A Cora Páez de Topel Capriles

A Cora Páez de Topel Capriles
A Cora Páez de Topel Capriles, gran amiga de Aziz Muci-Mendoza, él le recordaba al compositor de mediana edad Gustav von Aschenbach, protagonista de la película franco-italiana "Muerte en Venecia" (título original: Morte a Venezia) realizada en 1971 y dirigida por Luchino Visconti. Adaptación de la novela corta del mismo nombre del escritor alemán Thomas Mann.Se trata de una disquisición estético-filosófica sobre la pérdida de la juventud y la vida, encarnadas en el personaje de Tadzio, y el final de una era representada en la figura del protagonista.

domingo, 28 de diciembre de 2014

Un santo para estos tiempos de corrupción y falta de ética personal...por mantener el poder.

Tomás Becket

Santo Tomás Becket
Arzobispo de Canterbury
Tomás Becket
Consagración episcopal3 de junio de 1163

Canonización12 de julio de 1174 porAlejandro III
Festividad29 de diciembre
NacimientoLondres21 de diciembre de1118
FallecimientoCanterbury29 de diciembrede 1170
ProfesiónArzobispo de Canterbury y Lord Canciller de Inglaterra
Santo Tomás de CanterburyTomás CantuarienseTomás de Cantorbery o Tomás Becket (n. Londres21 de diciembre de 1118 – f.Canterbury29 de diciembre de 1170). Arzobispo de Canterbury y Lord Canciller de Inglaterra. Es venerado como santo y mártir por la Iglesia Católica y la Iglesia Anglicana.

Biografía

Nació en el seno de una familia burguesa originaria de Ruan en Normandía.
Uno de los amigos ricos de su padre, Richer de L'aigle —posteriormente firmante de la constitución de Clarendon contra Tomás—, que se sentía atraído por sus hermanas, le enseñó las buenas maneras, a montar a caballo y a cazar, por lo que participaba en justas y torneos. A los diez años realizó sus primeros estudios de leyes civiles y canónicas en la abadía de los monjes de Merton, en Surrey. Estudió teología en París y Bolonia. De regreso a Inglaterra, entró al servicio del arzobispo de Canterbury, Teobaldo, que, impresionado por su capacidad y sagacidad, le encargó varias misiones en Roma.
En 1154 fue nombrado arcediano de Canterbury y preboste de Beverley y, al año siguiente, canciller del reino.
Enrique II de Inglaterra, como todos los reyes normandos, quería ser el soberano absoluto, tanto de su reino como de la Iglesia, basándose en las costumbres ancestrales de sus antepasados; quería eliminar los privilegios adquiridos por el clero inglés que consideraba disminuían su autoridad. Becket le pareció la persona idónea para defender sus intereses; el joven canciller se convirtió no sólo en un fiel servidor de Enrique II, sino también en un excelente compañero de caza y diversiones, manteniendo, no obstante, con mucha diplomacia, su renuncia a las pretensiones del rey. Nadie dudaba, excepto quizá Juan de Salisbury, de la total entrega y fidelidad de Becket a la causa real. El rey envió a su hijo Enrique a vivir en la casa de Becket, tal y como se acostumbraba a hacer con los niños de la nobleza. Más tarde ésta sería una de las razones por las cuales Enrique se enfrentaría a su padre, al estar afectivamente ligado a su tutor Becket.
El arzobispo Teobaldo falleció el 18 de abril de 1161 y el capítulo acogió con cierta indignación el hecho de que el rey les impusiera a Tomás como sucesor en la sede arzobispal de Canterbury. La elección tuvo lugar en mayo y Becket fue consagrado el 3 de junio de 1163.

Arzobispo

Desde el momento en que fue consagrado, una transformación radical se operó en el nuevo Primado ante la estupefacción general de todo el reino. El cortesano alegre y amante de los placeres dio paso a un prelado austero con ropas de monje y dispuesto a sostener hasta la muerte la causa de la jerarquía eclesiástica.
Ante el cisma que dividía a la Iglesia, Becket se inclinó a favor del papa Alejandro III que sustentaba los mismos principios jerárquicos y recibió el palium o estola de Alejandro en el concilio de Tours.
De regreso a Inglaterra, Becket empezó a poner en práctica el proyecto que había preparado: liberar a la Iglesia de Inglaterra de las limitaciones que él mismo había consentido aplicar. Su objetivo era doble: abolición completa de toda jurisdicción civil sobre la Iglesia, con el control no compartido por el clero, libertad de elección de sus prelados y la adquisición y seguridad de la propiedad como un fondo independiente.
El rey comprendió rápidamente el resultado inevitable que esta actitud del arzobispo comportaba y convocó al clero enWestminster el 11 de octubre de 1163, exigiendo la derogación de todas las demandas de excepción jurídica civil y reconociendo la igualdad de todos los individuos ante la ley. La alta prelatura se hallaba dispuesta a admitir las peticiones del rey, a lo que se negó, firmemente, el arzobispo. Enrique no estaba dispuesto a mantener una disputa abierta y propuso un acuerdo apelando a las costumbres del pasado. Tomás aceptó este compromiso aunque con ciertas reservas respecto a la salvaguarda de los derechos de la Iglesia; no hubo consenso y la cuestión quedó sin resolver. Enrique II, insatisfecho, abandonó Londres.

Las constituciones de Clarendon

El rey convocó otra asamblea en Clarendon el 30 de enero de 1164 en la que presentó sus demandas expuestas en dieciséis puntos. Sus peticiones implicaban el abandono de la independencia del clero y su dependencia de Roma. Aparentemente obtuvo la aprobación del clero, pero no la de su Primado.
Becket trata de llegar a un acuerdo mediante la discusión de los puntos expuestos por el rey, pero ante la obstinación del mismo, se niega a firmar el tratado. Esto significó la guerra abierta entre los dos poderes en cuestión. Enrique trata de deshacerse de Becket por la vía judicial y le convoca ante el gran consejo de Northampton el 8 de octubre de 1164 para responder a la acusación que se le hace: oposición a la autoridad real y abuso de su cargo de canciller.

Becket deja Inglaterra


Miniatura del siglo XIII, mostrando el asesinato de Becket.
Becket niega el derecho de la asamblea para juzgarle y recurre al Papa; pero, dándose cuenta del peligro que corre, se exilia voluntariamente el 2 de noviembre, refugiándose en Francia. Se dirige a Sens donde se encontrará con el papa Alejandro III, que recibe asimismo a unos enviados del rey que solicitan, en su nombre, que tome medidas contra Becket y envíe un legado a Inglaterra con autoridad plenaria para resolver el problema. Alejandro III se niega a tales pretensiones y presta su apoyo a Becket.
Enrique persigue al arzobispo fugitivo dictando una serie de decretos contra Becket aplicables a todos sus amigos y partidarios; pero Luis VII de Francia le acoge y le ofrece su protección. Becket permanece dos años en la abadía cisterciense dePontigny, hasta que las amenazas de Enrique le obligan a regresar a Sens.
Becket, en plena posesión de sus prerrogativas, quería que su posición fuera mantenida por medio de la excomunión y la prohibición, pero aunque Alejandro IIIsimpatizaba con las ideas de Becket, prefería contemporizar y atemperar para lograr sus propósitos. Las diferencias entre el papa y el arzobispo se hicieron patentes y empeoraron cuando, en 1167, unos legados fueron enviados a Inglaterra con autoridad para arbitrar en la cuestión. Obviando esta limitación sobre su jurisdicción y persistiendo en sus principios, Becket pacta con los legados y se somete a las condiciones del rey a cambio de que éste respete los derechos de su orden.
Su firmeza parece recompensada cuando, en 1170, el papa está a punto de cumplir sus amenazas de excomulgar al rey. Enrique, inquieto ante esta eventualidad, trata de llegar a un acuerdo que permita el regreso de Tomás a Inglaterra y dejarle continuar con su ministerio.
Ambas partes siguieron irreconciliables y Enrique, apoyado por sus partidarios, se niega a devolver las propiedades eclesiásticas que había invadido. Tomás prepara la sanción contra todos aquellos que habían privado a la Iglesia de sus bienes y contra los obispos que la habían secundado. Tomás ya había sido enviado a Inglaterra para su promulgación, desembarcó en Sándwich el 3 de diciembre de 1170 y, dos días después, entró en Canterbury.

Asesinato


Relicario de Becket en el museo Victoria & Albert (Londres).
La tensión existente entre ambas partes imposibilitaba una salida satisfactoria y la catástrofe se veía venir. Dos frases del rey, exasperado, «¿no habrá nadie capaz de librarme de este cura turbulento?» y «es conveniente que Becket desaparezca» (es posible que las frases fueran apócrifas; según la tradición fueron dichas en un ataque de ira), fueron interpretadas como una orden para cuatro caballeros anglo-normandos, Reginald FitzurseHugo de MorvilleWilliam Tracy y Richard Brito que, de inmediato, proyectaron el asesinato del arzobispo que llevaron a cabo el martes 29 de diciembre de 1170 en el atrio de la catedral de Canterbury mientras asistía a vísperas con la comunidad monástica.
Becket fue reverenciado por los fieles de toda Europa que lo consideraron un mártir. Apenas tres años después, en 1173, fue canonizado por Alejandro III. El 12 de julio de 1174, Enrique II tuvo que hacer penitencia públicamente ante la tumba de su enemigo, que se convirtió en uno de los lugares de peregrinaje más populares de Inglaterra, hasta que fue destruida durante la disolución de los monasterios (1538 a 1541). En 1220, los restos de Becket fueron trasladados desde su primera tumba a un relicario en la recién terminadacapilla Trinity. El suelo sobre el que descansaba ese relicario es aún señalado con una vela encendida. Hoy día, los arzobispos celebran la eucaristía en este lugar para conmemorar el martirio de Becket y el traslado de su cuerpo a ese emplazamiento.

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