A Cora Páez de Topel Capriles

A Cora Páez de Topel Capriles
A Cora Páez de Topel Capriles, gran amiga de Aziz Muci-Mendoza, él le recordaba al compositor de mediana edad Gustav von Aschenbach, protagonista de la película franco-italiana "Muerte en Venecia" (título original: Morte a Venezia) realizada en 1971 y dirigida por Luchino Visconti. Adaptación de la novela corta del mismo nombre del escritor alemán Thomas Mann.Se trata de una disquisición estético-filosófica sobre la pérdida de la juventud y la vida, encarnadas en el personaje de Tadzio, y el final de una era representada en la figura del protagonista.

domingo, 20 de julio de 2014

Elogio del milagro...La discriminación intolerable es dejar de lado la larga lista de cataratosos venezolanos...

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Elogio del milagro...

Rafael Muci-Mendoza

La discriminación intolerable es dejar de lado la larga lista de cataratosos
venezolanos...

Por razones humanitarias, no podría adversar una ¨misión¨ que tiene por
objeto combatir la ceguera especialmente en personas de pocos recursos
mediante la remoción de cataratas, la principal causa de ceguera mundial. Lo
que si detesto es que esta campaña se realice con fines meramente políticos,
pues me cuesta trabajo entender que teniendo el país una crisis humanitaria
en salud de tan gigantescas características, nos ocupemos de encender el
farol de la calle sin siquiera intentar prender una velita de mortecina luz
en casa propia.

El programa en cuestión consiste en traer cada semana treinta pacientes
hondureños pagando su transporte en Conviasa, alojándolos en Caracas durante
9 días con todos sus gastos y privilegios, intervenirlos en el Hospital
Militar donde se les implantarán sendos lentes intraoculares, se les
suministrará el aceite viscoelástico indispensable para la cirugía y serán
operados por adjuntos del Servicio, nunca por residentes en formación pues
¨interesa que queden bien¨. Bueno, es cierto, el barril de petróleo a $ 100
parece dar para eso y más. La discriminación intolerable, aupada por el
Hospital, el Servicio y sus cirujanos adjuntos, es dejar de lado la larga
lista de cataratosos venezolanos que esperan y desesperan por una solución.
Ellos tienen que padecer la espera, ir una y otra vez, comprar de propio
peculio los lentes intraoculares y el viscoelástico y... ser operados por
los infames residentes.

No he oído que los médicos de ese hospital hayan alzado sus voces en defensa
de su propia sangre: la de sus coterráneos tantas veces dejados de lado... A
ese nivel de depauperación moral ha llegado la clase médica del país
aceptando un estado de cosas por miedo, comodidad o vileza... ¨Dondequiera
que se ame el arte de la medicina, se ama también a la humanidad", Platón

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Luz en la calle oscuridad en la casa.

Addendum


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Los venezolanos terminamos nuestras peroratas y quejas sobre la situación,
que no es nueva, y que hemos tolerado festivamente por 15 años con un: ¨¡Qué
Dios nos ayude...! ¿Y creen ustedes que eso irá a ocurrir? Hasta en eso
somos cómodos... Dios está más ocupado con los  niños subsaharianos muertos
de hambre que son diezmados como moscas ante la indiferencia del mundo. Tan
lejos queda su sufrimiento que no nos toca...  No se va a ocupar de esta
pila de desvergonzados, hipócritas y acomodaticios que somos casi todos los
habitantes de mi país. Muchos ya estamos haciendo negocios con el gobierno y
no nos interesa un cambio verdadero porque nos beneficiamos del amigo
corrupto, del caos o de la molicie. Hasta los amigos de los presos políticos
no los exculpan si es que cometieron un error (Ramón J. Medina´s Ipse
dixit): los traiciona el subconsciente, lo hunden más y hasta en burlón
tono. En este momento necesitamos unidad; más unidad; unidad por sobre todas
las cosas. La defensa de la democracia debe ser el ultrafiltro de las
pasiones. La España franquista arrasada con más muertos que nosotros, más
odio e inquina, más puntos discordantes, pudo hacerlo...

¿Por qué no nosotros...?

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