La pianista venezolana Gabriela Montero vivió un momento desconcertante mientras realizaba un concierto en Brasil: un hombre mayor, aparentemente ligado al chavismo, levantó la voz en pleno discurso y la calificó de “mentirosa” tras haber hablado al público sobre la situación que vive Venezuela.
A través de Facebook, la pianista venezolana compartió lo sucedido en el estreno de su obra Expatria en Brasil:
Anoche, toqué ExPatria y el Concierto No.5 de Beethoven con el maravilloso director Osvaldo Ferreira y la Orquestra Sinfonica do Parana. Como no habían insertado el texto sobre mi obra en el programa, tuve que hablar y explicársela al público. Les expliqué cómo Venezuela está tomada por la violencia y la corrupción. Les expliqué que mi dolor está claramente ilustrado en ExPatria y que describe el llanto y frustración de millones de venezolanos que no tienen la posibilidad de hablar públicamente como yo puedo hacerlo. Les expliqué que muchos sentimos que hemos perdido nuestro país. También expliqué que no me interesa la política, pero sí me interesan los seres humanos y el sufrimiento que trae la política corrupta, deshonesta y que sirve a los interés de aquellos que se están enriqueciendo. Me importan los efectos que tienen sobre la sociedad de mi país. En ese momento, un hombre mayor, empezó a gritar,” Mentirosa! Eres una mentirosa! Son todas mentiras!”. Él estaba muy agitado y el público, sorprendido y desagradado con su ataque hacia mí, empezó a defenderme y pedirle que se callara. Insistió, llamándome mentirosa, y mi respuesta fue decirle que era mi derecho y mi deber hablar sobre los eventos que nos afectan y brillar luz sobre las verdades que están siendo ignorados por el mundo. Le dije que Rachmaninov y Chopin escribieron sobre su anhelo de regresar a su patria. Sobre todo lo que habían perdido. También debí haber mencionado a Prokofiev y Shostakovich. El volumen de la conmoción aumentaba, y alguien le gritó al señor lo que una vez el Rey Juan Carlos de España le dijo a Chávez, “¿Por qué no te callas?”. Me senté en la banqueta para comenzar ExPatria. El hombre continuaba ofendiéndome, y en ese momento me paré y con voz muy firme grité: “Yo soy venezolana y sé exactamente lo que estoy diciendo y por qué lo estoy diciendo”. Me senté nuevamente al piano, mi corazón latiendo fuertemente, y el público se levantó, aplaudiendo. La orquesta golpeaba el piso del escenario creando una ola de sonido- de apoyo, y todo el mundo en la sala seguía de pie- aplaudiendo y apoyándome. Apoyando lo que estaba apunto de hacer y de expresar a través de la música. Apoyando el hecho de que entienden lo doloroso que es que exista una obra como ExPatria porque no debería de existir. Deberíamos celebrar el amor, el respecto y la libertad entre todos. Gracias a todos los que estuvieron presentes. Gracias a todos los que hablaron conmigo después del concierto y entendieron cada mensaje en mi obra y mi ejecución. Gracias a la gran humanidad de la orquesta y la demostración de afecto y solidaridad. Gracias a Osvaldo por estar ahí conmigo. Y gracias al hombre que me insultó, por demostrarnos una vez mas lo peligrosa que es la ignorancia y como siempre debemos luchar por aquellos que no pueden, y nunca darles la espalda a aquellos que lo necesitan. Que no se sientan olvidados. Anoche, los aplausos fueron para los venezolanos que se sienten representados por ExPatria. Gracias.
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