Elogio de la isonomía...
Rafael Muci-Mendoza
La mesa está servida, vengan señores comensales a beber del néctar de la
muerte...
Una república democrática guarda extraordinaria similitud con la definición
que de la salud nos dio Alcmeón de Crotona, médico griego del siglo VI a.C.
(500-450 a.C.) y filósofo pitagórico, quien se centró en el origen y proceso
de las sensaciones siendo de su creación la tabla pitagórica de las
oposiciones (dulce/amargo, blanco/negro, grande/pequeño) que ponía en
relación sensaciones, colores y magnitudes. En su ¨Naturaleza de las Cosas¨
proponía que si los componentes y cualidades de la salud estaban amalgamados
en forma simétrica, se constituía la symmetros krâsis, eucrasia o buena
mezcla. Pero volvamos ahora a la realidad venezolana: si los integrantes de
la república se mezclan en forma incorrecta, si sus componentes se atacan y
no se unen, si desde el poder se siembra el odio, la envidia y la revancha,
surgirá la discrasia, la polarización y el caos. La salud republicana
depende pues de la isonomía o ¨igualdad de derecho¨ de sus componentes. Si
cada uno logra aportar sus virtudes y dones, el cuerpo de la nación se hará
cada vez más sano y robusto. Si por lo contrario, se enfrentan entre sí y
unos se imponen sobre los otros, se perderá el orden natural, la naturaleza
será violentada y surgirá la enfermedad, la dictadura, la tiranía en la que
un elemento sojuzga a los demás. La isonomía pues, es la base de la
democracia: ¨Un estado democrático, además de llevar en su mismo nombre de
isonomía la justicia igual para todos, no da prácticamente en ninguno de los
vicios y desórdenes de un gobernante único, permite a la suerte la elección
de empleos, pide después a los magistrados cuenta y razón de su gobierno;
admite, por fin, a todos los ciudadanos en la participación de los negocios
públicos¨ (Heródoto, los nueve libros de la historia).
La grave enfermedad venezolana que es contagio de la cubana, una pestilencia
más agravada que el virus ébola, equivale a desequilibrio y no puede ser
tratada sino buscando el equilibrio, la eucrasía y la isonomía, es decir,
restaurando el orden perdido mediante el concurso de todos sus componentes.
Hasta aquí apreciamos un panorama quimérico, pero creo que aún estamos a
tiempo. La debilidad del estado es notoria, la profunda indigencia del
gobierno chorrea, la inmoralidad de la dirigencia roja muestra sus despojos,
hieden por la rotura de sus bubones. Por su parte, la dirigencia opositora
no actúa aprovechándose de la debilidad del otro. Sigue aferrada a las
viejas tácticas, a los mismos y ancianos miedos...
Quince años son muchos para aprendices de brujos: no otra cosa que aquellos
angustiosos novicios de las artes de la brujería; uno de ellos, el inmortal,
aprovecha la ausencia de su maestro -la cordura- para dar vida a una escoba
que cumplirá con el trabajo que le ha sido encomendado. La escoba hace sin
cesar el trabajo que consiste en verter agua para limpiar el estudio del
maestro. Pero el aprendiz ha olvidado las palabras mágicas para detenerla y
la rompe, entonces la escoba se multiplica y se reanima, con lo que casi
produce una inundación. Afortunadamente el maestro llega a tiempo para
evitarlo. En los últimos tres lustros, como el aprendiz de brujo, el régimen
creó un bestiario; ahora se le han desatado todos los demonios de su
creación y no sabe, no tiene interés en saber cómo enderezar los entuertos y
además, carece totalmente de la capacidad para hacerlo. ¿Quién fungirá de
Maestro en nuestra desolada Venezuela...?
La infección por el virus ébola será la nueva pandemia del siglo XXI,
similar a aquella otra que a mediados del siglo XIV, entre 1346 y 1347,
estalló en Europa, y que tan sólo fue comparable con la que asoló el
continente en tiempos del emperador Justiniano (siglos VI-VII). Desde
entonces la peste negra se convirtió en una inseparable compañera de viaje
de la población europea, hasta su último brote a principios del siglo XVIII.
Al favor de la pobreza y de la suciedad, aquel efluvio viajaba a pie pero
con prisa saltando barrancos; este de nuestros días, viaja en aviones, no
necesita de pulgas ni de ratas, solo de indiferencia y del simple contacto
con el cuerpo del enfermo, sus humores, sus secreciones o sus ropas que
hacen la diseminación posible de persona a persona sin vector interpuesto.
Avanza como un incendio de sabana dejando tras sí una estela de ceniciento
polvo, de tierra arrasada y de muerte segura...
Para colmo, el Gobierno liberiano informó que ya se encuentra en ese país
una avanzada de médicos cubanos que participarán en las labores de lucha
contra el ébola. Se espera que unos ¨50 expertos sanitarios¨ -quizá
parecidos a los que tenemos aquí, santeros, paleros, wabalaos- lleguen a
Liberia en los próximos días para incorporarse a este equipo inicial, aunque
esa cifra variará dependiendo de las necesidades que se detecten en el país,
precisó en un comunicado el gobierno de Liberia. Los viajes Caracas-La
Habana se suceden en volandillas y a raudal. El aeropuerto de Maiquetía no
dispone de atalayeros que oteen de veras rampas y viajeros; adormecidos por
el vaho socialfacilista no atisbarán los caballos de Troya y su contenido
humano infectado. Nada de raro tendría que los mamelucos enviaran jóvenes
médicos comunitarios a inmolarse por razones políticas. La mesa está
servida, vengan señores comensales a beber del néctar de la muerte...
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