En 1874,
inspirado por la exposición póstuma de diez pinturas y escritos de su gran
amigo, el artista y arquitecto Víktor Hartmann (1834-1873), quien solo tenía
39 años cuando murió, Modest Músorgski (1839-1881) compuso su famosa suite
de piezas ¨Cuadros de una exposición¨. A manera de homenaje, el compositor
quiso «dibujar en música», algunos de los cuadros expuestos y dedicó la
partitura a Vladímir Stasov (1824-1906), escritor y crítico musical. Para él lo
fundamental fue la conexión entre color, forma y contenido.
Cuando mi hijo
Rafael Guillermo, artista urbano y arquitecto me envió 4 fotografías de la
lucha contra la tiranía expresada en los recientes acontecimientos de abril
2017 de alguna forma relacioné esos cuadros con aquellos de una exposición de
Músorgski “donde la música se dibuja”, pero en su caso, los cuadros
fotográficos son expresión del dibujo de la violencia y la tiranía; son cuadros
desgarradores que gimen el sufrimiento de un pueblo cansado de la opresión, aún
de aquellos expatriados por la intolerancia que ahora no viven entre nosotros
pero que sufren tanto o más que nosotros. Mientras, Maduro, Diosdado y Raul
Castro –su caporal-, mausoleos de vanidad, maldad y mal gusto se pavonean
burlándose del sufrimiento de sus paisanos.
Rafa puso como
telón de fondo los colores de la bandera tricolor de Venezuela y empleó como
tema el sacrificio del joven Hans Wuerich, comunicador venezolano quien
totalmente desnudo, con una marusa terciada, una biblia a la diestra y un
teléfono celular a la siniestra encaró a los cobardes de la guardia nacional
venezolana -¿cubanos?- quienes al verle inerme, cagones al fin, sacaron ventaja
y le dispararon una ráfaga de perdigones pues son émulos de otros cobardes y
poca cosa como Nicolás Maduro y Diosdado; esos, capaces de bailar y jugar
béisbol cuando su pueblo se ahoga en la agonía de no conseguir alimentos para
no morir ni medicinas para mitigar sus dolores. Seres degenerados, sin una
madre que los pariera que hoy no se sienta avergonzada, sólo aupados por los
depredadores del país: los Castro, los chulos del continente, los narco
militares de su entorno, la guerrilla, los paramilitares y sus socios de abusos,
robos y tropelías…
Mientras ellos
juegan y hacen chanzas las hordas que crearon golpean, hieren y asesinan al
joven Juan Pablo Pernalete de un disparo a quema ropa en el pecho… Su corazón
hendido por la saña se resistió a no seguir latiendo pero el daño del odio fue
catastrófico. Mayo nos ha traído más de lo mismo, más de la misma saña, ya no
es uno; ahora son 40 mártires que han ofrendado sus vidas en las calles de mi
patria en la búsqueda de un futuro donde la libertad se respire.
Los otros dos cuadros
revelan el momento en que asfixiados por la toxicidad de armas químicas –léase
bombas lacrimógenas-, son empujados por efectivos de la Guardia Nacional, sus
propios connacionales, hacia el terraplén que termina en esa cloaca abierta que
es el río Guaire mientras ellos se protegen con máscaras antigases.
Como padre me
duele Tarek William Saab, también libanés como yo; nada más imaginar el que un
hijo mío llame mi la atención para reclamarme que todos los principios que le
trasmití los eché a la basura, me perturba grandemente ¿Con quién te reuniste
Tarek que sacaron de ti todo lo peor que un ser humano puede albergar…? No
defiendes a ningún pueblo, manchas tu honor y el de tu familia, defiendes tu
puesto, una causa que ha arruinado tu país, y con tu cara muy lavada exculpas a
una cáfila de almas podridas. Fuiste una de las manzanas saludables que te
acercaste a las más podridas, recibiste el vaho maligno del etileno y
terminaste tan podrido que ni te diste cuenta y ahora tu hijo te lo reclama…
Creíste sentirte protegido en la tierra milenaria de tus padres, pero hasta
allá te alcanzaron tus pecados mientras comprabas joyas en tanto no hay
alimentos en tu patria ¿En qué clase de ser te has transformado…? Tú has
manchado tu familia como tantos depredadores del pueblo, y aquellos llevarán
sobre sí la impronta de la traición con que manchaste sus futuros…
(Lucas 8:22-25)
Un día, Jesús subió con sus discípulos a una barca y les dijo: «Pasemos a la
otra orilla del lago». Ellos partieron, 23. y mientras navegaban, Jesús se
durmió. Entonces se desencadenó sobre el lago un fuerte vendaval; la barca se
iba llenando de agua, y ellos corrían peligro. 24. Los discípulos se acercaron
y lo despertaron, diciendo: « ¡Maestro, Maestro, nos hundimos!». Él se despertó
e increpó al viento y a las olas; estas se apaciguaron y sobrevino la calma.
25. Después les dijo: « ¿Dónde está la fe de ustedes?». Y ellos, llenos de
temor y admiración, se decían unos a otros: « ¿Quién es este que ordena incluso
al viento y a las olas, y le obedecen?».
En este abril y
lo que va de mayo manchado de la sangre inocente y del extremoso sufrimiento
actual, el papa Francisco ahogado en sus palabras se olvidó de Venezuela, ¿por
qué?, al parecer vio la oposición ¨dividida en la calle. ¨¿Fue todo lo que
tenías que decir hermano…?, ¿Es que no ves el pecado de lesa humanidad que se
comete a diario?, ¿Es qué no viste a los guardias jugando con sus escopetas a
policías y ladrones con los valientes estudiantes que sólo quieren libertad?,
¿es que tu nuncio apostólico nunca te informó de los desmanes y ataques a
ciudadanos desarmados?, ¿es que no te habló de encarcelamientos masivos y
torturas en un sitio medieval llamado ¨La Tumba¨?, ¿es qué no mostraste interés
en ver aunque fuera un solo video donde se evidencia la feroz represión contra
un pueblo inerme?, ¿es qué no te mostró las bandas paramilitares –colectivos
armados y con impunidad creados por Chávez y mantenidos por el estatus-
arremetiendo contra mujeres, jóvenes y propiedades?; ¿es qué no oíste acerca
del odio de Maduro hacia su pueblo al querer armar a medio millón de milicianos
para que disparen contra quienes somos opositores y su baile-burla cotidiana
que ofende el espíritu cristiano?, ¿Es que no entiendes que no puede haber
diálogo, pactos ni votaciones mientras la mentira, las persecuciones, los
asesinatos, los presos políticos por disentir y las torturas campeen en el país
y que es necesario que estos miserables que bailan y se burlan abandonen
el poder?, ¿será que tú, el ‘papa’ –con minúscula- puede dormir en paz mientras
comparas tu comportamiento mojigato y parcializado con la hombría y determinación
de los curitas de la Asamblea Episcopal?, ¿qué torcida idea mueve tus labios…?,
¿es que no leíste alguna vez el párrafo que sigue…?
· ¨Nosotros
dialogamos con los enemigos que hemos jurado destruir solamente cuando
carecemos de la fuerza necesaria para abatirlos; por medio del diálogo
alcanzamos aquellos objetivos a corto y mediano plazo para ganar tiempo, y
cuando efectivamente seamos más fuertes entonces tomamos sin contemplaciones lo
que queremos y sin que nos conmueva las reclamaciones y las apelaciones de los
enemigos¨.
Lenin
Mi dilecto amigo, el académico Francisco Kerdel-Vegas nos envía una cita de la
novela “Fiebre” (1939) del escritor Miguel Otero Silva que nos muestra que el
pasado siempre gravita sobre el presente:
“Nuestro puesto
está en el seno de ellos porque en sus pechos palpita la sed de justicia,
porque sus manos son las manos de la patria y de la humanidad. ¡Y son tantos!
Son tantos que si llegaran a percatarse de la fuerza que duerme en su bosque de
puños, si llegaran a arremeter en multitudes contra la minoría que se nutre del
látigo, nadie podría detenerlos como nadie puede detener el torrente cuando se
despeña. Nuestro camino es ahora una ruta sin espejismos y sin arcos de flores
artificiales; camino difícil como todos los caminos en ascenso. Para llevarlo a
término: plantemos nuestra fe en las legiones de parias que aspiran a vivir
libremente, para quienes la libertad es, no sólo romper con sus puños el yugo
que pesa sobre sus conciencias, sino también despedazar el yugo que pesa sobre
sus estómagos, sobre sus cuerpos desnutridos y desesperados. Iremos todos
contra los enemigos de nuestro pueblo. Contra los mercaderes de sable, los
mercaderes de toga, los mercaderes de pluma, los mercaderes de sotana, los mercaderes
mercaderes, los mercaderes sin oficio. Los que venden la patria al extranjero
en tanto gimen oraciones de nacionalismo santurrón. Los que trafican con el
hambre”.
Son horas
aciagas, la patria y los jóvenes –mujeres y hombres- desafían la muerte y se
nos mueren porque van a resucitar, porque van a instituir la decencia y el
patriotismo, porque los caídos y su sangre, serán el alimento de la cimiente
que ellos mismos están sembrado al ofrendar sus vidas sin egoísmo, sin esperar
nada a cambio, luchando por todos, luchando por un aire de libertad…
Mi hijo Rafa está
también luchando desde lo lejos como mis otros hijos y tantos otros venezolanos
en los cuatro puntos cardinales del planeta simplemente porque la madre nos
duele cuando sufre, porque la madre patria y sus símbolos están presentes en
nuestro diario hacer, porque la bandera ha ampliado en el hogaño su franja
roja, porque el rojo es el símbolo de la sangre derramada ayer
y hoy por los héroes civiles de la patria para conquistar la libertad. Porque el rojo también es trasunto de amor, patria, poder, fuerza
y progreso.
¡Qué Dios y la
Virgen guíen nuestros pasos…!