Elogio de la sangre...
Con o sin diálogo, ellos no van a cambiar, son almas torcidas y dañadas
RAFAEL MUCI-MENDOZA
| EL UNIVERSAL
domingo 13 de abril de 2014
Con o sin diálogo, ellos no van a cambiar, son almas torcidas y dañadas que se regocijan cuando nos hacen matar de manos de la degradación que ellos degradaron aún más. Él había pensado que por sus hijos debía irse del país; no hubo tiempo para tomar una decisión. Átropos, la parca cruel, tan ocupada en Caracas como está, cortó el hilo de su vida trastocando existencias y dejando inconsolables heridas que también manan sangre inocente. No es así como el Señor dispone sus cosas.
Addendum
Él no lo hizo. Mandó a otros. Desde el infierno todavía lo hace. Eso fue lo
que yo vi y sentí. Mi vida dio un vuelco, un inesperado trompicón. Luego de
larga caminata en pendiente por el agreste y amarillento camino, bajo el
áspero calor y la sequedad del paisaje, dos bicicletas huérfanas, el
espectáculo de los cuerpos de los dos jóvenes ajusticiados, echados sin
sentido el uno sobre el otro y sobre la tierra que se resistía a recibirlos,
que todavía no les esperaba, hizo que el peso del dolor le cimbrara la
cerviz hundiéndola entre los hombros y mil años cayeron de súbito sobre su
humanidad de amante y desprevenido padre. Quería convencerse de que no era
un error, quería ver por ojo propio... Los hijos no tienen por qué morir
antes que los padres; el grito de dolor, las lágrimas tantas veces
contenidas, un mazazo que aturde y desconcierta; es injusto, es pungente
espectáculo contra natura. Ellos les dan las armas, ellos les suministran
municiones, ellos les apoyan y les azuzan, voltean a un costado, ellos mal
hechos, mal paridos y mal parientes, únicos responsables de una muerte
violenta en Venezuela cada 20 minutos, ¡nos pilló la púrpura estadística y
de qué manera!; gobernantes de gélido corazón gozan sin culpa ni
arrepentimiento presenciando el sufrimiento de otros, de sus hermanos
trocados en odiados enemigos. Una cosa es leer el frío parte de guerra de
cada fin de semana en Caracas; otra, es formar parte de las bajas...
La revolución ha ensangrentado la paz de la montaña, y con ella, a la nación
venezolana entera...
Cómo me abandonaba al frescor del Cortafuego mientras el trote inducía un
enchumbamiento benéfico de mi cuerpo por las endorfinas y encefalinas, y yo,
dándole gracias al Señor por el favor y el privilegio concedidos... Y yo que
aseguraba que en una radiante mañana dominical de cielo azul mirar la Cruz
de los Palmeros en la cúspide del Pico Oriental del Cerro Ávila era
terapéutica... Y ya que no me lo parece tanto; pero, ¡si es que está
manchada de sangre inocente...!
Con amor a mi familia y a todos aquellos que han perdido amores por culpa
del castrocomunismo, por culpa de la intolerancia...
ARRIBA CORAZÓN
Doctor, Don Gregorio Marañón y Posadillo
El ¨Hipócrates español¨
1887-1960
¡Arriba corazón! La vida es corta
y hay que aprender a erguirse ante el destino
Sólo avanzar importa
arrinconando el dolor por el camino
Espera siempre corazón,
espera,
que ninguna inquietud es infinita
y hay una misteriosa primavera
donde el dolor humano se marchita
Otras horas felices
matarán estas horas doloridas,
las que hoy son heridas
se volverán mañana cicatrices
Con tu espuela de plata
no des paz al corcel de la ilusión
Si la pena no muere, se la mata...
¡Arriba corazón!
rafaelmuci@gmail.com
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