A Cora Páez de Topel Capriles

A Cora Páez de Topel Capriles
A Cora Páez de Topel Capriles, gran amiga de Aziz Muci-Mendoza, él le recordaba al compositor de mediana edad Gustav von Aschenbach, protagonista de la película franco-italiana "Muerte en Venecia" (título original: Morte a Venezia) realizada en 1971 y dirigida por Luchino Visconti. Adaptación de la novela corta del mismo nombre del escritor alemán Thomas Mann.Se trata de una disquisición estético-filosófica sobre la pérdida de la juventud y la vida, encarnadas en el personaje de Tadzio, y el final de una era representada en la figura del protagonista.

jueves, 27 de julio de 2017

Caracas: la ciudad interrumpida Como homenaje a Caracas por sus 450 años, presentamos un texto inédito de William Niño Araque, arquitecto, crítico, curador y pensador venezolano que se destacó por sus investigaciones y aportes al urbanismo, entre ellos el libro “Caracas cenital” de la Fundación para la Cultura Urbana, de la que fuera miembro directivo

Vasco Szinetar ©
 Los arquitectos William Niño Araque, Oriol Bohigas y Manuel Delgado, en el techo de la Torre Mene Grande 
Por WILLIAM NIÑO ARAQUE
23 DE JULIO DE 2017 05:53 AM
Desde la distancia, el cañón del Valle de Caracas puede considerarse como el espléndido escenario geográfico amurallado por la montaña que le impide la salida al mar, y como un frondoso territorio interior en el que ha crecido una brutal retícula urbana que, asombrosamente, niega la existencia de los irregulares contornos montañosos. Caracas lleva implícita la aventura de una tipología paisajística, que surge de los parques, jardines, caminos en rampa, y cubiertas sinuosas que permiten la resonancia de las curvas costaneras de la lluvia y del calor.
Sin embargo, Caracas es una ciudad interrumpida, porque, desde los años 60 hasta hoy, se ha dejado de imaginarla y se ha comenzado a proyectarla mal. En Caracas, la cuestión es más de tiempos que de espacios. Las mareas de las épocas han subido y se han retirado, dejando, sobre la arena, restos de lejanos naufragios. Es una ciudad que ha vivido de saqueos, después de ruinas, y hoy, lamentablemente, pareciera sobrevivir a una inundación.
Aquí, a diferencia del espacio, que es opaco, el tiempo es transparente; nadando por debajo del agua, por la verdadera ciudad sumergida, se ven las claves de otros tiempos recientes, se ven los monumentos como escollos, las ruinas como arbusto de coral. Es la ciudad que los hombres de la primera modernidad imaginaron para un espacio, disputando sobre la forma de obtener la salvación para la ciudad del futuro, la ciudad de hoy.
En Caracas, no existe solamente el tiempo de la arquitectura o de la historia, sino también el de la naturaleza, mudable como el cielo, como la luz, como los vientos intempestivos y las lluvias descomunales. Aquí el paisaje entra en la ciudad como una brisa, y a lo largo de su tránsito, siempre se hacen presentes los despeñaderos como bastiones espontáneos en el campo. Desde su origen, las colinas y los pequeños valles del sur, como en un archipiélago, han desplazado una ensambladura de promontorios y ensenadas: arquitectura y paisaje, historia y naturaleza.
La geografía se convierte, así, en el primer reto para los años que se aproximan; a través de ella, y de su entendimiento, se representa otro tipo de experiencias dirigidas a proponer, sobre todo, una redefinición física del territorio caraqueño: el modelado, en último término, del propio suelo. Esta ciudad necesita proyectos basados en el trabajo directo sobre el paisaje, un paisaje redescubierto, convertido así, en materia prima, en posibilidad instrumental “recuperada”, capaz de propiciar al caraqueño nuevas experiencias espaciales, y por lo tanto, arquitectónicas, sobre unos parajes de conflictiva realidad, terrenos ambiguos seminaturales: la salida hacia la Urbina, grandes bandas marginales de frontera, como la Autopista del Este; cuando no vastas extensiones simplemente de desecho, como la llegada a Coche.
En este sentido, y profundizando en las condiciones con las que habitualmente debe medirse buena parte de dichos proyectos, el centro de una acción debería orientarse hacia diversas actuaciones en una estrategia de reutilización, con fines de ocio, de paisajes reciclados. Una buena idea podría ser recuperar los terrenos de las antiguas instalaciones industriales, dándole algún sentido a esos “paisajes de residuos”, presentes a lo largo de la ciudad.
La Autopista sintetiza la memoria de lo caraqueño y el emblema de su contemporaneidad, representa todo un universo formal diverso, pero emparentado de elementos situados en un singular punto de encuentro entre lo artificial y lo natural. El reto estaría pues, para el año que se inicia, en inventar mecanismos de modelado para una topografía de onduladas siluetas, “accidentes” proyectados, incorporados a una nueva geografía, sinuosos meandros, canales, caminos, pasarelas, objetos de aleatoria configuración, torreones, puentes, elementos infiltrados, casi depositados sobre el terreno.
Formas surgidas de una especial relación con el territorio caraqueño, entendido hoy como una realidad abierta a latentes metamorfosis. Nuevos recursos arquitectónicos, derivados, en buena parte de las recientes preocupaciones ambientales, alejados de aquellos más familiares, tectónicos, compositivos, axiales, durante largos años preferidos por una disciplina, demasiado tiempo quizás, anclada prioritariamente en lo urbano.
Las ideas, como la ciudad, no pertenecen a ningún Alcalde y mucho menos a las visiones partidistas. El conocimiento del espacio público lo lideriza, inobjetablemente, la élite de sus arquitectos, ecólogos y urbanistas. Las ideas, aquellas ideas futuras que harán diferente el porvenir respecto al presente, simplemente no crecen, su modalidad de existencia no es biológica ni botánica. La condición de las ideas urbanas, de su ser, es condición de conflicto de debate y de conocimiento, surgen a través del calor y del frío de la controversia, y a partir del choque de las mentalidades.
Hay una realidad que se impone como tal, pero que, sin duda, debe ser revisada críticamente para poder ser “formalizada”, a través de una ordenanza y de una nueva cultura de la ciudad. Cultura de la ciudad que no corresponde a visiones partidistas, ni a institutos de urbanismo, ni a un grupo de arquitectos. Cultura de la ciudad que corresponde a todos, al acuerdo que no va a depender de aceptar el desorden como un hecho natural, pero, tampoco, de planes y regulaciones que tengan poco que ver con el desarrollo de la realidad a la que se refieren.
El enfrentamiento debe contribuir a esa discusión, se requiere normar los “fragmentos de ciudad”, fragmentos que tratan, entre otras cosas, de problemas que van desde el caos y las discontinuidades urbanas hasta la arquitectura como hito y como evento urbano. Propuesta afortunadamente otorgada a diecinueve arquitectos, en un esperanzador “laboratorio de arquitectura”, previsible hoy para la ciudad de fin de siglo. De cualquier manera, aceptar la idea de fragmento no significa creer en el desorden como fin en sí mismo, sino en la posibilidad de crear un nuevo tipo de referencias para que una nueva unidad e identidad caribeña sean posibles. Aspiramos que estos fragmentos propuestos para el Municipio Libertador pretendan, finalmente, ser alegorías de la ciudad.
Un proyecto de normativa para Santiago de León de Caracas, debería superponer dos cuestiones, reordenar la periferia y estructurar un eje para el siglo XXI, continuación del eje histórico, es decir, eje y periferia como sinónimos de orden y desorden. Aquí, la unidad requerida por la idea de continuidad del eje, está dada por la propuestas de “piezas urbanas”, que se articulen con toda la ciudad, con la periferia y con el centro de Caracas de hoy. Una Caracas que atesora como columna la Autopista que nace en el litoral y culmina en Guarenas, Autopista entendida desafortunadamente como un incómodo “patio de atrás”.
La Autopista, como fenómeno geográfico y formal, es uno de los ejemplos de una nueva manera de intervenir en la ciudad y de cómo un sistema de transporte puede crear referencias para el desarrollo de nuevas formas de identidad urbana. Las Estaciones Urbanas, por ejemplo, podrían corresponder a estaciones terminales que se prolongan en edificios para oficina, centros comerciales, estacionamientos y servicios. La normativa debe constituir un esfuerzo por convertir los simples edificios-estaciones en hitos urbanos de un nuevo sistema de referencia; un caso opuesto y patéticamente perdido constituye la abominable Estación de la Bandera. No se trata tanto de actuar persuasivamente a través de una gran operación urbana, sino de convertir esa operación en un nuevo y estimulante fenómeno de la cultura de la ciudad.
Desde otra perspectiva, aspiramos a que los pequeños proyectos, Centros Multifuncionales, propuestos para las diecinueve parroquias, se conviertan en cualificadoras piezas urbanas que le otorguen identidad a zonas que actualmente se encuentran en vías de transformación. El hecho de tener que cumplir con las normas particulares, que exige cada parroquia, da lugar a la construcción de pequeñas ciudadelas, que intentan generar una situación urbana específica para cada trozo de ciudad.
Si pensamos en la Caracas del siglo XXI, no se hace solamente necesario resolver el problema de los ranchos. Aquí, los elementos de referencia de la “ciudad del Caribe”, son el paisaje y la autopista, lo amorfo se da por carencia de ciudad y por exceso de paisaje. Una normativa por lo tanto debe reconstruir el paisaje, recurrir a la idea de la ecología y las grandes ingenierías del territorio, las quebradas, los acantilados, los puentes, los caminos, los faros y torreones. La imagen total es la transformación del paisaje a través de una arquitectura de nueva escala.
Reconvertida en un evento social y crítico, la arquitectura caraqueña del nuevo siglo debe aprovechar esta tendencia para desarrollar en profundidad un nuevo rol, tratando de evitar el convertirse, solamente, en la responsable del carácter persuasivo de fenómenos consumidos acríticamente. Lo importante debiera ser que, como resultado de las nuevas relaciones entre el espacio y el tiempo, la arquitectura de una Escuela de Caracas se pudiera convertir en articuladora de una nueva cultura, pero de una nueva cultura que sea expresión de este caluroso Caribe, de estos barrancos, de esta manera de hablar, de la vida cotidiana de este maravilloso lugar.

A propósito de “¡Tan lejos, tan cerca!” Una mirada comparativa a aspectos análogos entre el filme de Win Wenders y la realidad venezolana actual

La Paciencia: A propósito de “¡Tan lejos, tan cerca!”

Una mirada comparativa a aspectos análogos entre el filme de Win Wenders y la realidad venezolana actual
Win Wenders
 ¡Tan lejos, tan cerca! 


Por JOSÉ ANTONIO PARRA @PARRAA23
24 DE JULIO DE 2017 02:10 AM | ACTUALIZADO EL 24 DE JULIO DE 2017 02:16 AM
Días atrás hablando con mi amiga Lola Jaramillo, una connotada profesional de la salud que se ha involucrado, como muchísimos ciudadanos, en las diversas actividades que realizamos en Venezuela en pos de la libertad, ella me comentaba de lo esperanzador que había resultado un discurso del joven diputado, Miguel Pizarro. El mismo había sido dado a los vecinos de Macaracuay en la asamblea local de la noche anterior. Nuestra conversación continuó de modo azaroso hacia diversos tópicos y eventualmente ella me hizo mención, hablando de algo completamente diferente, de los diversos arcángeles que forman parte de la iconografía judeocristiana. Justo en ese punto le recomendé una película de Win Wenders que me marcó mucho hace ya más de dos de décadas, ¡Tan lejos, tan cerca! (1993).
A primera vista, la conexión entre el diputado Pizarro y el filme de Win Wenders podría ser, por decir lo menos, acrobática. No obstante, contextualicémonos primero al largometraje para observar que la comparación no es tan descabellada. Esta película es una secuela de El cielo sobre Berlín (1987) –también conocida como Las alas del deseo–. En la primera entrega, el ángel Damiel (Bruno Ganz) desea venir al mundo de la temporalidad para experimentar cómo los seres humanos vivencian el deseo. En el caso de ¡Tan lejos, tan cerca! se trata de la experiencia del ángel Cassiel (Otto Sander) que desea saber cómo los humanos viven la sensorialidad y la percepción en general. Teniendo ese artificio como punto de partida, Cassiel se ve inmerso en una complicada trama junto a otros “seres humanos” que también tienen un origen angélico, a pesar de que el tiempo les “adormece” en el devenir y les hace olvidar su origen pleno de luz. La trama en cuestión tiene que ver con la desarticulación de una red criminal que se aglutina en torno al mafioso Tony Baker (Horst Buchholz), quien incluso posee un perro de nombre Gadafi. A todo lo largo de la trama se plantea la lucha de seres humanos con origen angélico que deben evitar el triunfo del crimen y del mal en general que se focaliza alrededor de la red de Baker. Entre los ángeles luminosos está Raphaella (Nastassja Kinski), quien es la fiel compañera de Cassiel y además le susurra desde el mundo de lo atemporal luego de que el ángel cayera en el mundo fenoménico al tratar de salvar  a una niña que resbala desde el balcón de su departamento. Ya convertido en humano, Cassiel tiene un doble propósito, uno inicialmente desconocido para él que es la desarticulación de la red criminal y el otro, el pretexto de experimentar la percepción humana.
Comentaba al comienzo del texto que no era tan descabellada la relación entre esta película y los jóvenes diputados, así como la situación venezolana en general, y en efecto no lo es. Hoy en día Venezuela está sometida por una banda de pillos que bien podrían ser los secuaces de Tony Baker, incluido su perro Gadafi. Y más que eso, hay una joven generación de políticos que traen un mensaje diferente, un mensaje pleno de civismo y ciudadanía; ello es ver la encarnación de las facetas más luminosas del espíritu de lo humano, análogo a lo que plantea Wenders cuando sus personajes angélicos actúan movidos por una suerte de “voz secreta”, que no es otra cosa que las manifestaciones del amor atemporal en el mundo temporal. Ultimadamente, los ángeles de Wenders son solo los mensajeros. Incluso, en la película, el propio Baker termina plegándose a la luz y saliendo de la dimensión infernal. Adicionalmente,  en el filme hay una escena donde el ángel Cassiel convulsiona en una sala de exposiciones al recordar, en una suerte de perspectiva estereoscópica, a jerarcas del nazismo de la Segunda Guerra Mundial que atendían años atrás una exposición ahí mismo. Aquí es explícita la forma como lo “luminoso” desaparece cuando una sociedad cae presa de sistemas totalitarios.
De igual modo, uno de  los aspectos que otorgan mayor densidad a la trama de ¡Tan lejos, tan cerca! reside en el personaje interpretado por Willem Dafoe, Emit Flesti, que si se lee al revés no es otro que Time Itself (“El tiempo mismo” en inglés). Ese personaje está más allá del bien y del mal y permanentemente pone trampas a Cassiel para distraerlo de su propósito, incluyendo aspectos relativos a las adicciones. Emit Flesti (re)presenta, sin lugar a dudas, a los rigores del tiempo. No obstante que ultimadamente sea este un punto necesario para el logro de cualquier cambio en la experiencia humana.
Esta película tuvo un reparto fabuloso, que incluyó a Lou Reed, a Peter Falk y al mismo Mikhail Gorbachev, que de acuerdo a la perspectiva planteada por Wenders llevó a efecto la Perestroika y la “glásnost” movido por una voz angélica. Sea pues este un momento oportuno para prestar atención y ver cómo se manifiesta la luz en cada uno de nosotros y en el otro. En el caso de ¡Tan

Caracas cumple 450 años: 6 hitos arquitectónicos de la capital Entre los años 50 y 80 emergió la capital de la pujante "Venezuela saudita" gracias al boom petrolero. La bonanza se reflejó en la trama urbana de una ciudad que este martes cumple 450 años recordando el pasado con nostalgia. En BBC Mundo seleccionamos 6 proyectos que atrajeron los ojos del mundo

Hubo un tiempo en el que América Latina miraba con envidia a Caracas.
Muchos soñaban con tener el rascacielos más alto, símbolo de estatus y modernidad. Con contar con un metro no sólo funcional, sino artístico, estético. Con esas autopistas y distribuidores que vertebraban ciudades ya cargadas de autos. Pero sólo era realidad en Caracas, que este martes cumple 450 años.
Entre los años 60 y 70 y gracias al auge de la industria petrolera, Caracas se convirtió posiblemente en la ciudad más moderna de América Latina gracias a audaces visiones arquitectónicas e infraestructuras.
"El boom petrolero imprimió gran velocidad al proceso de modernización urbana en Venezuela", explica a BBC Mundo Ana María Carrano, gerente ejecutiva del IAM (Institutional Assets and Monuments of Venezuela), que busca preservar y destacar la riqueza patrimonial del país.
"En Caracas, por una parte, se hicieron monumentos nacionalistas (...) y otras obras muy arriesgadas e innovadoras que inscribieron a Caracas en la modernidad y la hicieron protagonista de progreso urbano", añade.
El teatro Teresa Carreño llegó a ser el mejor de América Latina cuando fue inaugurado en 1983.
Pero ahora, la capital de Venezuela está lejos de ser la moderna urbe que fue en algún momento del siglo XX.
Desde aquellos años, los expertos consultados por BBC Mundo apenas recuerdan otras obras relevantes más allá del nuevo Mausoleo al Libertador, cuyo proceso de licitación y sobrecosto fueron polémicos.
Con motivo del aniversario número 450 de Caracas, BBC Mundo hace una selección de seis proyectos que cambiaron y modernizaron Caracas y que hoy en día, pese a las crisis y la falta de recursos para mantenerlos, siguen siendo referentes arquitectónicos, aunque hayan perdido parte de su esplendor.
1. Torres del Centro Simón Bolívar o Torres del Silencio
Las torres de 32 pisos fueron los primeros rascacielos de Caracas a mitad de los años 50.
En este complejo en el centro de Caracas destacan dos torres gemelas de 32 pisos que superan los 100 metros de altura. Fueron a mitad de los años 50 los primeros rascacielos de la ciudad y sirvieron para marcar la transición de un país rural a uno urbano y moderno, industrial y petrolero.
"Cambiaron Caracas. Sus 32 pisos de altura le otorgaron el mérito de ser el primer rascacielos de Caracas y hasta ese momento el único del país construido en acero", afirma el arquitecto Ricardo Castillo, que a través de una cuenta en Instagram, entre otras cosas, se esfuerza por destacar la riqueza arquitectónica de todo el país.
Las torres del Centro Simón Bolívar son conocidas como torres del Silencio por estar cerca de la zona de El Silencio. En 1955 se terminó su construcción.
En 1954 las torres supusieron un hito arquitectónico para la ciudad.​
Las torres del Centro Simón Bolívar rompieron con el perfil aldeano y empezaron a dejar atrás un pasado colonial apenas perceptible ya en Caracas.
Los edificios hoy muestran el deterioro visible en otros hitos de la ciudad, pero el Centro Simón Bolívar y la plaza Caracas que contiene siguen siendo un foco de la vida política y administrativa.
Las torres fueron y aún son el marco de las grandes marchas del chavismo en la amplia Avenida Bolívar.
Una estatua de Simón Bolívar de civil sirve de bienvenida al Centro desde el este de Caracas.
2. El Helicoide
Al Centro Simón Bolívar le siguió a fines de los años 50 el Helicoide, quizás el mayor exponente de la utopía de Caracas y Venezuela por lo que suponía el proyecto, por el hecho de que nunca pudo ser completado y porque ahora esa astucia arquitectónica inacabada es la sede del Sebin, el Servicio Bolivariano de Inteligencia, en cuya cárcel muchos presos denuncian torturas.
El helicoide iba a ser un gran centro comercial por el que los visitantes se moverían en auto por sus rampas.
Su construcción empezó a comienzos de los años 60. La idea era un edificio que sería el primer gran centro comercial de Caracas al que se accedería y por el que se transitaría en vehículo a través de las rampas que se prolongan por 4 kilómetros. Iba a tener un hotel, un teatro…
"Era una ciudad dentro de la ciudad. Un proyecto faraónico", afirma el arquitecto Ricardo Castillo.
El Helicoide fue un proyecto abandonado y ahora es al sede del Servicio de Inteligencia.
El Helicoide, a la derecha, se confunde con las viviendas informales que han surgido junto a él.​
"Es ésta una de las creaciones más exquisitas brotadas de la mente de un arquitecto", comentó el poeta chileno Pablo Neruda cuando visitó El Helicoide en el año 1959.
Lo más significativo era su forma en doble espiral sobre una colina y coronado por una cúpula. Una obra de vanguardia que, sin embargo, fue paralizada por los problemas financieros.
Nunca se completó y el peculiar edificio fue difuminándose por las viviendas informales que junto a él se fueron levantando en el cerro contiguo, reflejo de la explosión demográfica de la ciudad y las carencias habitacionales.
3. Parque Central
Hasta 2003 las torres de Parque Central fueron las más altas de América Latina.​
De nuevo la utopía de la ciudad perfecta en un país próspero que en los años 70 recibe el nombre de "Venezuela saudita" y que es el más moderno de América Latina gracias al petróleo.
En 1969 comienza la excavación de un complejo de diez torres (ocho de viviendas y dos de oficinas) que se concluye en 1983 y se convierte en "emblema de la ciudad", dice a BBC Mundo Enrique Fernández-Shaw, arquitecto e hijo de Daniel Fernández-Shaw, uno de los hacedores del proyecto.
"Fueron los rascacielos más altos de América Latina en el país más rico de la región entonces", recuerda el arquitecto Ricardo Castillo. Con 225 metros hasta el año 2003 aún fueron los más altos de la región.
El proyecto de Parque Central estaba pensado para que fuera una miniciudad con todos los servicios dentro para no tener que salir.
Parque Central tiene ocho torres de residencias y dos de oficinas.​
Era una ciudad dentro de la ciudad pensada sobre todo para profesionales y parejas jóvenes que podían vivir allí y "salir lo menos posible" porque disponían todos los servicios. El proyecto incluía convertir Parque Central en corazón cultural.
El Estado asumió el mantenimiento en lugar de que fueran los propietarios asociados. "Y pasó lo que le pasó al país. Una degradación paralela al país", lamenta Fernández-Shaw el deterioro del centro a partir de los años 80, unido al de Venezuela.
"Se fue descuidando por la falta de gobernanza y de capacidad de articulación del mantenimiento", agrega. Un de las torres se quemó en 2015 y sigue prácticamente igual a como quedó tras las llamas.
4. Teatro Teresa Carreño
El teatro Teresa Carreño fue el primer multifuncional en el momento de su inauguración.
A pocos metros de Parque Central y como complemento al complejo se eleva el teatro Teresa Carreño, que se completa en 1983 y desde su construcción se convierte en uno de los más importantes de América Latina.
El Teresa Carreño fue el primer teatro multifuncional en el momento de su inauguración y eso atrajo a grandes artistas, como Luciano Pavarotti, Pinchas Zuckermann y Montserrat Caballé.
"Para 1983 el teatro Teresa Carreño se convirtió en el teatro más importante de Venezuela y de América Latina, dando un importante impulso a la movida cultural caraqueña", dice Ricardo Castillo.
Es un edificio que combina la arquitectura y el arte con un gran desarrollo técnico para una acústica y un sistema de refrigeración perfectos.
La vegetación forma parte de la arquitectura como ocurría en Parque Central. De hecho el teatro fue proyectado por el mismo grupo de arquitectos.
Las esculturas características de Jesús Soto también se integran en el Teresa Carreño.
"34 años después de la inauguración, sigue siendo el más importante de Venezuela y el segundo más importante de América Latina, lo que muestra lo innovador que fue para su época y lo detenidos que estamos en la actualidad al no contar con algún complejo que lo iguale o supere", lamenta el arquitecto.
En los últimos años, el teatro se convirtió más en escenario político que artístico y la crisis del país mermó la llegada de estrellas.
"Por el control de cambio montar un espectáculo ahora es demasiado costoso y para cubrir costos hay que poner un precio de entrada demasiado alto", lamenta la periodista Mirelis Morales, experta en la ciudad con su web "Caracas en 450", que pronto tendrá versión en libro digital.
5. El Metro
El desarrollo del metro en Caracas fue motivo de orgullo para sus habitantes.​
En el valle angosto donde se ubica Caracas era de prever que el desarrollo, el crecimiento de la ciudad y la masiva expansión del automóvil en los años de bonanza generaran un caos de tráfico.
Por ello entonces se pensaron autopistas y distribuidores que eran la envidia vial de la región y que hoy en día no se han visto superados dentro de la ciudad tras años de escasas obras de infraestructura.
En ese sentido el metro surgió como solución en los años 80. Pero no se limitó a ser una obra funcional. "Tiene buenos acabados, era lujoso y cuenta con obras de arte", dice el arquitecto Castillo.
Además de la funcionalidad, el arte se integró en las instalaciones del metro.
El arte se puede encontrar tanto dentro como fuera e las estaciones.
"Era el más moderno, el mejor de América Latina", asegura Castillo sobre las tres líneas que ya había en los 80. La primera se inauguró en 1983.
Se respiraba tanta modernidad, limpieza y civismo que se transmitía a los propios usuarios.
Pero hoy en día ha perdido ese aura. El precio del boleto es insignificante, casi gratis, por el subsidio del gobierno. Y eso se traduce en escaso mantenimiento y en numerosas fallas en trenes y tendido eléctrico. Además, muchos caraqueños denuncian que se ha convertido en un lugar peligroso.
Inicio de la construcción de los túneles del metro en 1977. En pocos años Caracas ya disponía de tres líneas.
En el metro se respiraba civismo y modernidad, pero ahora el servicio es ineficiente y puede ser un lugar peligroso, según denuncian muchos caraqueños.​
6. La Ciudad Universitaria
"Es el gran símbolo de la modernidad del país y fue declarado en el año 2000 patrimonio mundial de la humanidad por la UNESCO", recuerda Ana María Carrano, de IAM Venezuela. En el país sólo hay dos sitios construidos declarados como patrimonio de la humanidad. Los son patrimonio natural o viviente.
Los murales y las obras de arte salpican el cemento arquitectónico.
Además de la Ciudad Universitaria, campus de la Universidad Central de Venezuela, el otro lugar es la ciudad colonial de Coro, en el noroeste del país.
La Ciudad Universitaria es la obra más relevante del arquitecto venezolano Carlos Raúl Villanueva. Construida entre 1940 y 1960 es un ejemplo excepcional del movimiento moderno de arquitectura.
En ella se agrupan múltiples edificios y funciones organizados en un conjunto interrelacionado conectado por corredores cubiertos y enriquecido mediante la integración del arte a la arquitectura en lo que se denominó como la "Síntesis de las Artes Mayores".
El maestro Villanueva jugó en los pasillos cubiertos con las condiciones climáticas de luz, viento y lluvia propias de Caracas.
Las "Nubes de Calder" son quizás la obra más importante dentro de Ciudad Universitaria​.
Sobresale el Aula Magna con los 31 platillos del escultor estadounidense Alexander Calder conocidos como las "Nubes de Calder" y que tienen una función acústica.
Como las obras anteriores, la falta de presupuesto incide en la falta de mantenimiento y el deterioro de murales y edificios.

miércoles, 19 de julio de 2017

ELOGIO DE LA ENSEÑANZA Rafael Muci-Mendoza


ELOGIO DE LA ENSEÑANZA
Rafael Muci-Mendoza | julio 18, 2017 Web del Frente Patriotico
Varios hechos impactan en la foto que nos precede: La flagrante confesión
del ignorante delirante –como le llamara Arturo Uslar Pietri- por una parte,
y por la otra los automóviles ascendiendo a Caracas en contravía por el
canal equivocado. Durante 18 años Venezuela ha estado desplazándose por la
contravía de la historia. ¿Qué nos ha deparado este parto de los montes…?
Profesores ideologizados para ideologizar a sus alumnos en vez de reales
educadores; educandos que no podrán aportar su concurso al crecimiento
nacional simplemente porque no están educados; costará mucho rehacer lo
desecho y desmantelar la pulpería mental del cerebro de estos jóvenes… Estoy
seguro de que lo lograremos…
Ayer, sábado 8 de julio de 2017 asistí en calidad de ponente a una Jornada
Científica Pro Fondos organizada por el Centro de Estudiantes de Medicina de
la Escuela José María Vargas. Dolidos por la situación del espacio físico de
su casa de estudios y el exiguo presupuestos o limosna que otorga el Estado:
Bs.F 8.000,oo, fue un llamado a la conciencia de las personas de buena
voluntad que quieran colaborar.
El programa pudo completarse con un llenado del Auditorio Herman Wuani de
cerca de un 75%. Me sentí muy feliz de colaborar con mis alumnos de la
escuela a la cual he pertenecido desde 1966, 51 años de fructífera
asociación. El mensaje impartido es que ¡No vamos a doblegarnos…! Seguiremos
trabajando y luchando hasta que el fin de nuestros días acaezca y ojalá que
pueda ocurrir en tierra propia…
Recordé el pensamiento de Abraham Lincoln y sonreí cuando pienso que los
ignorantes del régimen quieren someternos a un pensamiento único sin pensar
en cuán indómito es el potro salvaje que llevan estos jóvenes en su corazón,
futuros educadores de sus coetáneos y descendientes…
«La tarea del educador moderno no es talar selvas, sino regar desiertos»
C.S. Lewis.
El término profesor debería ser desterrado, porque profesor es cualquiera
que imparte un conocimiento; educador es quien cría, quien enseña e instruye
mediante la acción docente; es quien moldea, quien dirige, es quien encamina
y estimula las facultades intelectuales y morales del niño y del joven
mediante preceptos, ejercicios pero particularmente con el ejemplo, y ello
porque sabes que tú también serás un estudiante a perpetuidad.
-II-
Cuarto año del Uni-Personal: Necesidad de una explicación
Quizá no sea del todo conocido por mis consecuentes lectores, que mi
colaboración con el Diario El Universal, esa que mantuve desde 2001, vale
decir, durante 13 años, dio lugar a la publicación de más de 600 artículos
de opinión; inicialmente algún día de la semana y en los últimos 5 años, en
privilegiado sitial los días domingo, ocupando espacio con renombrados
columnistas y colaboradores del diario.
Lo que sí debería ser conocido, es que el diario fue vendido a un consorcio
español por 110 millones de dólares o euros cuyo capital apenas era de 350
mil euros. Fácil comprender cómo la mano del régimen y su chequera
dispuesta, estuvo a la orden para conculcar una vez más libertades y someter
a la oscurana de la información al pueblo venezolano.
A raíz de mi carta abierta al Embajador Cubano en marzo de 2001, mis envíos
semanales, contentivos de 1800 caracteres incluido espacios, se repitieron
en forma ininterrumpida todos esos años –aún durante mis vacaciones-.
Siempre en la onda de la denuncia del ataque a la soberanía nacional, la
libertad, la democracia y a los médicos venezolanos. El viernes 1º de julio
de 2014 recibí del señor Miguel Maita desde la redacción del diario, una
llamada invitándome a cambiar algunos adjetivos de mi artículo, intitulado,
¨Elogio de la alevosía¨, si deseaba que fuera publicado. No me tomó por
sorpresa ni me arrugó el corazón… Mi respuesta no se hizo esperar y
cortésmente le dije al Jefe de Redacción, ¨! Primero la muerte que la
deshonra…! No voy a cambiar un ápice del texto y doy por finalizada nuestra
relación…¨. Desde ese día, cesaron mis gratuitas colaboraciones…
Incluyo el censurado artículo en cuestión:
¨enfermarse en socialismo equivale a una pena de muerte…¨
«La RAE la define: ¨Cautela para asegurar la comisión de un delito contra
persona sin riesgo para el delincuente. Es circunstancia agravante de la
responsabilidad criminal. ‖ 2. Traición, perfidia. ‖ Con ~ a traición y
sobre seguro¨. No más antier me comentaba un paciente, ¨enfermarse en
socialismo equivale a una pena de muerte…¨.
El cierre del Instituto de Hematología y Oncología de la UCV no es más que
el estado criminal mostrándose al desnudo: el ciudadano, no importando su
estrato social es crónicamente maltratado, victimizado y asesinado a
mansalva mientras las corruptelas gozan de muy buena salud. La proliferación
de ¨Estados Mayores¨ y su incompetencia manifiesta, denota la pobreza
catastrófica de sus propulsores, pues están ayunos de compromiso y
pletóricos de vileza, indiferencia e ignorancia. Así, el régimen que nos
sojuzga es tóxico, mendoso, contaminante de efluvios malignos despendidos de
sus almas, materia corrupta. El pueblo no importa mientras ¨haiga¨ plata
para regalar a Cuba, tan menesterosa como siempre y ¿el Ministerio de Salud?
Siempre celestino y encubridor.
Caracas es un lugar donde morir de forma violenta es morir de muerte
natural; pero no sólo eso, morir de mengua por la ruindad y el desamor no
expresado en cómputos ni estadísticas; ello, en medio de la riqueza de un
gobierno indigno y botarate y traidor.
El Banco Municipal de Sangre en larga agonía, aún se mantiene por una
mística insuflada en su insigne personal por sus fundadores, hombres y
mujeres de corazón lleno; sus pacientes, también hemato-oncológicos deslucen
en su frente sentencias de muerte lenta y dolorosa. Pero paséense ustedes
por el Country Club y La Lagunita para que vean las mansiones que se
construyen allí con dineros robados del corazón del pueblo, exhibiendo la
mayor desfachatez».
Quiero agradecer a todos aquellos miembros de la Academia y Nacional de
Medicina, a mis cercanos familiares y amigos y a mis lectores, las palabras
de apoyo que me dirigieron, bien mediante correos electrónicos, bien
mediante llamadas telefónicas, bien acercándose a mí personalmente….
Decidí continuar escribiendo y desde entonces la columna, únicamente
virtual, se llamó ¨EL UNI-PERSONAL¨, queriendo significar con este nombre
que tal como siempre fue, mis artículos y como ocurriera cuando el periódico
fuera aún predio de libertad, serían dirigidos a combatir el estado de cosas
que nos afecta, el régimen dictatorial  militarista que se ha enseñoreado en
nuestra patria destruyendo todo lo que nos era afecto y amputando nuestro
crecimiento y desarrollo.
Tres años, 122 artículos, ya no constreñidos a 180 caracteres, sino
escritos con la extensión que me ha venido en gana, ilustrado con trípticos
alusivos al tema que trato y donde he sentido como siempre el apoyo de mis
asiduos lectores.
Con la inauguración de mi página en la red en julio de 2016, gracias al
bondadoso desinterés de mi cercano amigo, el doctor Rigoberto Marcano
Pasquier, quien me ha guiado paso a paso sacrificando horas de solaz con su
familia para asistirme y ayudarme, ahora subo mis angustias directamente a
la red, los cuales son reproducidos para aquellos interesados en Facebook,
Tweeter, Linkedin y Google.
Reciban todos pues, el agradecimiento sincero por su apoyo y amistad
solidaria…


Mario Morenza: “La literatura es el alma codificada de un país”


Serie “Nuevo país de las letras”. Banesco. Mario Morenza: “La literatura es el alma codificada de un país”. Texto: Sergio Moreno González / Fotos: Ángela Bonadies
Mario Morenza 
Por SERGIO MORENO GONZÁLEZ
17 DE JULIO DE 2017 02:00 AM
Su narrativa de fuerte acento urbano tiene como punto de partida el Bloque 4 de Coche, donde se crió. Allí descubrió la literatura a muy temprana edad, cuando se encerró por cuatro horas en el baño y leyó Los hombres más malos del mundo, de Otrova Gomas. Desde ese momento no ha parado de devorar libros e historias. Para ser un buen escritor, hay que leer sin freno.
El soundtrack de su vida decora las paredes de la casa: Héctor Lavoe, Queen, Dire Straits, Genesis, Gualberto Ibarreto, The Police y Elton John. Todos cuelgan como cuadros sobre los muebles de la sala. Los discos de vinil semejan adornos musicales; también las decenas de casetes, esparcidos por todo el apartamento. Los aparatos para hacerlos sonar ya no sirven. Dejaron de funcionar hace algún tiempo, pero recuerdan cómo se escuchaba el mundo antes, cómo se sentía. Para Mario Morenza la memoria es una herramienta imprescindible en su trabajo. Escribe para no olvidar.
“La narrativa, de algún modo, cuenta lo que ya ocurrió. El escritor cumple la función del cronista que observa la realidad y narra las experiencias que bullen de esas voces. En el pasado encontramos una cantera de emociones, de sentimientos. La literatura se arma, se construye, se nutre de los recuerdos. Los traduces por aquellos que no tienen la necesidad de contar historias. Cuando algo te impacta, te conmueve, vas y lo escribes, incluso inconscientemente”.
Bloque 4
Los volúmenes de su biblioteca pueden llegar a dos mil. Los ha clasificado varias veces, por nombres y categorías: los que ya leyó, los que ameritan una relectura, los nuevos. Es una manera de organizar sus recuerdos, como si en cada libro se encontrara un trozo de alegría, o de tristeza, que permanece vivo ahí dentro.
“Para los lectores, los recuerdos son retazos de emociones que has leído. Entonces la vida se convierte en una épica, en una saga. Hubo momentos en que me interesó mucho la narrativa de Javier Marías; también la de Antonio Muñoz Molina, la de Juan Villoro. Cuando hago mis relatos, busco estructuras que me permitan resolver historias. Como cuando escribí ‘Adán y otros siameses’, que está inspirado en Historia universal de la infamia, de Jorge Luis Borges. En ese relato, los personajes son seducidos por el mal. Es también una parodia a la literatura western, al género policial. Tomé esa estructura como lo hizo Bolaño en algunos de sus cuentos, como lo han hecho tantos otros escritores latinoamericanos”.
Enumera sin pudor a los escritores que se han infiltrado en su narrativa. Los ha imitado. Pero más que copias, han servido de inspiración para darle forma a sus historias. Le interesa plasmar atmósferas que lleven a los lectores por las mismas sendas emocionales que ya cruzaron los grandes maestros. Insiste en Villoro, Muñoz Molina, Cercas, pero también se fija en José Balza, en Guillermo Meneses y, más recientemente, en Miguel Gomes, cuya obra fue analizada en su último trabajo de ascenso.
“Si lees a Felisberto Hernández, y luego pasas a Cortázar, te das cuenta de que el argentino leyó muy bien al uruguayo. En uno de sus cuentos, Felisberto habla de un médico que está curando una mano, que luego se da cuenta de que es la suya propia. Es la misma estructura de ‛No se culpe a nadie’, de Cortázar. Uno tiene los narradores a los que siempre vuelve y esas influencias van a permear. Más allá de que uno no sea tan habilidoso como Cortázar o Borges, al menos tenemos la noción de que podemos contar ese tipo de historias. Para escribir uno tiene que leer mucho, constantemente, y a autores distintos”.
La historia de “Adán y otros siameses” se incluyó en su segundo libro, La senda de los diálogos perdidos. Esa recopilación de relatos ganó en 2007 el II Premio Nacional Universitario de Literatura, cuando el autor tenía 25 años de edad. Dos años antes había salido su primer libro, Pasillos de mi memoria ajena, obra finalista del V Concurso para Autores Inéditos de Monte Ávila Editores. Allí incluía su cuento “Vitrum”, que antes se había seleccionado para la Antología de la novísima narrativa joven hispanoamericana de 2008.
“Entrar a mi hogar siempre fue una sucesión abecedaria. El fin, sin embargo, no estaba en la letra Z, sino en la E, que era el último eslabón del Bloque 4 de Coche, donde crecí. Esa puede ser la razón que me llevó a la literatura. Nunca hubo una sumatoria de números; siempre se trataba de letras”.
Esa numeración abecedaria de los apartamentos de Coche la extrapoló a La senda de los diálogos perdidos. Los relatos van de la A hasta la G: A de Alucinaciones, B de Balbuceos, C de Carencias, D de Desahogos, E de Exterminios, F de Farsas y G de Guaridas. Historias de personajes en principio reales que la ficción ubica en un espacio-tiempo caraqueño a veces incierto y a veces reconocibles por edificios bajos y amplios en los que se crió. Una sucesión de letras e historias, separadas por pisos, apartamentos y personas.
“Cuando era niño, recuerdo que había un vecino que pasó tres días sin salir de su apartamento. Estaba muerto y nadie lo fue a rescatar. La historia quedó anclada en la memoria, hasta que decidí contarla en el libro. Está en la sección A-3. Lo llamé ‛Graba conversaciones’. Allí expongo a varios personajes que luego reaparecen en otros cuentos”.
Esa especie de crónica urbana, que se sumerge en el universo íntimo de unos vecinos, revelando una cotidianidad cargada de miseria, se describe de esta manera: “Por tres gruesas horas, el olor a descomposición sorprendió los olfatos de los vecinos de la Letra A durante el mediodía de un sábado. Cuando se percataron de que el único de los residentes que faltaba por reportar su queja era el señor Seco y de que su Sierra estaba estacionado en su puesto habitual, sospecharon que algo andaba mal: la pestilencia ya no era a comida descompuesta, sino a órganos humanos en descomposición. Entre Pulusa, el Psicólogo de Bloque 4 y los poderes mentales de Rafaela, forzaron la puerta luego de varios intentos para comunicarse con él. Seco era flaco y alto, y con un tic nervioso en el ojo izquierdo que lo hacía parpadear compulsivamente. El hemisferio derecho de sus bigotes tenía una proporción de quince canas por cada cien vellos”.
La senda de los diálogos perdidos es un tributo a los relatos de George Perec en La vida: instrucciones de uso. Esto es, historias que siguen una estructura narrativa peculiar: la de la trayectoria del caballo en un juego de ajedrez. El autor traza el recorrido de sus personajes saltando del piso 4 al 2, pero en forma de L. Se trata siempre de los apartamentos del Bloque 4 de Coche. También se puede leer como un homenaje a lo que hizo Juan Carlos Méndez Guédez en Historias del edificio.
“En cada letra se tocan ciertas sensaciones, se vinculan las emociones. Es el caso de ‛Antes que el muro se desplome’, que pertenece a la sección B de Balbuceos. Ese cuento me gusta mucho. Se trata de un joven que se enamora de una chica. La dibuja en un extremo del Bloque, como si la única forma de recordarla fuera a través de la imagen. La dibuja en un muro, pero lo derriban por las construcciones del metro. En síntesis, tiene que intervenir el espacio doméstico para recordarla”.
En Coche experimentó las situaciones más importantes de su vida: la crianza con sus abuelos, su iniciación como lector, el levantamiento de su biblioteca, la necesidad acelerada de contar historias, la determinación de convertirse en escritor. Por eso se inscribió en la Escuela de Letras de la UCV.
Pasillos de mi memoria ajena, su primer libro, está dedicado “a los Óscar Morenza”, en plural. “Me refería al Óscar Morenza padre (mi abuelo), quien partió mucho antes de que yo hubiese escrito la primera frase de esa novela, y al Óscar Morenza hijo (mi papá), quien partió poco antes de que yo le hubiese puesto la última palabra a la novela”.
Su particular apellido, Morenza, viajó desde Cuba hasta Venezuela luego de la llegada del régimen castrista. “Mis abuelos llegaron a Caracas con la caída de Batista. Había mucha miseria y hambre. La situación era bastante complicada y mi familia estaba muy mal. La mayoría de los cubanos veía a Fidel como un mesías. Esperaban al salvador. Era la historia cíclica de América Latina: siempre esperando a un héroe, en todos los escenarios”.
Su abuelo, Óscar Morenza, aprendió a tocar saxofón y clarinete en Cuba. Ser músico le ayudó a encontrar trabajo en Venezuela: entró en la orquesta Billo’s Caracas Boys. “Estaba pequeño cuando me mudé con mis abuelos. Fueron en verdad mis padres: me criaron, me enseñaron valores, me echaban cuentos a la hora de dormir. Con mi abuela veía telenovelas. Y la música del abuelo permeó mi sistema, no tanto como notas melódicas sino como narrativa. Quizás por eso, mis dos primeros libros están hermanados en la nostalgia: lo familiar, lo filial, la memoria ajena, los recuerdos de otros, los recuerdos propios. Con eso comencé a hacer ficción. Para mí fue como una primera etapa. Seguramente dentro de diez años escribiré cosas distintas”.
En ese apartamento de Coche, de noventa metros cuadrados, Mario descubrió la literatura. Lo hizo a temprana edad, gracias a un libro que tenía su papá: Los hombres más malos del mundo, de Otrova Gomas. Su primer día como lector transcurrió en el baño. Allí se encerró por cuatro horas, pegado a las páginas. Cree que allí comenzó la fascinación por la palabra escrita.
“Con mi abuela veía muchas telenovelas. Intentaba descubrir cómo construían las tramas. Ese fue mi primer taller de narrativa. Tiempo después, me di cuenta de que, al escribir, se cruzan la memoria, el deseo y la ficción. Existe una tesis de la neurociencia que habla de los engramas: son como fisuras en el cerebro donde se alojan los recuerdos. Estoy seguro de que uno empieza a escribir dependiendo de cómo se mueven estos engramas. Uno sobre otro, terminan por remover la memoria”.
Los cochazos
“Si alguna vez Alfonso Reyes dijo que escribía con las dos puntas del lápiz, ciertamente pudiéramos sostener que los escritores venezolanos escriben con el pico de las botellas de cerveza. El añejamiento de una legión considerable de nuestra literatura se ha ejercitado más en las tascas que en las bibliotecas: no se podía esperar un resultado lejano para un país que es campeón mundial de consumo de whisky y tiene un envidiable récord Guinness en felicidad de sus habitantes. Nunca hemos participado en un mundial de fútbol y nuestros logros deportivos son escasos. Quizá drenemos nuestros afanes con competencias del espíritu o bebidas que lo alteren”.
La introducción del texto “La cuenta, por favor: cerveza, ficción y otras costumbres” establece una revisión de la influencia histórica que han tenido las tascas, bares, tabernas y taguaras en nuestra actividad literaria. Las dinámicas nocturnas sirven de momentáneas válvulas de escape. La noche se hace cómplice de los encuentros furtivos entre creadores, que comparten los relatos breves que recogen en las calles.
“Creo que en unos meses escribiré algo sobre el oficio de los ‘bachaqueros’. Son el reflejo de un momento particular del país, la consecuencia de un fracaso económico. Habría que contarlo a la manera en que lo hizo Fedosy Santaella en su novela Las aventuras inéditas de Teofilus Jones. Él presenta allí a una sociedad distópica en la que tener hielo en casa te da cierto poder. Sería algo semejante pero con el jabón, la harina, el aceite”.
De estos encuentros nocturnos y de la vida universitaria emergió “El apéndice de Pablo”, una revista literaria creada por un grupo de escritores: Alexis Pablo, Hensli Rahn, Ana Lucía de Bastos, Yoel Villa, Ricardo Ramírez, Dayana Fraile, Keila Vall, Graciela Yáñez Vicentini, Miguel Hidalgo Prince y Mario Morenza. Portavoces de un proyecto ecléctico que reúne diversas disciplinas, ya han colgado siete entregas en la red.
El tránsito creativo de este grupo también ha confluido en la casa de Mario, en fiestas épicas que pasaron a la historia como “los cochazos”. En el apartamento del Bloque 4 se han encontrado decenas de personajes diversos, que dejan sus huellas en una de las paredes de la casa, repleta de mensajes, poemas, reflexiones. Un muro para celebrar las ideas.
La rampa de la Escuela de Letras
“¿Leer nos hace mejores personas? No necesariamente. Hay muchos literatos que se comportan como cínicos. Pero sin duda que leer garantiza una visión más amplia de la realidad, más profunda, más compleja. No hay forma de que te dejes engañar por los falsos mesías”.
En los libros que leyó en su casa, Mario descubrió la libertad de pensamiento, el derecho a disentir, la posibilidad de crear sus propias historias. Esa seducción por la narrativa fue alimentada en la Escuela de Letras. “Los cinco años de carrera se convirtieron para mí en un taller de creación. Por lo menos así lo viví, gracias a la cantidad de experiencias que tuve con los maestros. Las clases tenían un cariz lúdico, que era animado constantemente por profesores como María Fernanda Palacios, Alberto Barrera Tyszka u Óscar Marcano”.
A María Fernanda Palacios le entregó un trabajo que todavía conserva en una de las gavetas de su biblioteca: un ensayo que redactó en forma de correspondencia, entre un director de teatro y una actriz. Dos cartas de amor que colocó en un par de sobres blancos, unidos por el revés de sus pestañas. El ejercicio creativo obtuvo la mayor calificación. Un trabajo que luego se convirtió en cuento: “E-mail al director”.
Decenas de libretas usadas reposan en su biblioteca, en un espacio distinto a los libros. Son sus herramientas de trabajo, que utiliza sistemáticamente para apuntar: situaciones que llaman su atención en la calle, noticias que le sorprenden en la prensa, sucesos increíbles en el Metro, encuentros en la universidad, en los bares o con amigos. Pistas que evolucionan hasta convertirse en cuentos presentes o futuros.
“Casi todas las películas de Hollywood están basadas en las estructuras de Vladimir Propp. Son fórmulas que funcionan, que ayudan a esclarecer el panorama cuando la propia historia los empastela. Como decía Cortázar: nada que sobre, nada que falte. Escribir es un oficio, un trabajo. Es investigación. Requiere tiempo y dedicación”.
En la Escuela de Letras encontró un engranaje metódico, técnico, más pausado, cuando llegó a los estudios de cuarto nivel. En la maestría en Literatura Venezolana de la UCV, Mario ha logrado establecer márgenes de escritura, investigar a fondo sobre los escritores que le interesan y desarrollar trabajos académicos.
Hijos del vacío
Los escritores venezolanos suelen tener una visión pesimista del tiempo presente. Su tarea es leer el entorno, digerirlo, para luego contarlo. Por eso se les hace imposible escapar del duro peso de la realidad, que se hace aplastante. El país siempre invade lo que se escribe.
“La literatura es el alma codificada de un país. Y en Venezuela cada vez se ven cosas más horrendas, más espantosas. Recuerdo que cuando salía el Monstruo de Mamera en ‘Archivo Criminal’ todos temblábamos de terror. Ahora luce como un personaje de ciencia ficción frente a los ‘pranes’. La violencia se ha vuelto un tema tan recurrente que ni siquiera nos da tiempo de asimilar las cosas que ocurren. Hay crímenes de los cuales ni nos enteramos. En algún momento se volverá tan cotidiano que dejará de ser noticia. Ese día perderemos nuestra capacidad de asombro”.
Escribir sobre Caracas le llevó a abordar el tema del miedo. Aún recuerda la impresión que le causó el llamado caso Kennedy: estudiantes asesinados impunemente por un pelotón de la Guardia Nacional. Un Estado de Guerra decretado contra los civiles. La terrible noticia le recordó la historia de las gacelas y el miedo persistente que sienten por su entorno, que se relata en El principito. Un grupo de científicos pensó que, al mantenerlas en cautiverio, alejadas de los depredadores, seguramente perderían el miedo en la cuarta generación. Pero nunca ocurrió. “La verdad de las gacelas es tener miedo. Es su reacción natural. Vivimos en una ciudad, con tanta desesperanza y violencia, que parecemos gacelas. Transitamos entre una jauría de la que no podemos escapar”.
De ese sentimiento desesperanzador surgió “La verdad de las gacelas”, un texto que sigue la pista del crimen del barrio Kennedy de Caricuao, ocurrido en 2005. Mario utiliza las herramientas narrativas para reconstruir el terrible suceso. En la historia hay una reivindicación de las víctimas, que acapararon gran centimetraje en la prensa nacional, pero que luego formaron parte de la estadística fatal de miles de muertes violentas. El texto salió publicado en 2011, como finalista del concurso Sacven.
En el relato, la historia la cuenta el oficial Roque Sandiego, un funcionario de la policía que busca desenredar la trama: “La memoria suele ser leprosa cuando le conviene el olvido. Pero ese no es mi problema. Según lo relatado por las sobrevivientes y algunos testigos, la situación fue más o menos así. El 27 de junio de 2005 fue el peor día en la vida de estos seis estudiantes. Para los unos acabó su vida, para las otras, ese día seguirá con ellas, en sus peores pesadillas, en sus celebraciones cuando las haya, en sus pensamientos depravados, cuando los haya, el por qué me salvé y ellos no, el inenarrable síndrome del sobreviviente. Todo comenzó hacia las 10:30, algunos aseguran que pasadas las 11:00. Los tiempos son irrelevantes a estas alturas. Los asesinatos que devienen en cangrejos desconocen relojes, con sus tenazas desmenuzan cualquier aguja o instrumento de medición, quedan clavados justo allí, en el crepúsculo blanco que dejaron en la historia. (…) Leonardo le ofreció la cola a sus compañeros. Salían exhaustos del parcial de matemáticas. La primera en bajarse sería Elizabeth Rosales, la copiloto. Los demás iban en el asiento de atrás y se ubicaban así: Erick Montenegro, de veintidós años, estaba sentado hacia una de las ventanas. Edgar Quintero, el más joven, de diecinueve, en la otra. Irúa Moreno, de veinte, y Danitza Buitriago, de veintiséis, entre Edgar y Erick. Leonardo conducía por la subida del barrio Kennedy. De pronto, un grupo de sujetos armados le bloquearon el camino. Comenzaron los problemas. Lógicamente creyeron que se trataba de una banda de delincuentes organizada, dispuesta a todo. Allí estaban los guardias custodiando su alcabala. Los estudiantes actuaron como prófugos (¿quién no lo haría con media docena de encapuchados apuntándote?). ‛¡Alto!’, gritaron algunos guardias. Y un primer disparo estalló. Uno de los encapuchados se derrumbó, herido, sangrando, lamentándose. Lo que ocurrió a continuación es confuso. Y es confuso porque el miedo es confeso y contagioso. Es la emoción más sincera, la que no puedes ocultar”.
Una dosis irracional de realidad se apodera de parte del texto. El entorno suele ser determinante para los personajes del autor en la mayoría de sus relatos. Historias que intentan escapar del contexto incómodo, sobreponerse a las circunstancias.
El exilio, sin embargo, no ha tocado aún su narrativa. “Es un tema que siempre ha estado presente en la literatura venezolana, pero que ahora adquiere otros componentes. El formato de los gobiernos, de vida, de civilización, ha cambiado, pero seguimos sin resolver algunos asuntos como sociedad. Y la narrativa venezolana, como espejo de nación, nos remite al exilio en distintas épocas. Es una constante invariable. Hace poco me topé con un libro de Alejandro Moreno que describe las fallas estructurales de la familia venezolana. Arrastramos nudos desde la época de la Conquista. José Balza dice que aún somos un país adolescente”.
En el futuro cercano, quiere escribir sobre el fenómeno de los hijos del vacío. Jóvenes que han crecido sin la figura de la madre, que se han criado sin identidad. “La sociedad venezolana se reconoce más como hijo que como hombre. La figura del padre siempre ha estado ausente. Pero ahora también la de la madre. Son una legión de huérfanos que matan impunemente, que no les importa morir. No quieren suicidarse, sino que alguien los suicide. Creo que por ahí iría parte del relato”.
“En este momento hay una necesidad de escribir desde varias trincheras. La gente quiere contar cosas, bien sea de superación personal, coaching o nueva era. Me los he topado en el curso ‘Introducción a la escritura creativa’, que doy en la Escuela de Escritores. Llegan psicoanalistas, abogados, profesionales de la industria farmacéutica, hasta ex funcionarios del Cicpc. Vivimos tiempos en los que la gente busca exorcizar sus demonios, de cualquier manera. También lo veo en los talleres, adonde llegan con la ansiedad de contar historias para combatir el estrés, para desahogarse. Quieren ser narradores. Tienen un interés inusitado por la palabra, una pulsión contenida por el verbo”.
_________________________________________________________________________
*La entrevista forma parte del libro Nuevo país de las letras, publicado por Banesco Banco Universal, Caracas, 2016. Compilación: Antonio López Ortega.

En ciertos períodos de la historia, solo la poesía es capaz de enfrentarse a la realidad condensándola en algo aprehensible, algo que de otro modo no podría ser retenido por la mente. Joseph Brodsky


Museo de Bellas Artes no celebrará su centenario
Aún no se conoce si se cumplirá la promesa del ex ministro Adán Chávez de reabrir la pinacoteca el lunes 24 de julio
El MBA fue creado por un decreto firmado por Victorino Márquez Bustillos, el entonces presidente encargado de la República, en 1917
Por ABRAHAM SALAZAR
19 DE JULIO DE 2017 12:01 AM
“El compromiso es tener todo listo para la reinauguración el 24 de julio”, dijo Adán Chávez, ex ministro de Cultura, en una rueda de prensa que dio en el Museo de Bellas Artes el 6 de junio de este año a las 11:00 am. A menos de una semana de la fecha prometida, que coincide con el centenario de la creación de la institución, aún no se tiene certeza sobre su reapertura.
El departamento de prensa de la Fundación Museos Nacionales, encargado de la difusión de una campaña para la reinauguración, aclaró que la fecha anunciada por Chávez era tentativa y que probablemente se extenderá una semana más. Sin embargo, no saben precisar la fecha exacta.
La directora de la FMN, Joan Bernet, no emitió declaraciones sobre la reinauguración. Indicó que espera instrucciones del despacho de Cultura. “Somos un ente adscrito al ministerio y esperamos a las pautas que ellos nos brindan”, aseguró y añadió que la información se indicará oportunamente.
El anuncio de Chávez estaba enmarcado en el lanzamiento del Plan Orgulloso de ser venezolano, una propuesta de políticas culturales que se extenderán hasta 2019. Para la restauración del museo, el titular de la cartera indicó que el presidente Nicolás Maduro aprobó 1.850 millones de bolívares y que para la primera semana de junio ya se había completado 65% de los trabajos de remodelación.
El Museo de Bellas Artes fue creado por decreto presidencial el 24 de julio de 1917 y cuenta con una colección de más de 5.000 piezas de artistas nacionales e internacionales como  Emilio Pettoruti,  Diego Rivera, Francisco de Goya y Fernando Botero. Desde el 7 de abril se mantiene cerrado debido a trabajos de reparación y remozamiento.
La actividad cultural se pone en pausa mañana
Claudia Urdaneta, presidente del Centro Cultural Chacao, aseguró que evalúan las condiciones para decidir si abrirán el recinto
Por KARLA FRANCESCHI C.
19 DE JULIO DE 2017 12:01 AM
Luego del llamado a paro general realizado por la Mesa de la Unidad Democrática, el Centro Cultural BOD, Trasnocho Cultural, Cultura Chacao y el Centro de Arte Los Galpones suspendieron las actividades programadas para mañana.
Trasnocho Cultural que presenta, entre otros, el Festival de Cine Argentino y la 27º temporada de Improvisto, no abrirá sus puertas. El Centro Cultural BOD, en La Castellana, aplazó el concierto del mandolinista Jorge Torres y sus instalaciones permanecerán cerradas.
El Centro de Arte Los Galpones, en Los Chorros, tampoco abrirá mañana. Mientras, todas las actividades programadas por Cultura Chacao –como el conversatorio Escribir en tiempos convulsos con Victoria De Stefano y Carlos Sandoval– tampoco se realizarán.

Claudia Urdaneta, presidente del Centro Cultural Chacao, aseguró que evalúan las condiciones para decidir si abrirán el recinto. 

viernes, 7 de julio de 2017

ELOGIO DE RUBICÓN… Rafael Muci-Mendoza



ELOGIO DE RUBICÓN…
Rafael Muci-Mendoza | julio 5, 2017 | Web del Frente Patriotico
«La política es el arte de inventar un recurso a cada nuevo recurso de los
contrarios, de convertir los reveses en fortuna; de adecuarse al momento
presente, sin que la adecuación cueste el sacrificio, o la merma importante
del ideal que se persigue; de cejar para tomar empuje; de caer sobre el
enemigo, antes de que tenga sus ejércitos en fila y su batalla preparada».
(José Martí, 1853-1895)
El mal aire -aquel que se adquiere cuando “las personas caminan por lugares
pesados donde hay maldad”-, se mezcla con la acritud del gas lacrimógeno, el
sudor rabioso de los manifestantes y las miasmas que nos rodean, fantasmas
del más inicuo pasado de la historia que han tomado forma y airados reclaman
sus querencias…
Ha sido el nuestro, el  enfrentamiento brutal entre las tendencias
antagónicas que yacen en lo más abismal de nuestro, tales son las dos caras
de la luna: el amor y el odio, Eros y Tánatos, la maldad y la virtud, el
armado investido de autoridad y el inerme que pide democracia… Dejan estos
90 jóvenes asesinados a mansalva en casi 100 días de protestas continuas,
una dolorosa estela de orfandad, de oscura experiencia donde imberbes de
todos los estratos sociales -tus hijos, los míos; tus nietos, los míos-
luchan contra otros jóvenes armados e inflamados de odio y maldad infinitas
por el verbo y la acción de cubanos entrenados para sacar lo peor de los
seres humanos, incitándoles a matar al hermano que no piense igual, en una
escalada que no se detiene en la búsqueda de la flama de la libertad, pues
una vez que estamos, vivimos y sentimos en la barbarie, hemos de mirar hacia
la creación de una sociedad más justa, hacia la convivencia pacífica, a la
bondad natural de la vida.
Thomas Hobbes (1588-1679), filósofo inglés publica “Leviatán” en 1651, un
libro donde plantea la primera formación del contrato social, posteriormente
recogido por otros autores. En él señala formalmente el paso de la doctrina
del derecho natural a la teoría del derecho como contrato social. Según este
último, en la condición de estado de naturaleza todos los hombres son libres
y, sin embargo, viven en el perpetuo peligro acaezca una guerra de todos
contra todos (Bellum omnium contra omnes). Desde el momento en que la
sumisión por pacto de un pueblo al dominio de un soberano abre una
posibilidad de paz, no la verdad, sino el principio de autoridad (en tanto
sea garante de la paz) constituye el fundamento del derecho.
En él, percibe a la sociedad humana como una formación de individuos
dominados por su ambición de poder y de dominio. Considera que la naturaleza
social del hombre es negativa, es decir, que el hombre no es bueno por
naturaleza. Sin embargo, desde la antigua Grecia hasta el Siglo XVII, los
pensadores (Santo Tomás de Aquino, entre otros) nos han intentado convencer
de que en el fondo de la naturaleza, el hombre es bueno. Nuestro fondo
humano a decir verdad no es bueno, es malo. Nuestras tempranas enseñanzas en
el buen hogar de  algún modo modifica estas tendencias. Pero luego, el poder
nos pudre; el dinero nos corrompe y con sed insaciable llama a más dinero;
podríamos decir, en correlación a esto, que efectivamente, también la
sociedad hace que sigamos siendo, como dice Hobbes, “lobos para el resto de
hombres”.
El Leviatán es un monstruo que ha acumulado las capacidades malignas de toda
una comunidad. Este Leviatán es el Estado y sus malignos oficiantes, una
máquina de poder, monstruo que trata de ejercer sobre nosotros un poder
extremo expresado mediante el miedo. Sus asesores lo saben, ellos lo saben y
lo siembran continuamente. Venezuela es un ejemplo paradigmático de la
maldad del comunismo cubano injertado en la estructura de poder.
Un sentimiento de profunda soledad nos embarga, la separación de hijos y
nietos, familiares y amigos que han dejado esta tierra hermosa tornada en
áspera, hostil e invivible, nos identifica con una orfandad que nos hace
sentir aún más solos; por ello esperamos con vehemencia una futura comunión
social que ponga fin al exilio para que las heridas del cuerpo cicatricen
-casi siempre lo hacen- y la culpa amaine aunque sea para dejar también
infaustos recuerdos en el alma.
En otro orden de ideas, “Alea iacta est” en su significado de la suerte está
echada, o, los dados están echados era para los romanos, la mejor tirada,
esa que llamaban “la suerte de Venus”, y precisamente de esa diosa descendía
la gens Julia, la familia del César. Para los venezolanos, la suerte está
echada, es el deber con la madre,  es el compromiso con la Patria que nos
llama y nos obliga…
El río Rubicón señalaba el límite entre la Galia Cisalpina e Italia, y según
la ley romana, ningún gobernador provincial podía atravesarlo al frente de
sus tropas so pena de ser declarado enemigo público. César era plenamente
consciente de las consecuencias que tendría el hecho de atravesar el río con
sus legiones. Por ello, expresando en voz alta sus encontrados sentimientos,
dijo a sus hombres: “Ahora todavía podemos retroceder, pero, si atravesamos
este pequeño puente, todo tendrá que resolverse con las armas”. De esta
situación de cruzar el susodicho río surge la expresión cruzar el Rubicón, o
pasar el Rubicón, utilizado cuando alguien toma una decisión que comporta
elevados riesgos.
El 1º de abril el venezolano sufriente sintió correr por sus venas un
irrefrenable ímpetu libertario y al fin cruzó el Rubicón, y el 90% de la
población o más estamos de frente y con renovadas fuerzas contra el opresor
que implica a Maduro, sus ministros y especialmente sus asesores cubanos;
hasta el 1º de julio han muerto cerca de 100 personas durante protestas
contra el Gobierno de Nicolás Maduro y han ocurrido saqueos principalmente
por hambre. La versión oficial del
<http://www.mp.gob.ve/web/guest#http://www.mp.gob.ve/banner_rotar/rotar_212.
html?
> Ministerio Público apenas registra 75 personas fallecidas.
<http://runrun.es/rr-es-plus/310812/protestas-2017-en-881-de-las-muertes-no-
hay-imputados.html
> En 88.1 % de las muertes no hay imputados…
Según el poeta Lucano, Gaius Iulius Caesar habría dicho al pasar el Rubicón:
“Aquí abandono la paz y el derecho ultrajado. A ti te sigo, Fortuna. ¡Lejos
los traidores! ¡Pongámonos en manos del destino! Tomemos la guerra como
árbitro”.

Digamos al unísono, la suerte está echada, el retroceso no es una opción,
adelante con la Libertad conduciendo al pueblo, la hermosa alegoría de
Alexader Delacroix que no me canso de admirar, sueño convertido en
convicción y vehemente deseo por un país mejor, quien se encuentra al frente
de un vehemente deseo de liberación.

sábado, 1 de julio de 2017

Diálogo y diatriba Diálogo es el antídoto contra la diatriba. Dialogar en política es convivir con los disensos. Tarea moral que exige vocación de escuchar, admitir y corregir a favor del bienestar social. Anulado el diálogo, la autocracia impone su diatriba. La dictadura no dialoga. La Constitución Nacional no se negocia. La Revista Comunicación va de Diálogo y diatriba…

Revista Comunicación N°177 
Por GUSTAVO HERNÁNDEZ DÍAZ
30 DE JUNIO DE 2017 01:00 AM
Impacta el montaje fotográfico de la Revista Comunicación N°177. Es el rostro de Bolívar con máscara antigás de José Vivenes. Metáfora de la gravedad nacional. Coordenada del tema central de esta nueva edición de Comunicación. Que va de Diálogo y diatriba. Diálogo es el antídoto contra la diatriba. Dialogar en política es convivir con los disensos. Tarea moral que exige vocación de escuchar, admitir y corregir a favor del bienestar social. Anulado el diálogo, la autocracia impone su diatriba. La dictadura no dialoga. La Constitución Nacional no se negocia. Saldo rojo: hasta el momento, casi un centenar de muertos en dos meses de protesta contra el vil gobierno. Miles de heridos, mucho gas y plomo limpio. La Revista Comunicación va de Diálogo y diatriba…        
La sección Aportes de Comunicación reúne cuatro trabajos. Sarai Coscojuela Ojeda y Andrés Cañizález explican: “Cómo la prensa escrita sufrió los embates del control de cambio (Recadi-1986-87) al no poder importar de forma libre el papel necesario y otros rubros indispensables para su impresión, de manera que no publicara informaciones incómodas o denuncias”.
María Teresa Pellicer Jordá analiza la convergencia entre la publicidad y el periodismo. “Medios y publicidad siguen fomentando esa sociedad de las apariencias porque es la que le permite seguir fomentando el consumo. Da igual lo que uno sea en realidad, lo importante es lo que uno parece ser”.
Fedosy Santaella examina el mundo editorial venezolano durante el año 2016. “Si bien el panorama de las publicaciones luce apertrechado, debe considerarse que se hace cada vez más cuesta arriba afrontar el gigantismo de los presupuestos de imprenta o el hallazgo de papel a un precio que rinda”.
“Disfraces, clones y héroes: la tienda del horror en doblaje” de Alí E. Rondón nos brinda una tipificación del doblaje como profesión sobre la base de esta premisa esperanzadora: “ese profesional diestro en las inflexiones, colaborará en la conservación y depuración del idioma, verdadero tesoro en la cultura del país”. 
El Dossier de Comunicación está dedicado al diálogo nacional. Martha de la Vega subraya: “Sin diálogo no hay democracia”. “El cambio de gobierno y de régimen solo podrá consolidarse sobre la base de un acuerdo nacional unitario y amplio en la diversidad, un viraje de 180° del modelo económico, un nuevo pacto social que incluya una justicia transicional sin impunidad”.
Jesús María Aguirre entrega “Variaciones en torno a la comunicación para la participación en el cambio social”. “La comunicación participativa para el cambio social sigue siendo un reto para nuestras sociedades, aunque las tendencias autoritarias de los gobiernos actuales y las presiones corporativas de las transnacionales sean poco favorables a su auge e inviertan cada vez menos en su investigación y promoción.”
“La dimensión simbólica del diálogo” de Alejandro Terenzani acoge con experticia semiótica este supuesto: “El diálogo dejó de ser un mecanismo de negociación, una vía de comunicación, para convertirse en un fin en sí mismo, un hecho que convierte a los dialogantes en factores positivos o negativos, dependiendo de cómo se vea su posición”.
Rafael Quiñones escribe sobre “Fábulas y reflejos sobre un diálogo”. “Con respecto a la Mesa de Diálogo, la mayoría de los venezolanos coincidía en que la misma podría servir para resolver la crisis política y económica venezolana, mas se tenía poca o nula confianza en que el Gobierno hubiera convocado esa medida por buenas razones”.
Mariela Matos Smith reseña el Hablemos de “Diálogo y conflicto político”. La internacionalista Elsa Cardoso indica: “El diálogo es complicado. Es una negociación para la cual hay que prepararse, para poder identificar las brechas y las fisuras de la coalición del Gobierno. Esto implica que debe hacerse un esfuerzo gigantesco de negociación de la coalición democrática”.
Para el periodista Alonso Moleiro: “El diálogo en la política venezolana es un instrumento mal comprendido, puesto que las audiencias en Venezuela tienden a interpretar al diálogo como capitulación”. Para el sociólogo Ramón Piñango: “La democracia no promete nada; lo que promete en sí es algo muy simple, un mecanismo para llegar a acuerdos sobre posiciones diferentes acerca de responder ¿cuál es la realidad? y ¿cómo mejorar la realidad? Esa es la promesa fundamental de una democracia”.
Otra idea interesante en torno al diálogo es la del politólogo Francisco Alfaro: “Las mesas de diálogo y de negociación funcionan cuando quienes están ahí sentados tienen capacidad de representar a quienes ellos dicen representar y eso debe generar consecuencias hacia abajo también”. Y el historiador Tomás Straka se pregunta: “¿En dónde estamos nosotros el día de hoy cuando nos enfrentamos a un diálogo en términos psicológicos o de actitud?”
Estudios inicia con “Choque de marcos: el tema del #diálogo en la conversación venezolana en Twitter” de Carlos Delgado Flores. Por su parte, Víctor Manuel Álvarez Riccio explora las representaciones del diálogo político venezolano en el periodismo digital. “Se recomienda una reflexión del ejercicio periodístico, para que contribuya con análisis e interpretaciones más ricas para el momento presente”.
Fidel Pérez Varela diagnostica la situación de la radio privada en Venezuela en el año 2016. En esta misma dirección IPYS ofrece una “Cartografía de los medios en Venezuela durante 2012-2015”. El gobierno cercena la comunicación mediante la represión jurídica, publicitaria e informativa.
Espacio Público describe la “Situación del derecho a la libertad de expresión e información en Venezuela en el año 2016”. El gobierno impone su violencia discursiva, impide la cobertura internacional, niega la distribución de papel a los medios impresos y además presiona a las redes sociales para que no informen sobre la violación de los derechos humanos.  
Finalmente, se Recuerda a Sofía Ímber, periodista y gerente cultural y al lingüista y filósofo Tzvetan Todorov, con las firmas de Carlos Delgado Flores y Boris Muños, respectivamente.  
Amables lectores, la Revista Comunicación se puede consultar en este enlace: