Fedosy Santaella: "La literatura juega con el olvido"
"Uno tiene su lector modelo. De alguna manera, uno mismo es su primer lector", señala el escritor porteño.
El narrador presentó "En sueños matarás" (Adolfo Acosta/Archivo)
DANIEL FERMÍN | EL UNIVERSAL
viernes 25 de octubre de 2013
Hay escritores que alimentan su literatura con sus sueños. Fedosy Santaella (Puerto Cabello, 1970) entra en ese grupo. El narrador venezolano soñó hace algunos años una serie de episodios que incluyó en su nuevo libro, En sueños matarás, una novela policial de corte gótico-fantástico que se presentó en la pasada Feria Internacional del Libro de la Universidad de Carabobo (Filuc).
El propio Santaella no tiene claro el origen de su trabajo. Aquellas escenas oníricas ayudaron a estructurar la historia, que también se nutrió de películas como Malpertius (Harry Kümel, 1971) o El ángel exterminador (Luis Buñuel, 1962). La historia es algo surrealista: unos personajes inmortales viven en una casona bajo el mandato de un ser que ve peligrar su hegemonía ante la muerte del mayordomo del lugar.
La más reciente obra del autor carabobeño ofrece una reflexión sobre la inmortalidad (ya se sabe que la literatura es una forma de permanencia). También acerca de la memoria (la escritura puede ser una manera de inventar los recuerdos). "La literatura juega con el olvido, trata de darle forma. Le mete ficción y crea nuevas historias, nuevas memorias", dijo el escritor, que utilizó la estructura detectivesca como una excusa para tratar los temas que le interesan ("como hace Ricardo Piglia o Roberto Bolaño con sus novelas").
La literatura es otro de los puntos centrales de la historia. En sueños matarástiene múltiples referencias a esos autores que le agradan a Santaella. La novela ofrece una lista de libros a modo de pistas para resolver (¿comprender?) el conflicto. "Me gustó trabajar eso que llaman la metaliteratura (...) Es uno de los grandes personajes del libro porque amenaza esa inmortalidad de la casona, porque la literatura es memoria", agregó el narrador, que le rindió tributo a sus lecturas.
Lewis Carroll, Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Franz Kafka, Lyman Frank Baum, Álvaro Mutis, Arthur Conan Doyle, Roberto Bolaño, Ricardo Piglia y un largo etcétera. Todos están en la novela de Santaella, que cree que un lector inexperto que no tenga esas referencias también puede interesarse por el argumento. "Uno tiene su lector modelo. De alguna manera, uno mismo es su primer lector (...) Yo busco un equilibrio, que en la superficie puedas leer una historia que te mantenga atrapado, pero también me interesa crear un tipo de literatura que pueda abordar otro lector, que sepa que detrás de esa historia hay una gran cantidad de juegos, de guiños, de referentes, de intertextualidades. No sé si lo logro, por eso creo que uno no para de escribir. Cada nuevo libro es una propuesta estética, un reto por superar".
En sueños matarás también representó un desafío estructural. Santaella cuenta la historia desde múltiples personajes. En primera, segunda y tercera persona. "Me interesó varias voces. Ver todo desde distintas perspectivas. Me interesó el lenguaje, que cada personaje hablara de manera diferente. Es una forma de jugar con la estructura. Quise divertirme con ella. Como si fuera un rompecabezas que tuviese un acercamiento a lo detectivesco", concluyó el ganador del Concurso de Cuentos de El Nacional en 2013, que ya trabaja en un nuevo libro de relatos y en un poemario basado en tatuajes de criminales rusos. Mientras, utiliza la escritura para crear mundos oníricos.
dfermin@eluniversal.com
El propio Santaella no tiene claro el origen de su trabajo. Aquellas escenas oníricas ayudaron a estructurar la historia, que también se nutrió de películas como Malpertius (Harry Kümel, 1971) o El ángel exterminador (Luis Buñuel, 1962). La historia es algo surrealista: unos personajes inmortales viven en una casona bajo el mandato de un ser que ve peligrar su hegemonía ante la muerte del mayordomo del lugar.
La más reciente obra del autor carabobeño ofrece una reflexión sobre la inmortalidad (ya se sabe que la literatura es una forma de permanencia). También acerca de la memoria (la escritura puede ser una manera de inventar los recuerdos). "La literatura juega con el olvido, trata de darle forma. Le mete ficción y crea nuevas historias, nuevas memorias", dijo el escritor, que utilizó la estructura detectivesca como una excusa para tratar los temas que le interesan ("como hace Ricardo Piglia o Roberto Bolaño con sus novelas").
La literatura es otro de los puntos centrales de la historia. En sueños matarástiene múltiples referencias a esos autores que le agradan a Santaella. La novela ofrece una lista de libros a modo de pistas para resolver (¿comprender?) el conflicto. "Me gustó trabajar eso que llaman la metaliteratura (...) Es uno de los grandes personajes del libro porque amenaza esa inmortalidad de la casona, porque la literatura es memoria", agregó el narrador, que le rindió tributo a sus lecturas.
Lewis Carroll, Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Franz Kafka, Lyman Frank Baum, Álvaro Mutis, Arthur Conan Doyle, Roberto Bolaño, Ricardo Piglia y un largo etcétera. Todos están en la novela de Santaella, que cree que un lector inexperto que no tenga esas referencias también puede interesarse por el argumento. "Uno tiene su lector modelo. De alguna manera, uno mismo es su primer lector (...) Yo busco un equilibrio, que en la superficie puedas leer una historia que te mantenga atrapado, pero también me interesa crear un tipo de literatura que pueda abordar otro lector, que sepa que detrás de esa historia hay una gran cantidad de juegos, de guiños, de referentes, de intertextualidades. No sé si lo logro, por eso creo que uno no para de escribir. Cada nuevo libro es una propuesta estética, un reto por superar".
En sueños matarás también representó un desafío estructural. Santaella cuenta la historia desde múltiples personajes. En primera, segunda y tercera persona. "Me interesó varias voces. Ver todo desde distintas perspectivas. Me interesó el lenguaje, que cada personaje hablara de manera diferente. Es una forma de jugar con la estructura. Quise divertirme con ella. Como si fuera un rompecabezas que tuviese un acercamiento a lo detectivesco", concluyó el ganador del Concurso de Cuentos de El Nacional en 2013, que ya trabaja en un nuevo libro de relatos y en un poemario basado en tatuajes de criminales rusos. Mientras, utiliza la escritura para crear mundos oníricos.
dfermin@eluniversal.com
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