A Cora Páez de Topel Capriles

A Cora Páez de Topel Capriles
A Cora Páez de Topel Capriles, gran amiga de Aziz Muci-Mendoza, él le recordaba al compositor de mediana edad Gustav von Aschenbach, protagonista de la película franco-italiana "Muerte en Venecia" (título original: Morte a Venezia) realizada en 1971 y dirigida por Luchino Visconti. Adaptación de la novela corta del mismo nombre del escritor alemán Thomas Mann.Se trata de una disquisición estético-filosófica sobre la pérdida de la juventud y la vida, encarnadas en el personaje de Tadzio, y el final de una era representada en la figura del protagonista.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Opinión del Dr. Rafael Muci Mendoza sobre LOS MÉDICOS INTEGRALES

Blog dedicado a temas sobre historia de la medicina, el arte y la cultura relacionados con la profesión hipocrática. Colaboraciones a través de:edgardomalaspina@hotmail.com

MIÉRCOLES, 2 DE MARZO DE 2011


MÉDICOS INTEGRALES




EL NACIONAL -




Miércoles 02 de Marzo de 2011



Educación y Sociedad/4

Educación y Sociedad



RETIRO




El profesional solicitó su jubilación como medida de protesta"Los médicos 
integrales son un golpe brutal a la medicina venezolana"


Rafael Muci-Mendoza, internista y neuro-oftalmólogo del Hospital Vargas 
de Caracas, con 45 años de servicio, considera que el Gobierno atropella 
la salud nacional


ANDREA SMALL C. asmall@el-nacional.com




Luego de 45 años y una semana de servicio, Rafael Muci-Mendoza, 
médico internista y neuro-oftalmólogo, considerado por muchos de sus 
colegas como uno de los científicos más prominentes del país, 
solicitó su jubilación de la Facultad de Medicina de la Universidad Central 
de Venezuela.


En su oficina, en el Hospital Vargas de Caracas, rodeado de varias 
generaciones de alumnos que le consideran una inspiración, Muci-Mendoza 
explica que su retiro ­dado a conocer públicamente en una carta de 
renuncia­ es una medida de protesta contra la incursión de miles 
de médicos integrales comunitarios en los hospitales del país.


Esto, a su juicio, representa un ataque en contra de la medicina venezolana. 
--¿A qué se debe su solicitud de jubilación ante la Facultad de Medicina de la 
UCV? --


Es mi protesta ante la imposición de las autoridades de la Facultad de 
Medicina de la UCV y la dirección del Hospital Vargas por lo que 
considero una tremenda injusticia que viola leyes de la república.


Tengo la certeza de que las promociones de médicos integrales comunitarios 
son un golpe brutal a la medicina y a la soberanía de la salud venezolana. 
¿Cómo podemos seguir engañando a unos estudiantes y avalar sus 
estudios de medicina paralelos y en desconocimiento de su pobre e 
improvisada formación? ¿Cómo podemos aceptar que hayan recibido una 
preparación tan pobre en ciencias básicas, semiología, clínicoterapéutica 
médica, quirúrgica y obstétrica y en pocos meses se gradúan de médicos?


¿Cómo podemos cohonestar el engaño perpetrado por el Estado venezolano, 
la misión cubana y médicos venezolanos colaboracionistas, traidores a 
sus raíces, a jóvenes ilusionados cuando en 10 meses quieren sin ningún 
programa ni preparación forzar el aprendizaje de las bases de la clínica? 
Es una oferta engañosa y me niego a ser cómplice de tal nivel de mediocridad. 
Por eso solicité mi jubilación. Sé que me expongo con esto a ser llamado 
traidor, pero no me importa. Yo dejaré que mi hoja de vida y todo el trabajo 
que he hecho por este hospital, esta universidad y este país, hablen por mí. --




¿Qué significa para usted jubilarse en estas circunstancias? --
Este es un golpe muy duro para mí. He renunciado a mi sueño de 
jubilarme 
a los 50 años de leal servicio a mi universidad, a la que he dedicado 
tanto tiempo y empeño. Me jubilo oficialmente a los 45 años y 7 días, 
aunque en la práctica me mantengo en mis obligaciones en la Unidad de 
Neuro-Oftalmología del Hospital Vargas. Continuaré viendo a mis pacientes 
y enseñando a mis alumnos, fiel a mi verdad. --¿Por qué rechaza con 
tanto afán a los médicos integrales comunitarios? --Aunque no lo 
parezca, mi intención no es segregarlos sino propiciar la revisión 
de un plan de estudios desconocido, es un gesto de solidaridad con 
los engañados, los cuales deberán afrontar en el futuro próximo retos 
para los cuales no están preparados y para los cuales sí preparamos 
a nuestros alumnos regulares, hoy día asfixiados por un régimen que 
no les quiere.




¿Qué han aprendido en cinco años durante los cuales estuvieron dentro 
del closet? Deben tomar conciencia del daño que le hacen a ellos y 
al pueblo venezolano sin distingos, a quienes irán dirigidas sus acciones. 
¿Con qué derecho los engañan? Han sido escogidos con demagogia, 
sin un proceso de selección, sin un simple examen previo. Pareciera 
que una de las razones principales para la admisión es estar dispuestos 
a tomar la formación ideológica socialista e incluso comunista, que 
constituye la mayor parte del currículo de estudio. Creo que hay cosas 
mucho más importantes en el campo de la medicina venezolana de las 
que el Gobierno debería ocuparse en este momento. --¿Cómo cuales? --




Por ejemplo, los salarios y beneficios de los médicos en los hospitales 
públicos y los profesores de medicina de las universidades nacionales. 
A mí me avergüenza mucho decir que mensualmente devengo un 
salario de tan sólo 1.331 bolívares mensuales, que con las deducciones 
correspondientes termina siendo de 829,36 bolívares, luego de casi 5 
décadas de servicio.






Si yo me voy hoy, ¿qué profesional joven querrá tomar mi puesto con 
una paga tan miserable como esa? Esto también está relacionado con 
las oportunidades que les ofrecemos a los médicos más jóvenes, 
los que se forman correctamente, los que el país necesita. Ya se ha 
vuelto una costumbre que nuestros médicos se gradúan e inmediatamente 
se van al extranjero a servir, con pesar, a ciudadanos de otros países que 
les son desconocidos pero que los valoran más. Es algo lamentable en lo 
que hay que detenerse a pensar y actuar.

© 2011 CA Editora El Nacional. Todos Los Derechos Reservados
Publicado por 

Esta carta molestó muchísimo a los gendarmes del régimen:A mis compañeros de Cátedra y del Hospital Vargas de Caracas Carta abierta. Dr. Rafael Muci Mendoza

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MIÉRCOLES 23 DE FEBRERO DE 2011
A mis compañeros de Cátedra y del Hospital Vargas de Caracas
Carta abierta

A mis compañeros de Cátedra y del Hospital Vargas de Caracas; a las autoridades y profesores de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela y en particular de la Escuela de Medicina ¨José María Vargas¨;
a otros miembros de la comunidad universitaria; a mis alumnos de pregrado y cursantes de postgrados de medicina interna, de oftalmología de los Hospitales Vargas, Rísquez, Domingo Luciani y Militar, al postgrado de neuro-pediatría del Hospital Pérez Carreño y postgrado de neurología de la Universidad de los Andes.
El 18 de junio de 2010, conjuntamente con otros destacados médicos venezolanos[1], suscribí un documento intitulado ¨Consideraciones sobre la incorporación de 8.581 estudiantes de la carrera de Médicos Integrales Comunitarios a los hospitales públicos¨, un problema que ya fuera planteado en cartas y comunicados desde julio del 2007 y del que extraigo textualmente algunos párrafos
¨El documento señaló de forma terminante que el diseño curricular de las carrera de Médicos Integrales Comunitarios resultaba ser prácticamente el pensum de carreras similares que se cursan en Cuba, con un alto contenido ideológico que “pareciera ser un objetivo esencial en su diseño, lo cual está en contra de los principios fundamentales de la educación y especialmente de la educación universitaria, basada en que el alumno pueda ejercer libremente el análisis y la discusión de todas las ideologías, libertad que es atributo fundamental de las universidades….” ¨
Como afirmamos en el Manifiesto de julio de 2007 al cual hemos hecho referencia, “no se les ha brindado la posibilidad que nuestras facultades de medicina ofrecen a sus estudiantes: una carrera con un pensum acreditado, garantía de la obtención de grados y otorgamiento de títulos de indiscutible solvencia académica y profesional”. Por su parte y en relación con los cursantes, el documento finalizaba diciendo, ¨asegurar que la práctica que llevará a cabo este personal esté enmarcada en los estándares internacionales para la educación médica de pregrado, que exige alto compromiso en la formación del médico, en la que deben combinarse, la excelencia en la atención de la salud de la persona, de servicio a la comunidad, de sensibilidad humana y equidad en todos los estratos sociales¨.
Pues bien, en la mañana del pasado lunes 24 de enero de 2011, luego de atender, como es mi ancestral costumbre, a mis pacientes de la Unidad de Neuro-Oftalmología del Hospital Vargas de Caracas, me dirigí a las 9:30 A.M a la Sala 3 con la finalidad de participar en el ritual de la revista médica de sala por tantos años acostumbrado; fue grande mi sorpresa cuando se me comunicó que estarían presentes tres cursantes del programa de Medicina Integral Comunitaria que propicia el estado venezolano en connivencia con la misión cubana. Según se me informó, constituía una ¨colaboración¨ pedida por el Director del Hospital para recibir a seis pasantes divididos en 2 grupos, uno para la Sala 3 y otro para la Sala 2.
Me presentaron a tres mujeres superando la treintena y en gesto de elemental cortesía les ofrecí mi mano. De acuerdo a lo comunicado, serían ¨invitados de palo¨, es decir, que ¨no molestarían, no hablarían, sólo escucharían y sólo tomarían notas¨, como en efecto ocurrió...
Antes de proseguir, debo significar que he permanecido en el Hospital Vargas de Caracas desde 1957, cuando iniciara mi paso por las clínicas en tercer año de medicina; allí recibí información, pero más que todo, formación médica, ética y humanitaria. Me gradué el 5 de septiembre de 1961 y desde entonces mi vida ha permanecido atada al Hospital Vargas de Caracas -53 años; ¡más de medio siglo!-. Solamente durante mi Internado y Residencia en Medicina Interna, recibí mis emolumentos a través del Hospital (Bs. 1.500,oo de entonces).
Luego, ingresé al escalafón universitario ascendiendo progresivamente hasta profesor titular; todos mis trabajos de ascenso fueron laureados y se recomendó su publicación. Desde entonces y hasta el presente, he permanecido como Profesor Titular universitario activo de Clínica Médica, a medio tiempo de contratación, en la Cátedra de Clínica y Terapéutica B de la Escuela José María Vargas de la Facultad de Medicina de la UCV, a la cual ingresé oficialmente el 1º de febrero de 1965 manteniéndome en mi puesto hasta el día de hoy, es decir, exactamente 46 años y una semana de intensa actividad asistencial y académica; ininterrumpida con excepción del período comprendido entre julio de 1978 y julio de 1980 cuando permanecí en el Centro Médico de la Universidad de California, San Francisco donde realicé un entrenamiento en neuro-oftalmología, superespecialidad hasta entonces desconocida en mi país.
Debo manifestar que nunca tomé un tiempo completo por temor a no poder cumplirlo, aunque mi lapso de trabajo se extendió habitualmente entre las 7.00 A.M. y las 11.30 A.M.
Es por ello que mi sueldo actual, me avergüenza decirlo, es de tan sólo Bs.F. 1.331,oo que con las deducciones, termina siendo de Bs.F. 829,36. Se pensará que sólo un imbécil trabajaría por un sueldo tal, pero a decir verdad, nunca laboré por un sueldo sino por amor a mis pacientes –los más desposeídos-, a la memoria de mis profesores, al Hospital al que tanto quiero y debo, a la docencia universitaria a la que he dedicado tiempo, desvelos y puntillosa escrupulosidad, y a mis centenares de alumnos de pre y postgrado, solazándome henchido de orgullo al verlos de mis manos aprender y ser mejores ciudadanos y triunfar en nuestro medio y allende los mares.
En mis charlas dictadas y en artículos médicos publicados en el país o en el extranjero, siempre y con orgullo me he identificado como ¨Médico del Hospital Vargas de Caracas¨, nunca mencionando la institución médica privada a la cual pertenezco. En algún momento y en forma anónima mi supuesta auto designación de ¨Médico del Hospital Vargas¨ con que suscribí muchos artículos de prensa en su defensa, me valió críticas por ¨identificarme como tal sin serlo¨.
He compartido mis actividades de Cátedra con la dirección de la Unidad de Neuro-oftalmología, fundada por mí, única en el país y dependiente económicamente de mi persona y de los Cursos de Fondo del Ojo en la Enfermedad Sistémica que anualmente dicto por más de 40 años; nunca he pedido ni recibido ayuda de mi Escuela ni de la Dirección del Hospital, tampoco se me ha ofrecido. Nunca cobramos un céntimo a nuestros pacientes, considerando nuestro trabajo como una ofrenda y como una obligación.
La Unidad fue designada con mi nombre el 18 de julio de 2003 a pedido de mis propios compañeros de Cátedra y aprobado por el Consejo de la Escuela de Medicina ¨José María Vargas¨ en su sesión # 783 de fecha 15 de mayo de 2003, fundada a mi regreso del Norte en julio de 1980 con material e instrumentos adquiridos de mi propio peculio y a la cual asisto entre las 7.30 A.M. y las 9.30 A.M. viendo una docena de enfermos diarios, intentando solucionar o aliviar sus problemas y de paso, enseñando a los médicos internistas y oftalmólogos que me acompañan lo que considero el arte de la medicina al través de ser un hombre que trata de estar enterado en su oficio, cabal, respetuoso y bondadoso para con mis pacientes y para con mis alumnos.
Tan sólo eso ha sido mi vida hospitalaria…
Volviendo al tema que me ocupará en adelante, tal vez por algún descuido involuntario, no fui informado que estos cursantes asistirían a las revistas de sala, ni que supiera, se hubiera convocado a todos los miembros de la Escuela, del Departamento Médico, de la Cátedra y del Servicio para discutirlo, decidirlo y aceptarlo o improbarlo. Era pues ese lunes, el día en que se consumaba de un hecho cump  lido. En razón de ello debo hacer algunas precisiones.
El 8 de julio de 2006 escribí en la sección de Opinión del Diario El Universal de Caracas, 2:9, el siguiente artículo:
¨Oferta fraudulenta…
Rafael Muci-Mendoza

La medicina es profesión de elevada actividad intelectual; nuestro padre Hipócrates, 2500 años atrás trocó el empirismo en medicina que se explicaba el mundo en términos de razón, surgiendo así la medicina científico-natural, disciplina en constante evolución y perfeccionamiento.

La medicina constituye parte neural de la cultura de una época y de un país. La situación no deja de ser al menos triste… Mil quinientos jóvenes bolivianos, adolescentes ilusionados e incautos, masa proclive al engaño, enlabiada y traída a ‘estudiar medicina’ mediante un plan manipulado y contrahecho: 2500 años de progreso continuado reducidos a un año de estudios limítrofes y 5 de práctica, tiempo apenas suficiente para producir un rutinero. Retrocedemos en medio del empirismo revolucionario. Un sistema engañanecios en el que nunca podrán competir con sus pares académicamente formados del primer mundo porque estarán privados de la universalidad del conocimiento, entrampados en estudios superficiales planificados en función política y no científica, resentidos dentro de su propia marginalidad, mesas de tres patas...
Todos los médicos cometemos errores porque la medicina es la ciencia más inexacta de cuantas existen, por tanto insistimos en formarnos bien y brindar adecuada formación a nuestros alumnos suministrándoles las herramientas necesarias para comprender al humano enfermo en todas sus aristas, desde anatomía hasta humanismo y humanitarismo.
Les enseñamos a desconfiar de propias destrezas, a temer a la falsa seguridad de una formación deficiente o fronteriza, no les queremos médicos del montón, les queremos ágiles en el pensar, claros en el diagnosticar, solidarios con el necesitado y ponderados en la indicación terapéutica.
¿Desearían los gestores de este bodrio tener para sus hijos enfermos, empíricos del diagnóstico y la terapéutica…?
rafaelmuci@gmail.com¨
A lo largo de doce años del llamado gobierno revolucionario, los médicos venezolanos hemos sido segregados, insultados, desmerecidos, se nos ha endilgado toda clase de penosos adjetivos, se ha favorecido y forzado una diáspora de más de seis mil médicos jóvenes, nuestros mejores cerebros, nuestra generación de relevo, para implantar dizque una nueva forma de aprender y hacer medicina con ¨médicos¨ que por su formación, tristemente nunca lo serán. Una verdadera falsificación de los estudios médicos, una verdadera estafa. A este respecto, he tenido una posición crítica y clara, y siendo así, sería una incongruencia con mi conciencia, con mis principios y con mis ideas, cohonestar con mi presencia en la que ha sido mi Facultad, mi Escuela y mi Hospital una manera aberrante de enseñar medicina.
¿Conocemos a fondo el pensum de los estudios de estos cursantes? Fuera del tinte ideológico de sus estudios y el empleo de una computadora, ¿Tenemos alguna idea acerca de qué les han enseñado sobre medicina y cuáles son sus destrezas y sus aptitudes? ¿Han conversado estos jóvenes alguna vez con algún humano enfermo y aprendido las bases de la medicina clínica: el diálogo diagnóstico-terapéutico, la nosología y la semiología y el arte de tratar al enfermo que no a la enfermedad?
¿Por qué estos pasantes, que no estudiantes formales, no son enseñados en alguno de los 500 Centros de Diagnóstico Integral, instituciones hacedoras de exámenes complementarios sin rumbo en ausencia de una historia clínica –herramienta principalísima desconocida por sus ductores-, conducidos por ensalzados médicos cubanos? Yo no sé que saben, ignoro sus planes de estudio, no me siento culpable del producto final que estamos presenciando, no soy responsable de que se les haya engañado, y no pueden pedirme ahora, que participe yo mismo del engaño, de la farsa, dejándolos permanecer de pie frente a mí, como ¨invitados de palo¨ -designación que además considero peyorativa e inhumana-, tomando insulsas notas para continuar el sainete que han montado entre los cubanos, el mandón y médicos traidores a su esencia venezolana.
¿Dónde quedan el esfuerzo y los desvelos de nuestros verdaderos estudiantes para aprobar sus materias? ¿Vamos a juzgar a estos otros de manera diferente? Aunque siento dolor y pena por los engañados, no me prestaré a esta engañifa, pues no deja de parecerme una traición hacia nuestra condición de docentes universitarios, de ucevistas, de ciudadanos de un país al que consideraba soberano.
No quiero ser un títere del autócrata ni de las autoridades universitarias que nos impusieron aceptarlos a través de la Dirección del Hospital y ahora hasta nos piden que los evaluemos, no quiero ser un colaboracionista en esta imposición enmascarada de ¨colaboración¨ después que nuestros mejores hospitales docentes han sido destruidos intencionalmente y con saña, nuestros médicos minados en su mística, nuestros postgrados desmejorados y desmembrados, todo para hacer prevalecer los dictados de un programa paralelo conducido por la Misión Cubana, para conculcar la soberanía de la enseñanza médica instituida desde José María Vargas por invasores extranjeros que han clavado su pendón en estas tierras generosas sin encontrar oposición alguna, pues ni un tiro han echado durante la invasión, que venden a nuestros jóvenes una dolosa quimera.
Sé que me tildarán de egoísta, de escuálido, y quién sabe cuáles otros epítetos me pondrán a cuestas, pero no ha sido ni será por mí que este caballo de Troya portador del empirismo más redomado haya entrado como ya ha entrado en mi universidad, en mi hospital, en nuestras vidas. Mientras asfixian nuestra Universidad negándole recursos, colaboramos con nuestros enemigos. Y véase, les llamo ¨enemigos¨ tal y como sienten los médicos cubanos a los médicos venezolanos. Ilusos e invidentes funcionales no hemos comprendido la saña de nuestros invasores, de nuestros enemigos.
He tenido una posición clara y crítica con este régimen involutivo, ahora dictatorial; sería una incongruencia con mis principios transformarme ahora en un colaboracionista, en un tonto útil, que seré borrado como mis compañeros en cuanto ya no les sirva más a sus propósitos.
Con todo respeto y consideración, elevo ante las autoridades de mi Universidad, de mi Facultad, de mi Escuela y a los integrantes de mi Cátedra y Servicio, a mis queridos compañeros de tantos años, mi enconada protesta por la conducta de aquellos que han dado muestras de flaqueza y timidez, que quiere ser también un llamado a meditar las consecuencias de este acto de cobarde entrega.
Debo irme… Me separaré temporalmente de mi cargo universitario, he pedido un permiso no remunerado mientras arreglo asuntos concernientes a mi Unidad, a mis pacientes y a mis alumnos a los cuales no abandonaré. Hoy introduje los documentos para mi jubilación ante el Decano de la Facultad de Medicina. Hasta ahora nadie ha querido como herencia una Unidad donde sólo hay obligación, trabajo y responsabilidad sin mediar ningún estipendio, por tanto, aunque jubilado, seguiré trabajando desligado del Hospital aunque no de mi Universidad. Permítaseme esta, mi forma de protesta…
Con toda honestidad sé que con esta, mi decisión irrevocable, perderé mi querencia de medio siglo, mis compañeros de tantos años, mis pacientes, mis alumnos, sustancia con la que está hecha mi vida… Pero ha llegado el momento de decir basta a la imposición velada de quienes parecen no darse cuenta que están siendo también llevados a destruir nuestro hospital, nuestra escuela, nuestra facultad y nuestra universidad haciéndola más venal y tolerante con sus enemigos.
Con Umberto Eco debo decir, ¨Este es el motivo por el que a veces hay que decir que no aunque, con pesimismo, se sepa que no servirá para nada¨. Y con José Martí, con la frente en alto y la voz clara, debo también decir que, ¨Prefiero morir de pie, que vivir de rodillas…¨
Caracas, jueves 17 de febrero de 2011
Dr. Rafael Muci-Mendoza
Profesor Titular de Clínica Médica
Escuela de Medicina José María Vargas
Facultad de Medicina, Universidad Central de Venezuela
Cédula de identidad # 1.345.517

Elogio de la alevosía…Agosto 22, 2014...Rafael Muci-Mendoza

TAMBIÉN PUEDEN LEER LAS ENTREVISTAS Y ARTÍCULOS PUBLICADOS EN
EL SEMANARIO ABC, SOLO CON PULSAR SOBRE EL TÍTULO DEL MISMO.
GRACIAS
Rafael Muci-Mendoza
La RAE la define: “Cautela para asegurar la comisión de un delito contra persona sin riesgo para el delincuente. Es circunstancia agravante de la responsabilidad criminal”. 
No más antier me comentaba un paciente: “Enfermarse en socialismo equivale a una pena de muerte…”. El cierre del Instituto de Hematología y Oncología de la UCV no es más que el estado criminal mostrándose al desnudo: el ciudadano, no importando su estrato social, es crónicamente maltratado, victimizado y asesinado a mansalva mientras las corruptelas gozan de muy buena salud. La proliferación de “estados mayores” y su incompetencia manifiesta, denota la pobreza catastrófica de sus propulsores, pues están ayunos de compromiso y pletóricos de vileza, indiferencia e ignorancia. Así, el régimen que nos sojuzga es tóxico, mendoso, contaminante de efluvios malignos despendidos de sus almas, materia corrupta. El pueblo no importa mientras “haiga” (sic) plata para regalar a Cuba, tan menesterosa como siempre y ¿el Ministerio de Salud? Siempre celestino y encubridor.

Caracas es un lugar donde morir de forma violenta es morir de muerte natural; pero no sólo eso, morir de mengua por la ruindad y el desamor no expresado en cómputos ni estadísticas; ello, en medio de la riqueza de un gobierno indigno y botarate y traidor.

El Banco Municipal de Sangre, en larga agonía, aún se mantiene por una mística insuflada en su insigne personal por sus creadores, hombres y mujeres de corazón lleno; sus pacientes, también hemato-oncológicos, deslucen en su frente sentencias de muerte lenta y dolorosa. Pero paséense ustedes por el Country Club y La Lagunita para que vean las mansiones que con dineros robados del corazón del pueblo se construyen allí exhibiendo la mayor desfachatez.



Ya que muchos de estos artículos no nos han llegado publicamos el ARCHIVO DEL AUTOR: RAFAEL MUCI MENDOZA publicados en ANALITICA.COM




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ARCHIVO DEL AUTOR: RAFAEL MUCI MENDOZA


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Para rescatar el porvenir blog

3 de agosto de 2015


Elogio del período especial… por: Rafael Muci-Mendoza, El UNI-PERSONAL, año 2, Nº58, 23 de agosto de 2015 / pararescatarelporvenir.blospot.com


Elogio del período especial…

por: Rafael Muci-Mendoza

Debió llamarse período de profunda crisis humanitaria porque en ella estuvo involucrada la deslealtad, el peor crimen que pueda cometer un hombre contra otro porque lo resiente más que ninguna otra cosa, porque la lealtad es la base de la existencia humana y sin ella, no hay sociedad posible… El modelo político de Cuba hacía aguas en la década de los ochenta, el país estaba en ruinas –como todavía lo está ahora-, su enamoramiento con la Unión Soviética había cesado por decepción del otro, y como consecuencia de la caída de los precios del petróleo, el sistema socialista soviético se hundía en el fango de los sueños imposibles. Fidel que siempre se adaptó perfectamente bien al significado de un  chulo, ¨rufián que vive de las ganancias de las prostitutas que controla o protege¨, vivió chupando en el pasado de la URSS y en el presente del Socialismo del Siglo XXI y como el matapalo, se ha alimentado de la planta que lo alberga, al mismo tiempo que la ahoga hasta extenuarla; ahora se apresta sin escrúpulo alguno a amamantarse de su enemigo histórico: el imperialismo norteamericano, mientras el período especial se eterniza y el pueblo esperanzado piensa vanamente que la dictadura cesará y que podrán ser libres... ¡No! Comunista no sale por las buenas…

Mi presencia en el suelo cubano en 1991 y luego en 1993 fue como trasponer un muro de opacidad y adentrarme en los dominios de un gobierno miserable y mentiroso que creyó que podía engañar a la Misión Humanitaria con la cual estuve involucrado en 1993 para investigar una causa obvia de pérdida visual mantenida en secreto durante 3 largos años sin que moviera la conciencia ni la lealtad de una clase dirigente inhumana. ¿Les suena…? El quid del problema radicó en el empleo del sufijo griego itis que denota inflamación en vez de plantear el termino neuropatía, que incluye diversas causas como compresión, trauma, isquemia o falta de sangre, infiltración por tumores malignos, y lo obvio, un origen tóxico-nutricional, etc. En las mentes obcecadas de la nomenklatura convenía inventarse un virus sembrado por manos imperialistas en la Isla y precisamente, cuando su economía hacía aguas por los cuatro costados era indispensable echar mano al viejo expediente del enemigo externo… ¿Les suena…? Nuestra estrategia fue cambiar el término neuritis por neuropatía y con la ayuda de un grupo de investigadores de alta factura llegar pronto al diagnóstico: ¡Hambre pura y simple…! La falta de una respuesta sencilla condicionó que más de 50 mil almas perdieran la visión y estuvieran sometidos a tormentosos síntomas neurológicos por compromiso de sus nervios periféricos, mientras los jerarcas daban vivas a la Revolución y repartían migajas en forma de multivitamínicos ¨gratuitos¨...    

Troté por la Quinta Avenida que en su momento debió ser majestuosa. Hermosas y enormes casas desconchadas, abandonadas y pidiendo un cariñito a ambos lados de la amplia vía, dejadas a la pudrición donde se atiborraban familias cuyas pocas ropas secaban en balcones y ventanas. ¿Les suena…? Una que otra, perteneciente a una embajada surgía deslumbrante como un oasis en medio de un sediento desierto. El caldo de cultivo de la «neuritis» fue una situación insostenible de factores políticos y económicos propios de regímenes autoritarios bajo extremos racionamientos: tal vez el más importante: la malnutrición pues la ingesta nutricional disminuyó de 2.850 kilocalorías por día en 1989 a 1.863 por día en 1994 cuando el mínimo recomendado para el adulto humano es de 2.100 a 2.300 calorías, pero más patético aún fue que niños y adultos mayores recibían apenas 1.450 calorías por día. Todo esto se acompañó de pérdida de peso que pudimos constatar apreciando el bajo consumo calórico y 4 personas turnándose en una bicicleta, y que entre 1990 y 1995 fue entre un 5% y 25% del peso corporal. Una abigarrada combinación de factores nutricionales y tóxicos (licor de alambiques caseros, tabaco importado con gran contenido de alquitrán, elevado contenido de cianógenos (cianuro) en la harina de yuca y en la cáscara del tubérculo, el hecho de chupar y chupar caña de azúcar para aplacar el hambre, sin atisbar  que el déficit de vitamina B1 o tiamina —vitamina no acumulable—, B12 y ácido fólico, era el camino hacia el beriberi, la degeneración combinada de la médula espinal y la neuropatía periférica), determinó la emergencia de una epidemia de neuropatía óptica y polineuropatía periférica asociado carencia de nutrientes y vitaminas en la población ya conocida desde los campos de concentración japoneses. Aparecieron los primeros casos esporádicos entre 1991 a 1992 para luego progresar a ritmo exponencial hasta mayo de 1993 con 30.000 pacientes y continuó ascendiendo hasta 1997. Conjuntamente, aumentó la tasa de mortalidad materna en un 60% por causas obstétricas comunes y 43% de la mortalidad materna total. La tasa de mortalidad infantil se atenuó por la disminución de la tasa de natalidad debido a la pobreza, el incremento del número de abortos, y el aumento de la distribución de anticonceptivos. ¿Les suena…?
El atávico empeño destructivo del régimen comunista militarista caótico y manirroto de Venezuela ha intentado arrebatarlo y aniquilarlo todo, lo tangible y lo intangible, pero especialmente su tesoro humano, la juventud compelida a la desbandada dejando el lumpen que ellos mismos han contribuido a crear y multiplicar porque ¨la riqueza es mala¨ -la de otros, se entiende-. Un período especial venezolano  redivivo con ciudades que se hunden en el abandono y la falta de pintura, carreteras en la indigencia, la carencia de amor. Vivimos en medio de la machacona repetición del Himno Nacional que habla acerca de un mítico ¨bravo pueblo¨, ese mismo que bajo el sol y la lluvia, el desprecio y la penuria de las colas no aparece por lado alguno y por ello, Pino Iturrieta y Tony Blair se han encargado de destruir el mito… No existe tal «bravo pueblo» y por ello, el yugo aprieta y aprieta más…

Estamos nosotros en un período muy especial y desalmado creado con premeditación, alevosía y ventaja por espíritus crueles, ineptos y por malandrines de baja ralea; se culpa sin pruebas, se encarcela sin juicio; matan sumariamente quienes deberían proteger vidas; las enfermedades, ante el espanto de todos, proliferan y alcanzan su máxima expresión al ser dejadas abandonadas a su evolución natural: así, se va produciendo un genocidio en masa, de grandes proporciones, cada día con su noche, entre recién nacidos que no verán un cielo hermoso y ancianos incapaces de pararse ante una cola, cirugías pospuestas sin esperanzas, medicación ausente o espuria traída de Cuba y sin registro sanitario especialmente en aquellas condiciones que son dependientes de la cortisona como afecciones inmunológicas, lupus, trasplantes de todo tipo, o falta de tratamientos para hipertensión arterial y diabetes dejando un horrible gusto a escasez, dejando heridos de muerte o asesinados con insana saña tirados a la orilla de los caminos del comunismo. Nada tan inicuo se había visto en nuestro país, ni en las peores dictaduras, ¡Caramba, ahora me entero!, esto era lo que quería decir aquella boca satánica como ¨mar de la felicidad¨. No hay otra opción, en diciembre 6 y con el concurso de todos oposicionistas, cooperantes y engañados tendrán que salir disparados como perro peado de mapurite… 
Hemos estado a oscuras y rodeados de un aura fantasmal desde hace tres lustros de humillación y miedo, pero presiento que una noche derribada por el sol está a la vuelta de la esquina, y termino mi crónica mientras oigo las melodías de André Rieu que insuflan en mi espíritu esperanza por una Venezuela auténtica y mejor y me lleno de emoción al ver pasar una bandada de pericos mañaneros mientras los espectadores lloran conmovidos, y yo lloro con ellos también…

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