de interesados¨. Míticos significa,
fabricados, inventados o imaginados en forma arbitraria o haciendo caso
omiso de los hechos. La historia de la mitología religiosa y de procesos
como el nazismo y el comunismo indica que una repetición incondicional de
una historia se perpetúa, lo que Mark Twain (1835-1910) llamó la ¨verdad
petrificada¨.
Días atrás el nuevo ministro del MPPS, tan ignorante como sus antecesores,
declaró que eliminará definitivamente el Boletín Epidemiológico Semanal
fundado en 1938 por el doctor Darío Curiel Sánchez (1907-1983) nacido en
Coro, Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de la Medicina y
director de la lucha que culminó en 1956 con la erradicación de la viruela
en Venezuela. Con propiedad es considerado el fundador de la epidemiología
nacional. Su desaparición es un error que debilitará técnicamente las
acciones de salud pública de nuestro tembleque sistema público de salud,
como son la vigilancia y el control epidemiológico de brotes epidémicos y
desestimulará la participación de la sociedad organizada para contribuir a
mejorar la calidad de salud de la población. ¡Lloverá, lloverá y caerá más
agua! Los caños crecerán y los ríos se saldrán de madre e inundarán
planicies y más venezolanos caerán con la terrible ¨calentura¨ con su
séquito de tiritar de dientes, escalofríos y palidez cadavérica, tan
prevalente en los tiempos de la Venezuela atrasada y pobre, que ahora vuelve
a ser más atrasada y más pobre con sus casas muertas y su profundo rezago…
Los cementerios se hundirán de tantas cruces que lamentarán las muertes
innecesarias traídas por la jauría gansteril, y los médicos, ni nos
enteraremos… Como los gatos, esta pobre gente tapa sus fechorías
escondiéndolas, mas sin embargo, la hedentina que dejan como estela es
difícil de ocultar. Pobre hombre ese ministro, tan aguachinado y
desprovisto…
No hay derecho que un grupo de mente marginal y resentida, miserables del
alma, sean responsables de una educación secundaria faltosa, elemental y
fraudulenta y que ello no les permita a los jóvenes seguir una carrera
universitaria y así, un 50%, impotentes, han desertado de la UCV. ¿Quién
reclamará a los ministros de educación de mente infértil y mezquina que a
los estudiantes entregan ¨tabletas electrónicas¨ cuando antes bien, debieran
asegurarles un bachillerato de altura, como el que ellos tuvieron y al
parecer despreciaron, donde no falte el estudio la química, la física, la
biología y las matemáticas o a los aspirantes a médico, enseñarles las
reglas del arte y a la cabecera del enfermo? ¨Estamos a la vanguardia del
mundo¨, dijo con desparpajo el ilegítimo e ignorante mayor: ¡Será en malas
artes y rapacería! –le digo yo-
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