Discapacitados, al Óscar
La Academia suele reconocer historias de superación
Eddie Redmayne hace de Stephen Hawking en "The theory of everything" CORTESÍA
EFE/EL UNIVERSAL
domingo 18 de enero de 2015 12:00 AM
Los Ángeles.- Julianne Moore y Eddie Redmayne parten con grandes opciones de alzarse con el Óscar gracias a sus papeles de discapacitados en Still Alice y The Theory of Everything, respectivamente, una fórmula que históricamente ha atraído el voto de los académicos de Hollywood.
Moore es la favorita absoluta para alzarse con la estatuilla gracias a un personaje que sufre los efectos del Alzheimer, mientras que Redmayne podría llevarse el premio por interpretar a Stephen Hawking, el célebre astrofísico británico que vive postrado en una silla de ruedas sin poder hablar a causa de una esclerosis lateral amiotrófica.
Aunque Michael Keaton (Birdman) es quien lidera las apuestas en esa categoría, Redmayne tiene a su favor el hecho de encarnar a una figura real, el otro gran factor que más se valora en la Academia, como lo demuestran los triunfos recientes de Matthew McConaughey (El club de los deshauciados), Daniel Day-Lewis (Lincoln) o Colin Firth (El discurso del rey).
Los Óscar han reconocido a personajes con discapacidades o enfermedades mentales tan memorables como el del propio Day-Lewis en Mi pie izquierdo(1989), donde encarnaba al pintor y escritor irlandés Christy Brown, aquejado de parálisis cerebral, o el de Holly Hunter en El piano (1993), encarnando a una pianista muda que debe contraer matrimonio con un terrateniente en la Nueva Zelanda de mediados del siglo XIX.
Tom Hanks, un experto en estas lides, hizo doblete consecutivo por interpretar a un abogado afectado por el virus del sida en Filadelfia (1994) y a un tipo entrañable, aunque con bajo coeficiente intelectual, que lograba en Forrest Gump (1995) estar presente en momentos decisivos de la sociedad estadounidense.
Otros casos recientes son los de Jamie Foxx, por personificar al artista ciego Ray Charles en Ray (2004), o el del propio McConaughey el año pasado, que se coronó con el papel de Ron Woodroof, un "cowboy" drogadicto que lucha por dar esquinazo a la muerte una vez que los médicos le diagnostican que ha contraído el virus del sida.
Echando la mirada atrás se encuentran otros ejemplos notables como los de Marlee Matlin, por Children of a Lesser God (1986); Jon Voight, por Coming Home (1978); Patty Duke, por The Miracle Worker (1962); Joanne Woodward, por The Three Faces of Eve (1957); o Harold Russell, por The Best Years of Our Lives (1946).
Los casos de Matlin y Russell son especialmente particulares. Matlin, una joven sorda de 21 años, ganó el Óscar a la mejor actriz por encarnar a una estudiante con el mismo impedimento auditivo que inicia una relación sentimental con un logopeda.
Por su parte, Russell, un veterano de guerra, hizo historia al convertirse en el primer actor no profesional y la primera persona discapacitada -perdió las manos durante unas pruebas con el Ejército- en llevarse un premio Óscar.
Moore es la favorita absoluta para alzarse con la estatuilla gracias a un personaje que sufre los efectos del Alzheimer, mientras que Redmayne podría llevarse el premio por interpretar a Stephen Hawking, el célebre astrofísico británico que vive postrado en una silla de ruedas sin poder hablar a causa de una esclerosis lateral amiotrófica.
Aunque Michael Keaton (Birdman) es quien lidera las apuestas en esa categoría, Redmayne tiene a su favor el hecho de encarnar a una figura real, el otro gran factor que más se valora en la Academia, como lo demuestran los triunfos recientes de Matthew McConaughey (El club de los deshauciados), Daniel Day-Lewis (Lincoln) o Colin Firth (El discurso del rey).
Los Óscar han reconocido a personajes con discapacidades o enfermedades mentales tan memorables como el del propio Day-Lewis en Mi pie izquierdo(1989), donde encarnaba al pintor y escritor irlandés Christy Brown, aquejado de parálisis cerebral, o el de Holly Hunter en El piano (1993), encarnando a una pianista muda que debe contraer matrimonio con un terrateniente en la Nueva Zelanda de mediados del siglo XIX.
Tom Hanks, un experto en estas lides, hizo doblete consecutivo por interpretar a un abogado afectado por el virus del sida en Filadelfia (1994) y a un tipo entrañable, aunque con bajo coeficiente intelectual, que lograba en Forrest Gump (1995) estar presente en momentos decisivos de la sociedad estadounidense.
Otros casos recientes son los de Jamie Foxx, por personificar al artista ciego Ray Charles en Ray (2004), o el del propio McConaughey el año pasado, que se coronó con el papel de Ron Woodroof, un "cowboy" drogadicto que lucha por dar esquinazo a la muerte una vez que los médicos le diagnostican que ha contraído el virus del sida.
Echando la mirada atrás se encuentran otros ejemplos notables como los de Marlee Matlin, por Children of a Lesser God (1986); Jon Voight, por Coming Home (1978); Patty Duke, por The Miracle Worker (1962); Joanne Woodward, por The Three Faces of Eve (1957); o Harold Russell, por The Best Years of Our Lives (1946).
Los casos de Matlin y Russell son especialmente particulares. Matlin, una joven sorda de 21 años, ganó el Óscar a la mejor actriz por encarnar a una estudiante con el mismo impedimento auditivo que inicia una relación sentimental con un logopeda.
Por su parte, Russell, un veterano de guerra, hizo historia al convertirse en el primer actor no profesional y la primera persona discapacitada -perdió las manos durante unas pruebas con el Ejército- en llevarse un premio Óscar.
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